El presidente de los Estados Unidos Barack Obama ha aplazado su
visita oficial a España ante la ausencia de Gobierno. Una decisión
lógica del líder americano que podría agotar su presidencia sin venir a
este país. Del que poco a poco se van ausentando también las mejoras de
la economía y del crecimiento por causa de la inestabilidad política y
la ausencia de un Gobierno estable y fuerte por la irresponsabilidad de
los políticos que anteponen su ambición personal, como es el caso de
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, a los intereses generales de España.
Porque está claro que solo esa gran coalición PP-PSOE, similar a
otras que gobiernan en países europeos, es la única salida seria y
estable que nos podría colocar en la senda del crecimiento y la
recuperación del empleo, porque las políticas económicas y sociales de
Podemos no van por la senda de la convergencia con Europa sino todo lo
contrario. Y porque Ciudadanos carece de los diputados necesarios para
apoyar un gobierno del PSOE o del PP, aunque sí podría sumarse si lo
desea a esa necesaria gran coalición.
La que al día de hoy solo podrían pactar Rajoy y Sánchez, dos
políticos enfrentados hasta en lo personal, y con actitudes nada
dialogantes en el caso de Sánchez que ha empujado a su partido a
bloquear todo pacto con el PP, y que además ha fracasado en la
investidura que acordó con Ciudadanos y, hasta ahora, en su intento de
incluir a Podemos en un gobierno tripartito con PSOE y C’s que además
carecería de estabilidad y cohesión.
Puede que la ausencia de ambos de Rajoy y de Sánchez en esa gran
coalición, cediendo el liderazgo del Gobierno a otros políticos de sus
respectivos partidos o incluso a algún independiente, pudiera ser la
fórmula mágica para romper el bloqueo. Pero incluso para eso los dos
deberían de sentarse juntos y hablar de España y no solo de aquello que
les separa a los dos.
Y si no lo hacen ahora y nos vamos a nuevas elecciones, a lo mejor lo
tendrán que hacer a partir del 26 de junio ellos mismos o unos nuevos
dirigentes del PSOE y del PP, a lo largo de un segundo proceso para la
investidura del presidente del Gobierno que nos podría conducir al mes
de septiembre empeorando la inestabilidad política española y la crisis
económica y social, ahora empeorada por los malos resultados del déficit
de 2015 y la bajada de las previsiones para 2016 y 2017.
Lo cierto es que no podemos seguir así y que urgen pactos para formar
un buen gobierno, estable, cohesionado y fuerte. Y allá Sánchez si
sigue en su empeño en pactar con Podemos camino de una aventura mas que
peligrosa para el PSOE, y cada vez mas difícil vista la mala marcha de
la situación económica y social del país, que empeoraría si se aplican
las medidas económicas del partido de Iglesias, mas déficit e impuestos
entre otras cosas.
Pero todo apunta que hasta que no lleguemos a la recta final del mes
de abril, casi en vísperas de la convocatoria de nuevas elecciones el 2
de mayo, ni Sánchez ni Rajoy van a reaccionar. Y puede que entonces ya
sea demasiado tarde para el pacto, lo que pagará muy caro España y el
conjunto de la sociedad.
(*) Periodista
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