Siguen el juego irresponsable, el baile de máscaras, el postureo y
los diálogos de sordos, y España sin Gobierno. PSOE y Podemos no
terminan de sentarse por el miedo, o mejor pavor, a fracasar en el
intento. El PP, o Rajoy, permanecen quietos, inmóviles, esperando la
bofetada de Sánchez. Ciudadanos insiste en que no apoyará a Sánchez con
Podemos y trata en vano de convencer al PSOE de que se siente con el PP.
Y, entre tanta luz de gas, los bancos han hecho llegar un mensaje a los
partidos que les tiene con esos de corbata: no están dispuestos a
financiar la fiesta de otras elecciones para que todo siga igual. Y
reprochan a los partidos, a todos, estar mirando por el interés
particular y no por el interés general.
Me lo decía anoche un dirigente socialista sensato, con trienios,
hastiado de tanta incompetencia: “Olvídate, estáis entrando al trapo los
medios. No va a haber elecciones. Sánchez gobernará. Y es así por el
miedo que todos tienen a una nueva cita con las urnas que nadie sabe qué
dirán, por el pavor a que los ciudadanos les señalen como responsables
del fracaso y, sobre todo, y por encima de todo, porque no hay un solo
banco dispuesto a pagar el coste de una campaña, y en los partidos no
hay un euro. Han trasladado el mensaje con nitidez. Si hay elecciones
buscaros la pasta donde queráis, pero no habrá un solo crédito para una
campaña electoral. O sea, que esto es lo que hay”.
Miedo mucho. En todos los cuarteles generales. Es cierto que en el PP
creen con base en las encuestas que a ellos les beneficiaria, y que en
Ciudadanos reina la calma ante las urnas porque están convencidos de que
a ellos les favorece, pese a lo sucedido el 20-D. Y en PSOE y Podemos
temen el batacazo. Como es indiscutible que ninguno quiere quedar como
el responsable de que haya sido imposible formar un Gobierno en más de
tres meses. Pero el factor bancario tiene su peso, y los gerentes de los
partidos lo están advirtiendo.
Si no hay créditos la campaña puede ser un cuadro. Y el fantasma de
la abstención vuelve a sobrevolar en todas las sedes como una amenaza. Y
por todo ello, en el PP temen que Sánchez ceda ante Podemos, se
barruntan un acuerdo que sea potable para que Ciudadanos pueda salvar la
cara con una abstención y Podemos pueda venderla como imprescindible
para evitar un palo gordo.
En Podemos me cuentan que no van a ceder, aunque me apuntan algunos
escenarios en los que cabría un acuerdo para abstenerse, y a partir de
ahí ir a la oposición o acceder a tres carteras sensibles del Gobierno
con personalidades aceptables para PSOE y Ciudadanos.
En Ciudadanos niegan la mayor y aseguran no estar dispuestos a
aceptar ninguna componenda, pero algunos no descartan un acuerdo de
última hora para que Podemos se abstenga y poder gobernar ellos con el
PSOE.
Y en el PSOE me confirman que a la reunión con Podemos va a ser
Sánchez el que acuda esta vez con nombres y apellidos de dos gobiernos
posibles, uno para que se abstenga Podemos confiando en ministros
pactados previamente, varios de ellos independientes y progresistas, y
el otro con dos, tres o cuatro ministerios para Podemos con dos nombres
sacados de sus listas electorales y otros dos de independientes que les
han apoyados públicamente pero que serían aceptables para Ferraz.
En definitiva, que seguimos igual, pero cada día hay más chau chau
respecto a que no va a haber elecciones porque en el último momento
Sánchez se saldrá con la suya, aunque sea para una legislatura más que
corta. Lo veremos. Lo cierto es que el escándalo de Panamá no ayuda a
ninguno, el cabrero del personal crece y crece y el hastío es
formidable. Y no ayuda. Hay mucho miedo a las urnas en todos los
partidos. Saben que lo han hecho muy mal y el castigo puede salir por
donde menos se lo esperan. Tiempo al tiempo. Ya queda menos de un mes.
(*) Periodista
http://www.republica.com/en-el-anden/2016/04/05/los-bancos-no-estan-por-pagar-la-fiesta-electoral/
No hay comentarios:
Publicar un comentario