viernes, 4 de marzo de 2016

Segundo asalto / Ramón Cotarelo *

Para el día de hoy, segunda sesión de calabazas a Pedro Sánchez. Lo espera todo el mundo. La única posibilidad de que sea investido es que se abstenga el PP o Podemos y no parece ser el caso. Si, al final, lo fuere, ello abriría un periodo totalmente nuevo de relevo de gobiernos, por fin, y puesta en marcha del pacto PSOE-C's como gobierno en minoría. En este caso, las apuestas serían sobre cuánto tiempo aguantaría.

Según todos los indicios y probabilidades, Sánchez fracasará de nuevo y se abrirá un periodo de 2 meses antes de la convocatoria de nuevas elecciones. Tiempo para buscar soluciones.

A juicio de Palinuro, lo primero será despejar la incógnita de la función del Rey, ese del que Rivera habla con tanta unción. Según lo previsto, deberá encargar la formación del gobierno a alguien, pero no está nada claro a quién. Y no solo no está claro sino que, además, carece de interés y relevancia que lo haga. Ahora lo que va a suceder es que empezarán los contactos entre partidos parlamentarios, contactos de los que bien puede salir una propuesta encabezada por alguien a quien el Rey no conozca. En realidad, lo sensato es que, encargue a quien encargue la tarea Felipe VI, los diputados vayan a su bola y, caso de tener éxito y un nombre, que el presidente del Congreso, Patxi López se lo comunique al Rey. Eso es lo que haría alguien con sentido práctico, pero váyase a saber lo que acabarán organizando los cortesanos.

La preferencia de Palinuro sigue siendo clara: coalición PSOE-Podemos y confluencias, con IU. Algo en lo que coincide con Carmena. Lo ideal sería que el PSOE admitiera el referéndum y, por tanto, consiguiera los 17 votos de los independentistas, porque esto daría al gobierno de la izquierda una mayoría absoluta de 178 escaños. Pero es poco probable que los socialistas admitan ese derecho, con lo que, al no poder contar con los 17 votos de ERC y DiL, le vendría bien hacerlo con la abstención de C's. Pero esto también es difícil, dado que, siendo C's parte del pacto con el PSOE, tendría que salir de él, expulsada por Podemos y es poco probable que, en tal caso, se abstuviera, sino que votaría en contra y no cabe olvidar que PP más C's y los independentistas catalanes son otra mayoría absoluta de 180 escaños.

Difíciles son también las grandes coaliciones (PP y PSOE) porque no están en la cultura de pactos de los españoles y, sobre todo, porque parece haber habido un poco de reacción colectiva de hartazgo de gobierno del PP y se ha difundido un ánimo generalizado de alejar el fantasma de otros cuatro años de involución en todos los sentidos. Por eso, en estas circunstancias, es vital saber lo que cada uno quiere, si formar gobierno o tentar la suerte en nuevas elecciones, teniendo en cuenta que los resultados dependerán de cómo interprete el electorado el comportamiento de cada partido en las negociaciones. Una cuestión que convierte los vaticinios en puras cábalas. 

La formación de gobierno, especialmente la de gobierno de izquierdas, es muy problemática si no se cuenta con los votos de los catalanistas. Paradójicamente, la llave de la gobernación de España en la izquierda la tienen quienes quieren marcharse de España. Es un poco de chiste. 

El interés por la formación de gobierno viene de evitar al país estar sin él varios meses y, sobre todo, de la urgencia de conseguir que se libre de este gobierno de deprededadores. Es muy difícil dar con la fórmula, desde luego, aunque no imposible en los primeros tiempos de una legislatura. Pero la maldición de este tipo de decisiones es que la negativa, esto es, la imposibilidad de formar gobierno, implica agotar el plazo de los dos meses. Afortunadamente, este gobierno aprobó los presupuestos de este año antes de las elecciones. De no haber sido así el país estaría funcionando con los presupuestos prorrogados más de medio año.

 ¿Quién nombró a Blesa presidente de Caja Madrid?

Ayer, las gentes de Podemos, muchas de ellas, empezando por sus líderes, procedentes de IU, respondían a las críticas que se les dirigían por haber relacionado a Felipe González personalmente con la cal viva afirmando que la verdad es la verdad y no tiene por qué molestar.

Pero esa relación personal entre González y la cal viva no es verdad, pues no está demostrada ni documentada en modo alguno. Y, mientras no lo esté, no pasará de ser un infundio o, incluso, una calumnia. Los rumores, los infundios, las calumnias, no se convierten en verdades porque se digan muchas veces y a gritos y, como decía ayer González, retratan a quienes recurren a ellas. Porque, quien acusa sin pruebas es un difamador o un calumniador. 

Verdad, en cambio, probada y demostrada y documentada para quien quiera comprobarlo en las hemerotecas es que a Blesa (el de las preferentes y las tarjetas black) lo nombró Aznar en 1996 gracias a los votos de CC.OO e IU, dirigida entonces por Julio Anguita. Eso no es un infundio; es una verdad.

Los votos de IU fueron decisivos para descabalgar al presidente anterior, Jaime Terceiro, un hombre honrado y poner en su lugar a Miguel Blesa. Sin los votos de IU, Miguel Blesa, el amigo de Aznar, no hubiera podido ser presidente de Caja Madrid y la caja no hubiera sido expoliada ni hubiera sido necesario rescatarla con el dinero de todos, ni se hubiera podido estafar a decenas de miles de personas. Eso es una verdad. No un infundio.

Inmediatamente de ser nombrado presidente, Blesa concedió el 87% de los créditos a partidos, a IU dirigida por entonces por Anguita. Eso es otra verdad. No un infundio.

¿Por qué CC.OO. e IU apoyaron la política de Blesa en Caja Madrid? Pues compruébenlo ustedes porque no es un infundio sino una verdad.

Y eso que no había pinza. Como ahora, que tampoco la hay.
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

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