Como siempre cuando habla el PP dice una
mentira o una verdad a medias. Que Rajoy es un lastre es solo una media
verdad. La otra media es que, además de Rajoy, el otro punto débil del
PP es el propio PP. Se explica a continuación.
Mariano Rajoy.
Ya es un bochorno que un hombre tan vulgar, estúpido, malévolo,
ignorante, agresivo y presuntamente corrupto haya sido presidente del
gobierno. Mientras fue un mandado en los gobiernos de otro impresentable
como Aznar o cuando pasó ocho años en la oposición, se le veía menos y,
en la penumbra de la segunda fila, sus evidentes carencias eran menos
notorias.
Cuatro años a plena luz de los focos muestran al país un
hombre cuya ejecutoria, siendo caritativos, es la siguiente: llegó al
poder de modo fraudulento, mintiendo sobre su programa electoral; no
sabe hablar ni en su propia lengua e ignora cualquier otra; solo lee el Marca
y únicamente entiende de fútbol, razón por la cual no reconoce ni su
letra; no sabe hablar sin leer y tampoco sabe leer; no dice más que
estupideces con mucha bambolla, bastantes de las cuales son ya célebres;
no da ruedas de prensa; escabulle el bulto, no da nunca la cara y se
refugia tras sus colaborador@s, por lo demás, tan incompetentes como él;
en las comparecencias no admite preguntas; no sabe gobernar sin mentir;
ignora el parlamento pues gobierna por decreto-ley; ha destruido la
división de poderes y hecho trizas el Estado de derecho; está acusado de
cobrar sobresueldos en negro y de hacerse pagar trajes y viajes por la
trama Gürtel sin que haya dado explicaciones; se ha rodeado de chorizos,
ladrones y delincuentes -algunos de los cuales ya están cumpliendo
sentencia- y los apoya; alienta a presuntos delincuentes con SMS; ha
corrompido toda la administración pública en la que reina el enchufismo,
el nepotismo, la incuria y la incompetencia; ha arruinado el país,
eliminado los derechos de los trabajadores, reducido todas las
prestaciones sociales, empujado a los jóvenes al paro, la marginalidad o
la emigración, esquilmado el fondo de reserva de las pensiones,
recortado las de los jubilados y los dependientes, pero carga al erario
los costes de la dependencia de su padre; miente sobre todas las
estadísticas pues hay más paro y más deuda que antes; ha roto España,
fomentando el independentismo catalán; es el hazmerreír de la prensa
extranjera y los demás mandatarios cuando sale al extranjero.
Es
incomprensible que un tipo tan falso, detestable e inútil haya
aguantado cuatro años sin dimitir ipso facto a raíz de su primera
fechoría salvo por el hecho de que la gente tiene unas tragaderas
infinitas. Pero ya lo conoce todo el mundo. De las pocas cosas válidas
que dijo Pedro Sánchez en el debate del lunes, la de "nadie quiere
aguantar otros cuatro años de Rajoy" fue de las más certeras. Igual que
cuando Íñigo Errejón dijo que "cuatro años más de Rajoy y aquí quiere
independizarse hasta Valladolid". Diré más, hasta el barrio de
Salamanca, en Madrid en donde, me costa, por muchos fachas que haya, no
pueden soportar más a este zote que carece de maneras, se espatarra al
sentarse y no dice más que necedades.
El PP.
Todo lo anterior es evidente. Pero, además de presidente del gobierno,
el sobresueldos es presidente del PP y todo cuanto se predica de él
puede predicarse del partido. Es más, como tal partido está imputado en
sede judicial por una ristra de presuntos delitos. Así, cuando Celia
Villalobos (esa señora que se gasta el dinero de los contribuyentes en
jugar con la tablet cuando debería atender a sus obligaciones y que
abronca a su chófer con gritos de verdulera) grita a Pablo Iglesias que
le jode (sic) que este llame "corrupto" a su partido o cuando
Soraya Sáenz de Santamaría (otra acusada de haber cobrado 600.000 euros
en negro que no ha dimitido) protesta de que se llame "corrupto" al PP,
tendrán que aguantarse porque, en efecto, según todos los indicios, el
PP no es solo un partido presuntamente corrupto sino, según algún juez
una supuesta asociación de malhechores o, dicho de forma más clara, una
forma de presunta delincuencia organizada. ¿Para qué? Es obvio y lo sabe
todo el mundo: para esquilmar el erario, expoliar los recursos
públicos, robar a mansalva, privatizar para seguir robando, para
enriquecerse sus militantes, familiares, allegados y clientes.
Los
demás partidos se obstinan en considerar que el PP es uno de ellos
cuando, en realidad, no tiene nada que ver, no es un verdadero partido
sino una asociación una posible organización ad hoc para capturar rentas
del Estado como sea, legal o ilegalmente. Grave error el de esos
partidos con el que legitiman el expolio de esta presunta banda de
ladrones y, con ello, engañan asimismo a la población e incumplen con su
deber de controlar e impedir los excesos de estos mangantes. Cada vez
que hablan de democracia, de sistema electoral, de Parlamento, de
Comunidades Autónomas con esta presunta banda de delincuentes muestran
que, una de dos, son profundamente estúpidos y se dejan engañar o
contribuyen al engaño con algún tipo de complicidad.
Complicidad
con Rajoy, Sáenz de Santamaría, Cospedal, Arenas, Aguirre, Granados,
González, Fabra, Matas, Mato, Aznar, Cascos, Blesa, Rato, Trillo,
Pujalte, Baltar, Bárcenas, Correa, Camps, por no citar más que algunos
casos de un lista de la vergüenza mucho más prolongada.
Ahora sí; esta es la verdad entera. Los dos puntos débiles del PP en las elecciones del 20D son Mariano Rajoy y el PP.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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