El presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy ha comenzado
sus consultas con una primera entrevista con el líder de la oposición
Pedro Sánchez, que ha parecido más la ceremonia de lo que es un
encuentro para celebrar un entierro (“Señor Ruiz le acompaño en el
sentimiento”, “Luis le doy mi más sentido pésame”) que una reunión para
explorar la posibilidad de un apoyo del PSOE a la candidatura a la
Presidencia del Gobierno. Ante la posibilidad de una abstención de
Sánchez en una segunda vuelta, junto con Ciudadanos, cuando se exijan
más votos positivos que negativos o, ante la propuesta de participar en
un acuerdo en un Gobierno formado por populares, socialistas y
Ciudadanos, la última propuesta que ha amasado Albert Rivera, Sánchez,
ha negado su participación en esos dos posibles supuestos, insistiendo
en que los españoles han querido un cambio progresista, orientado a la
izquierda y al diálogo.
Sánchez que por primera vez públicamente le ha plantado cara a la
presidenta andaluza Susana Díaz recordándole que la política de pactos
es responsabilidad del Comité Federal del partido y suyo, como
secretario general del partido, y ante su advertencia sobre cualquier
paso que se dé que se entienda como “aventurerismo”, ha señalado que los
socialista van a trabajar para “que haya un Gobierno en España que los
ciudadanos han querido que sea de cambio y vamos a pensar en el interés
general de los españoles”.
Esta es la primera vez que el secretario general del PSOE comparece
públicamente tras su breve intervención de la noche electoral, en la que
anunció que como partido más votado, había que dejar a Rajoy que
intentara formar Gobierno. Este miércoles no ha querido dar ninguna
pista de lo que va a hacer, en unos momentos en que son numerosos los
barones del partido los que se oponen a un gobierno de izquierdas con
Podemos que durante estos días ha estado pinchando al dirigente
socialista sobre su silencio. Hoy mismo en un artículo publicado en el
digital Huffington Post bajo el título “A Pedro no le dejan”
(refiriéndose a Susana Díaz), se pregunta dónde está Pedro Sánchez, y
cómo es posible que no hayan hablado todavía ¿Es que no va a plantear la
posibilidad de un Gobierno alternativo al de Rajoy? se interroga
Iglesias, que ha lanzado la idea de buscar un “independiente”, ha
insistido en que su resultado electoral ha sido histórico pero que no
son suficientes para que informe al jefe del Estado de mi disponibilidad
para ser presidente del Gobierno”.
Pero la realidad es que en estas elecciones en las que el
bipartidismo ha quedado seriamente tocado aunque no se puede dar ya por
enterrado (entre los dos grandes partidos la suma total se eleva a 213
diputados, 37 más de lo que es la mayoría absoluta) han perdido todos
los partidos, al tiempo que ha surgido otro bipartidismo emergente
(Ciudadanos y Podemos) que representa la “nueva política” que agrupa a
109 diputados, todo un éxito, si se tiene en cuenta que esos dos
partidos empezaron a formarse poco antes de las elecciones europeas de
mayo del año pasado.
Los populares han perdido sesenta y tres escaños, en una
proporción parecida a la derrota sufrida en las europeas del año pasado y
en las autonómicas y municipales de este año, en las que Rajoy perdió
un poder que nunca había tenido ningún dirigente conservador desde el
inicio de la democracia en el país. Los socialistas consiguieron 20
escaños menos que los que obtuvo Pérez Rubalcaba, en ese desesperado
intento de salvar los muebles después del Gobierno Zapatero. Sánchez
dirigió al principio, sus baterías contra Rajoy, para después fijarla
contra Podemos, su principal adversario. La formación de Iglesias,
disfrazada de borreguito en este portal en que han convertido la
contienda electoral, hubiera podido obtener más, pero como dice su
máximo dirigente, Iglesias, sus expectativas y las encuestas eran más
optimistas y podrían haber alcanzado un mejor resultado con una semana
más de campaña, y algún que otro debate.
Por último, Ciudadanos, que ha basado su campaña solo en su candidato
Albert Rivera, ha demostrado que no tiene equipo (muchos de los que han
conseguido escaño pueden dar verdaderas sorpresas como esa candidata
por Sevilla que fue incapaz en Canal Sur de explicar por qué los
sevillanos tenían que votar al partido Naranja) y que todo depende de
Rivera. Por otra parte, desde la pérdida del debate a cuatro en Antena
3, que ganó Iglesias, Ciudadanos se metió en todos los charcos, el
último la víspera de las elecciones anunciando que no iban a votar al
PP, provocando un nuevo trasvase de votos de la formación naranja al PP.
Llegó un momento, en que convencieron a Rivera que podía ser Presidente
el domingo pasado y se lo creyó, y empezó a hablar como tal.
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