Mientras Merkel, Sarkozy y compañía trataban este miércoles y jueves en Madrid de llevar en volandas a Rajoy de nuevo a La Moncloa, un nuevo informe siembra más que dudas sobre la recuperación de la economía española. No la niega, pero la pone en perspectiva: se debe más a factores externos que a otra cosa, y puede venirse abajo a las primeras de cambio en cuanto el mundo sufra otra gran crisis.
Esta
es la tesis central del Centre for European Reform de Londres (CER),
un think tank independiente, proeuropeo y crítico.
El informe, titulado ‘¿Avance o más sufrimiento en España?’, es obra de Simon Tilford, economista jefe y director adjunto del CER. A través de 17 páginas y 24 gráficos, llega a un diagnóstico para meditar a fondo. Primero, el elogio: 'La economía de España se ha expandido durante ocho trimestres consecutivos, se ha fortalecido con solidez y ha batido fácilmente al resto de los países de la unión monetaria'.
El crecimiento sobrepasó el 3% hasta mediados de 2015. El empleo creció en la misma medida, que junto a la subida de los salarios reales, contribuyó a un consumo robusto. La inversión en máquina herramienta también subió con fuerza, a medida que se recuperó gradualmente la confianza empresarial’.
Y ahora, un primer pero: ‘Todo eso son buenos datos, pero también son engañosos. Y no hay pruebas de que sean resultado de la austeridad ni de reformas estructurales’. Un segundo pero: ‘El nivel de la actividad económica continúa deprimido en comparación con la situación de antes de la crisis, y muchos comentaristas se confunden. Incluso aunque la economía crezca un 3% en 2015 y un 2,5% en 2016, no recuperará su nivel de 2007 antes de 2017. Por el contario, si la economía española hubiera crecido anualmente un 2% desde 2008, esto es, la mitad de la tasa entre 1999 y 2007, ahora estaría un 20% por encima de lo que está actualmente’.
El análisis de las diversas magnitudes macroeconómicas no es muy halagüeño, y se refleja en el enunciado de los cuadros: ‘La demanda doméstica todavía está deprimida’; ‘La recuperación de la inversión apenas ha empezado’; ‘En producción industrial, mucho camino por delante’… Sobre el desempleo, Simon Tilford opina lo mismo que hace unos días el hasta hace poco economista jefe el FMI, Olvier Blanchard: ‘Cuando uno tiene un 23% de paro, no creo que eso sea un milagro’. Puesto en perspectiva ese ‘milagro’ del empleo, el informe del CER establece que con una base 100 en 2007, ahora está en menos de 90. Claro que en los peores momentos bajó incluso de 85.
También hay algunos aspectos positivos: que el consumo es lo que está empujando la recuperación, que las exportaciones se codean con las de la mismísima Alemania, que los salarios reales crecen. Oros son menos para celebrar: la regulación obstaculiza el emprendimiento, el comercio y la inversión, la legislación laboral frena la contratación, y el peso de la deuda externa es ‘sobrecogedor’, sin que haya habido suficiente desapalancamiento.
A la vista del informe, Mehreeen Khan ha escrito un comentario en The Daily Telegraph con un título inquietante: ‘Por qué no hay una salida fácil del insuperable desbarajuste económico de España’. El porqué: las condiciones favorables de bajos intereses y de inyección monetaria del BCE no van a durar siempre, y España está peor situada que otros países de la eurozona en caso de un nueva sacudida.
La conclusión del informe del CER afirma que ‘España no es un modelo de la austeridad fiscal y las reformas estructurales’. Y que ‘el crecimiento reciente es menos impresionante de lo que parece a primera vista’. En estas circunstancias, y con una economía fuertemente endeudada, ‘el país afronta el abrumador reto de intentar mejorar la productividad en un clima de persistente inflación baja, alto nivel de deuda doméstica y externa, políticas restrictivas y serios problemas demográficos’.
Pero Simon Tilford da un respiro, aunque muy parcial y matizado: ‘Si no hay otra crisis a gran escala en la eurozona, España debería recuperarse gradualmente. Pero es difícil que el país prospere y que los niveles de vida de los españoles se acerquen a los de los países más ricos de la eurozona’. La verdadera solución, apunta el informe, sería una política de transferencias fiscales de los más ricos a los más pobres en busca de la convergencia. Pero ya se sabe que ni Merkel ni casi nadie está para eso. Por tanto, ‘España encara bastante más sufrimiento’.
El informe, titulado ‘¿Avance o más sufrimiento en España?’, es obra de Simon Tilford, economista jefe y director adjunto del CER. A través de 17 páginas y 24 gráficos, llega a un diagnóstico para meditar a fondo. Primero, el elogio: 'La economía de España se ha expandido durante ocho trimestres consecutivos, se ha fortalecido con solidez y ha batido fácilmente al resto de los países de la unión monetaria'.
El crecimiento sobrepasó el 3% hasta mediados de 2015. El empleo creció en la misma medida, que junto a la subida de los salarios reales, contribuyó a un consumo robusto. La inversión en máquina herramienta también subió con fuerza, a medida que se recuperó gradualmente la confianza empresarial’.
Y ahora, un primer pero: ‘Todo eso son buenos datos, pero también son engañosos. Y no hay pruebas de que sean resultado de la austeridad ni de reformas estructurales’. Un segundo pero: ‘El nivel de la actividad económica continúa deprimido en comparación con la situación de antes de la crisis, y muchos comentaristas se confunden. Incluso aunque la economía crezca un 3% en 2015 y un 2,5% en 2016, no recuperará su nivel de 2007 antes de 2017. Por el contario, si la economía española hubiera crecido anualmente un 2% desde 2008, esto es, la mitad de la tasa entre 1999 y 2007, ahora estaría un 20% por encima de lo que está actualmente’.
El análisis de las diversas magnitudes macroeconómicas no es muy halagüeño, y se refleja en el enunciado de los cuadros: ‘La demanda doméstica todavía está deprimida’; ‘La recuperación de la inversión apenas ha empezado’; ‘En producción industrial, mucho camino por delante’… Sobre el desempleo, Simon Tilford opina lo mismo que hace unos días el hasta hace poco economista jefe el FMI, Olvier Blanchard: ‘Cuando uno tiene un 23% de paro, no creo que eso sea un milagro’. Puesto en perspectiva ese ‘milagro’ del empleo, el informe del CER establece que con una base 100 en 2007, ahora está en menos de 90. Claro que en los peores momentos bajó incluso de 85.
También hay algunos aspectos positivos: que el consumo es lo que está empujando la recuperación, que las exportaciones se codean con las de la mismísima Alemania, que los salarios reales crecen. Oros son menos para celebrar: la regulación obstaculiza el emprendimiento, el comercio y la inversión, la legislación laboral frena la contratación, y el peso de la deuda externa es ‘sobrecogedor’, sin que haya habido suficiente desapalancamiento.
A la vista del informe, Mehreeen Khan ha escrito un comentario en The Daily Telegraph con un título inquietante: ‘Por qué no hay una salida fácil del insuperable desbarajuste económico de España’. El porqué: las condiciones favorables de bajos intereses y de inyección monetaria del BCE no van a durar siempre, y España está peor situada que otros países de la eurozona en caso de un nueva sacudida.
La conclusión del informe del CER afirma que ‘España no es un modelo de la austeridad fiscal y las reformas estructurales’. Y que ‘el crecimiento reciente es menos impresionante de lo que parece a primera vista’. En estas circunstancias, y con una economía fuertemente endeudada, ‘el país afronta el abrumador reto de intentar mejorar la productividad en un clima de persistente inflación baja, alto nivel de deuda doméstica y externa, políticas restrictivas y serios problemas demográficos’.
Pero Simon Tilford da un respiro, aunque muy parcial y matizado: ‘Si no hay otra crisis a gran escala en la eurozona, España debería recuperarse gradualmente. Pero es difícil que el país prospere y que los niveles de vida de los españoles se acerquen a los de los países más ricos de la eurozona’. La verdadera solución, apunta el informe, sería una política de transferencias fiscales de los más ricos a los más pobres en busca de la convergencia. Pero ya se sabe que ni Merkel ni casi nadie está para eso. Por tanto, ‘España encara bastante más sufrimiento’.
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