Con un gran entusiasmo, han comenzado ya los ensayos de la Diada
2015, que conmemora el Día de Cataluña y, sobre todo, este año, el
inicio de la campaña electoral del 27 de septiembre con la que los
nacionalistas pretenden poner las bases de lo que será, el año que
viene, la liberación y la independencia de Cataluña como nación
escindida de España y que intentará incorporarse a Europa. Tanto los
organizadores, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), Omniun Cultural,
Asociación de Municipios para la Independencia (AMI) y multitud de
organizaciones civiles catalanas, pretenden realizar el 11 de
septiembre, según han anunciado, un ” acto épico hacia la
independencia”, que se llevará a cabo desde el principio de una vía, que
tendrá 135 tramos, tantos como los escaños de la cámara catalana, que empieza en la Avenida Meridiana, en el Parc de la Ciutadella, dónde se encuentra el Parlament, hasta su final.
El objetivo es “convertir la Vía Meridiana en la calle mayor de la República Catalana” con unos claros objetivos de regeneración democrática, apertura al mundo, bienestar y justicia social, innovación, sostenibilidad, equilibrio territorial, solidaridad, igualdad, educación, cultura y diversidad. Todo un programa político que estará incluido en una futura Constitución catalana que se está estudiando, desde hace meses por expertos, bajo la dirección del magistrado de la Audiencia de Barcelona Santiago Vidal, suspendido tres años de sus funciones por el Consejo General del Poder Judicial. En la actualidad colabora con el gobierno de la Generalitat sobre el abandono de la legalidad española y su substitución, por otra catalana.
Con estos ensayos ha comenzado la cuenta atrás de esas elecciones
plebiscitarias, así reconocidas, y presentadas de esa forma, desde el
actual presidente de la Generalitat Artur Mas, hasta la totalidad de las
numerosas organizaciones civiles implicadas en el proceso
independentista, cuyos representantes forman parte de esa lista única
“por el Sí”, con la que los nacionalistas, pretenden conseguir, al
menos, una mayoría absoluta de 68 diputados en el Parlamento catalán que
permitiría, según ellos, una declaración unilateral de independencia y
la puesta en marcha de un proceso legal de desconexión con España, al
tiempo que las leyes españolas van siendo substituidas por las
catalanas.
Sin embargo, esa unidad que han comenzado a pedir en los ensayos
preparatorios de la Diada del 11 de septiembre, no parece existir entre
los miembros de la lista única soberanista, ” Junts pel sí”, que preside
el ecocomunista Raul Romeva, sobre todo a la luz de sus declaraciones
del pasado domingo en El País dónde aseguraba que no importaba quien
fuese el presidente de la Generalitat, que en la lista ocupa el número
cuatro y que ese era un tema irrelevante. Lo importante, según él, era
el carácter plebiscitario de la candidatura que encabeza, sin que esto
signifique que tenga que defender la gestión del presidente Mas.
Declaraciones que produjeron tal terremoto político en esa gran
coalición y tal irritación en el presidente de la Generalitat, que al
día siguiente tuvo que rectificar a través de su cuenta de Twiter. “Un
gobierno presidido por Mas, si, quien hasta ahora siempre a la altura de
las demandas ciudadanas”, mientras el presidente de Esquerra, Oriol
Junqueras, echaba más leña al fuego. En medio de toda esta trifulca
dentro de una lista, elaborada a última hora, a la desesperada, para
evitar que Artur Mas se echase atrás y anulase las elecciones del 27 de
septiembre (algo con lo que llegó a amenazar a los responsables de la
Asociación Nacional de Cataluña y de Omnium Cultural), las declaraciones
del hombre de Esquerra, insistiendo en que “los cargos son
irrelevantes”, añadía más problemas a esa candidatura de unidad de la
que tiene solo ese nombre de “Juntos por el Si”, porque , además, son
muchas las especulaciones en torno a unas supuestas confidencias de
Junqueras a gente de toda su confianza: “Esta es mi gran oportunidad y
no renunciaré a liderar la futura Republica Catalana”.
Así está el patio catalán a veinte días del inicio de la campaña,
mientras la tranquilidad parece haber invadido el patio nacional, dónde
el presidente del Gobierno ha vuelto a repetir que no está dispuesto a
que se ponga en tela de juicio ” la unidad de España” y que su partido
no va a aceptar nunca que se violenten “la unidad de España y la
soberanía nacional”. Es decir nada nuevo…
(*) Periodista
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