El elenco de la lista por la independencia aumentó ayer con un nombre, Eduardo Reyes, que ocupará el 6º lugar, detrás de Romeva, Forcadell, Casals, Mas y Junqueras. Reyes es el principal responsable de Súmate,
una asociación de residentes en Cataluña, castellanohablantes, en su
mayoría procedentes de la inmigración. Cualquiera que conozca a Reyes,
un cordobés de origen, sabe que es un hombre de gran dinamismo. Su
plataforma, producto casi exclusivo de su mucho empeño, probablemente
fortalecerá la lista de CDC y ERC con votantes de sentir español, pues
contribuirá a mitigar los temores de estos de encontrarse siendo
ciudadanos de segunda en una Cataluña independiente. En qué medida lo
consiga cuando esa población inmigrante suele sentirse más atraída por
opciones no independentistas es cosa que las próximas elecciones de 27
de septiembre dilucidarán.
Frente a la lista anterior está articulándose otra, la de Catalunya sí es pot que, definiéndose social y de izquierda, también se dice soberanista. La componen, en principio, Podemos, ICV, EUiA y procés constituent.
Y digo "en principio" porque casi todos ellos están pendientes de
ratificar la opción en sendas asambleas y/o consultas a las bases. Esta
tendencia está muy de moda, aunque el personal empieza a maliciarse que
las aficiones referendarias pueden dar resultados pintorescos como ha
sucedido en Grecia, en donde un gobierno organiza un referéndum, pide el
"no", sale el "no", pero él lo interpreta como un "sí". En el caso de Procés Constituent se va más allá del referéndum o la consulta para supeditar la decisión al resultado de un congreso dentro de unos días.
El
ambiente es de ilusión y pocos dudan de que las asambleas, círculos,
bases, sancionarán la confluencia propuesta. Hay ya acuerdo en que la
lista sea encabezada por el independiente Arcadi Oliveres, de Procés Constituent
y los demás apoyan cerradamente: Coscubiela, Nuet, Dante. Por qué no es
cabeza la monja Forcades es asunto que da qué pensar, aunque no sea
ahora el momento. El momento es poner en pie una lista frente a la de
CDC/ERC con una finalidad, repetimos, social, de izquierda y soberanista
y con un bosquejo de programa que Palinuro analizaba hace unos días en
un post titulado La república catalana de Podemos.
La tendencia a tipificar ambas listas de modo simple es poco afortunada. La de Catalunya sí es pot dice
ser de izquierda, pero integra a Podemos, a quien eso de la izquierda
no dice nada y parece cosa de trileros, mientras que en la otra figura
ERC que es un partido de izquierda de toda la vida. El asunto es más
complejo. La lista de CDC/ERC es, sobre todo, independentista y
la unión de la izquierda republicana con la derecha de Convèrgencia (con
el añadido de la población castellanohablante) pretende simbolizar esa
prioridad nacional al tiempo que especifica qué medidas concretas adoptará para lograr sus objetivos.
Catalunya sí es pot
es primeramente social y de izquierda y solo después, también
soberanista. Y las medidas concretas que anuncia para ese objetivo son
confusas. Pero, sobre todo, la gran diferencia entre las dos listas es
la presencia o no de partidos españoles en ella. En la de CDC/ERC, todos
los componentes son de ámbito estrictamente catalán, incluido Súmate. En
la otra lista se mezclan formaciones puramente catalanas con otras con
proyección de ámbito español, en concreto EUiA y, sobre todo, Podemos.
Esto explica por qué sus propuestas soberanistas son tan confusas. De
hecho ya lo son las de Procés constituent por su cuenta
La
existencia de dos listas debilita la consideración de las elecciones
del 27 de septiembre como consulta plebiscitaria. Pero ya lo estaba
desde el momento en que las CUP van a las elecciones como opcion
independentista y de izquierda. Añádase el frente constitucionalista
que invoca Sánchez Camacho, en realidad un frente nacionalista español
que, de cristalizar, estaría compuesto por el PP y Ciudadanos. Y, por
último, el PSC que es de izquierda, pero ha renunciado expresamente al
derecho a decidir y, en consecuencia, también representa una opción
claramente diferenciada.
Con todo, esas elecciones puede seguir considerándose plebiscitarias, entre un sí a la independencia vía DUI, que comprende la lista primera y las CUP y un no, que comprende todas las demás opciones, aunque con matices diferenciadores.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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