Exclaustrarse ha venido bien a la monja
Forcades que parece haber recuperado el tino. Porque, si no recuerdo
mal, fue ella precisamente quien primero llamó a la confluencia con
Podem y hasta con la CUP, por sorprendente que parezca, bajo la
advocación de un procés constituent que era algo inefable, como la visita del Espíritu Santo en Pentecostés, pero poco tangible.
Quizá
por esa intangibilidad, en realidad inconcreción, se sumó a él
rápidamente Podem, incluso rompiendo su animadversión a los "pitufos
gruñones" de IU, porque, siendo catalanes, serían menos pitufos o menos
gruñones. Además, el nombre de Catalunya sí es pot recoge en
parte el suyo. De este modo, la correspondiente asamblea de Podem ha
ratificado la confluencia con un 80% de los votos. Lo que no sé es cuál
será el total de votos emitidos sobre el de votantes. El abstencionismo
en Podemos es pavoroso. Que a Pablo Iglesias o su lista lo haya elegido
el 92% de los votantes, siendo estos el 16% del censo quiere decir que
lo ha elegido el el 14% del censo o algo así.
El caso es que el Procés constituent de la señora Forcades, que iba sexta en la lista de Catalunya sí es pot,
no confluye, se queda fuera de la plataforma que iba a presidir Arcadi
Oliveres, quien se negó a ello. Como ahora la asamblea rechaza confluir
con la izquierda. No tengo muy claras las razones. Parece que en el Procés acusan a Podem de no tomarse muy en serio el procés,
pero tampoco estoy seguro. La razón más esgrimida es que la plataforma
de Forcades/Oliveres es un movimiento social, pero no un partido
político. Es poco convincente. No hay ninguna razón para que un
movimiento no pueda confluir con un partido. Dependerá de lo que
acuerden. No obstante, el Procés avisa de que no será opción
votable, lo que deja libre la imaginación para saber a quién votarán los
que se han negado a confluir con Podem y los partidos de la izquierda
catalana.
Los
partidos de la izquierda catalana excluido el PSC que, a su vez,
también ha rechazado otra confluencia, esta más a la derecha, entre el
PP, C's y el PSC. Incluso duda de que PP y C's puedan aliarse. El PP
catalán, en pleno fervor patriótico español, ofrece un pacto con un
término de clarísima raigambre del catalanismo político, un pacto por la
concordia, como Cambó.
ERC,
por nadar contra la corriente, ha reafimado su pacto con CDC, su
enemigo de clase, pero aliado de nación, al tiempo que Junqueras
reafirma la orientación izquierdista de su partido. La alianza con la
burguesía catalana es transitoria, mientras se consigue el Estado
propio. Luego, cada cual volverá a su lugar.
Los
de la CUP consideran que esta alianza es innecesaria y mantienen su
voluntad independentista pareja con su pureza ideológica.
La evidente hegemonía del soberanismo induce a preguntar por la suerte de Catalunya sí es pot en las elecciones, después de la defección de Forcades/Oliveres. Podría pensarse que, al no sumarse el Procés,
la plataforma ganaría en nitidez programática y claridad ideológica.
Pero sería falso. La confusión, la indeterminación, la falta de claridad
está en Podem y las dos formaciones de izquierda que lo acompañan.
Quedando poco tiempo y estival para mejorar la imagen y hacer
convincente el discurso antes de las elecciones, lo verosímil será que
su voto se desplace hacia el PSC que, por lo menos, ya ha dejado claro
que no quiere ni oír hablar del derecho a decidir o a la CUP que tiene
también espíritu de movimiento social, pero permite votar. Y hacerlo por
la independencia.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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