Apolo concedió a Casandra el don de la profecía, pero cuando ella
rechazó al dios griego, éste la maldijo con la incapacidad para
convencer a los demás de sus vaticinios. Las exigencias de Ciudadanos y,
la numantina resistencia de Bascuñana a dimitir, con Valcárcel a todo
esto con sus cosas por Europa, está poniendo de los nervios a más de
uno, y de dos, en el PP regional.
La negociación no avanza y se extiende
el ‘síndrome de Casandra’ entre los populares, que empiezan a ver muy
negra la presidencia de la Comunidad y no saben qué hacer para cambiar
el curso de los acontecimientos. El candidato Sánchez llama a la calma a
los suyos y señala que tiene el asunto bajo control. Es cuestión de
estrategia y aún queda tiempo, alega. Quizá lleve razón, pero cada día
que pase le va a ser más difícil apaciguar a sus tropas. Se avecinan
días intensos.
(*) Director de La Verdad
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