Poner coto a la corrupción y emprender una verdadera y efectiva
regeneración de la vida pública fue el principal móvil que nos llevó,
hace hoy ocho días, a PSOE, Podemos, Ganar la Región (IU) y UPyD de la
Región de Murcia a suscribir lo que hemos denominado el Pacto del Moneo.
Un compromiso serio que nos demanda la ciudadanía y por el que de
manera responsable hemos unido fuerzas casi todos los partidos –PP y
Ciudadanos han quedado fuera- con el firme propósito de llevar a cabo
una limpieza democrática y no pactar con quien lleve imputados en sus
listas. Dicho acuerdo contempla, además, aunque de manera menos
apremiante, una reforma de la normativa electoral, aprobar una ley de
consultas y fomentar la participación de la ciudadanía en la toma de
decisiones que les afectan.
El problema de la corrupción ha minado y amenaza la salud de nuestras
instituciones y es preciso tomar cartas en el asunto. Resulta
descorazonador a la vez que indignante ver el espectáculo, un día sí y
otro también, de personas consideradas honorables, de cargos públicos
que han estado manejando el dinero de todos, salpicadas por escándalos,
inmersas en tramas ilícitas y trasladadas en furgones policiales a los
juzgados. Imágenes muy poco edificantes para unos sufridos ciudadanos
que las están pasando canutas por la coyuntura actual.
Es preciso poner distancia con los que son laxos con estas conductas,
con estas malas prácticas, y siguen contra viento y marea manteniendo e
incluyendo en sus listas a personas que están bajo la lupa de la
justicia. Y lo peor es que pretenden hacer de la mentira virtud y siguen
engañando a la sociedad, prometiendo cínicamente que van a acabar con
la corrupción y abogando por la transparencia, mientras hacen lo
contrario.
El PP se ha vuelto a quedar solo. Le cuesta reconocer los errores,
más aún enmendarlos. Ha querido hacer como defensa un buen ataque, con
argumentos como que este es el Pacto del reparto de cargos; una
afirmación absurda y falsa para intentar restar valor a un valioso
gesto. El verdadero motivo es extender una cortina de humo que oculte
las razones de esta negativa: no están dispuestos a cumplir los
requisitos exigidos, a cumplir las condiciones del acuerdo. Siguen
ganando tiempo, con discursos vacíos en torno a una regeneración que no
materializarán porque no están por la labor de hacer el más mínimo
sacrificio y siguen mostrando demasiada tolerancia hacia su podredumbre.
El Pacto del Moneo no es un acuerdo contra nadie, es una alianza
contra la corrupción. Las formaciones políticas que hemos coincidido en
esta prioridad no tenemos intención de aislar a nadie. Si el PP por
motivos muy concretos o Ciudadanos no quieren participar es su elección.
Pero el problema de la corrupción ha cobrado unas dimensiones demasiado
graves y las medidas a tomar deben ser ejemplares.
Para ello, partidos como el PP deberían practicar una cirugía radical
de sus imputados. En la Región de Murcia podría empezar por cesar al
delegado del Gobierno y destituir a todos los imputados e imputadas por
casos de corrupción que lleva en sus listas para las próximas
elecciones. A todos y todas. Lo que afecta también a los cargos que
elija la Asamblea Regional, como por ejemplo, los senadores por
designación directa.
La ciudadanía necesita hechos, no más palabras. Debemos demostrarles,
por el bien de la democracia y de nuestras instituciones, que atajar
fehacientemente esta lacra no es sólo una intención en época electoral,
que estamos decididos a ser contundentes e intransigentes con esta
delincuencia de guante blanco.
El PP no puede seguir secuestrado por el miedo de que alguien tire de
la manta ni escudarse en los demás para no reconocer y poner freno al
problema. Por duras que sean sus circunstancias, que lo son, con la
plana mayor de este partido a nivel nacional bajo sospecha, con un ex
presidente como Valcárcel que ha acabado investigado por la justicia o
con el propio candidato a la Presidencia de la CARM, inmerso en un
proceso de investigación judicial que podría llevarle a estar imputado.
Situaciones vergonzosas que deben arrancarse de raíz, afecten a quien
afecten y aunque llegado el momento les puedan suponer la dolorosa
renuncia a seguir en política.
(*) Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea Regional de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
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