Si, de infarto puede calificarse la situación de cientos,
miles de políticos en ejercicio, del pepé, del pesoe, cada domingo
cuando se desayunan la encuesta sobre intención de voto publicado en
algún medio nacional. Si antes de ayer fue El Mundo, ayer fue El País,
antiguo buque insignia del partido socialista, quien mostraba a la
ciudadanía que Podemos, PP, Psoe y Ciudadanos casi estaban empatados en
el sondeo realizado hace sólo unos días. Después de las andaluzas, donde
el partido de Susana Díaz fue el mas votado, a pesar de llevar varias
décadas instalado en la corrupción.
Los andaluces, a lo que se ve, se
han vacunado ante la forma de gobernar de una casta que subsidia el paro
y se reparte millones entre sus amiguetes sin importarles la legalidad
un pimiento. La juez Ayala ha levantado una alfombra donde lo último es
el fondo de reptiles. Es la manera de saltarse la ley, para repartirse
el dinero público, lo que debería escandalizar a una población que sigue
votando a los mismos que han arruinado el futuro de las ocho provincias
del mapa andaluz. Pero eso es otra historia.
Hay
cientos, miles de políticos que están de infarto. Si las encuestas, los
sondeos se hacen realidad, dejarán de pisar moqueta de un día para
otro, y del coche oficial con chófer pasarán al utilitario de tercera
mano. Y a acudir a repostar gasolina y jurar en arameo cada vez que
llenan el depósito por noventa euros. Algunos agotarán el desempleo sin
tener claro dónde podrán trabajar, porque miles no tienen una profesión
conocida salvo la de formar parte de un aparato que durante decenas de
años ha repartido prebendas entre los militantes más dóciles.
Porque
son legión y todos conocemos al menos a unos cuantos concejales que
irán del coche oficial al paro. En algunos casos, muchos, el empresario
amigo que durante años se benefició de su amistad con el concejal de
urbanismo, y que le hizo ganar muchos, muchos millones, lo colocará, por
lástima en algún puesto de su empresa para justificar el salario y que
no se muera de hambre. Pero otros miles de concejales que perderán su
acta en las elecciones del 24 de mayo irán directamente al
paro, al divorcio y a deprimirse ante el amargo futuro que les espera
después de haber saboreado la mieles del poder durante tantos, tantos
años.
Porque los que
han gobernado la nación, los que se han sentado en el consejo de
ministros, tienen su futuro resuelto a otro nivel. Esos tienen puestos
vitalicios en la banca, en las eléctricas, en las petroleras. Para eso
estuvieron a sus órdenes mientras viajaban en coche oficial. Son las
famosas puertas giratorias tan denunciada por unos y otros pero nunca
eliminadas.
Lo vamos a ver, lo estamos viendo.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario