Calero ha vuelto, no se le ve pero se le siente. Deben temblar Valcárcel y Cámara. El primer gol se llama Garre. El segundo va a ser un penalti por toda la escuadra. Entremedio, ha pillado fuera de juego a ambos traidores. Y los ha atado bien corto. El primero llegó a creer que había podido escapar con un escaño en Bruselas. La próxima semana, en el hemiciclo de Estrasburgo, podrá comprobar que no es así para nada, esta vez a manos de 'Podemos' y la Orden Tercera Franciscana. ¡Vaya alianza para la ocasión! Hay pleno del Parlamento Europeo y Lola le va sacar los colores en público, hasta abochornarlo delante de todos los grupos parlamentarios de la Unión.
El todavía alcalde de Murcia ha visto, por su parte, como, tras creer que concejales agradecidos y chacineros de postín habían logrado torcer tribunales especializados, el brillante abogado del Estado inspiraba estrategias para devolverlo a los juzgados. Y ahí anda enredado definitivamente, arrastrando muy pronto a toda su familia mayor de edad a tener que dar explicaciones a jueces y fiscales desde el duro banquillo. No tan incierto su futuro personal. Nada de UMU y menos de UCAM por hacer trampas en el póker.
Ya ha sucedido eso mismo con parte de la familia de Valcárcel, implicados e imputados sus miembros por presuntos encubridores y/o colaboradores necesarios para consumar delitos. Veo la larga mano de Calero siempre de fondo, eso sí, con toda sutileza florentina tras saber esperar largamente su momento. El objetivo del exterminio político es toda la saga con algún daño colateral a enriquecidos a la sombra de San Esteban y La Glorieta. A este magistrado, como al joven David, no se le ha podido seducir con empleos para hijos y esposa, la fórmula habitual de tentar voluntades y conciencias por doquier en ese ámbito.
La era del PP murciano acaba así abruptamente para los dos navajeros y sus familias. Todos marcados por los siglos de los siglos. Y Valcárcel a punto de regresar para siempre de Bruselas, ya sin escaño y con el rabo entre las piernas para gran pesar de sus amistades murcianas en París y Algezares. Intuyo que el calvario para ambos no ha hecho más que empezar por aquello de que la peor cuña es la de una misma madera y aún deben purgar sus pecados de juventud política con quienes les procuró su primera oportunidad, bien aprovechada, bien.
Garre es ahora la herramienta, el garrote vil virtual para quienes un día ya lejano desplazaron el liderazgo natural del PP murciano para tornarlo en una camada de algo que todos estamos pensando ahora, una cueva de granujas y mafiosos depredadores, hasta situar a la Región de Murcia en parámetros del segundo y tercer mundo según comarcas, situando a todos los niveles a gentes con la misma moral política, es decir, ninguna.
Algo para lo que Calero estorbaba definitivamente hace casi veinte años porque su modelo para Murcia y los valores para su sociedad eran radicalmente otros. Ahora se ve meridianamente claro en manos de que gentuza hemos estado durante tanto tiempo, a tenor de las calificaciones claras y expresivas de la europarlamentaria de Cartagena en alusión directa a los más claros saqueadores.
Algo para lo que Calero estorbaba definitivamente hace casi veinte años porque su modelo para Murcia y los valores para su sociedad eran radicalmente otros. Ahora se ve meridianamente claro en manos de que gentuza hemos estado durante tanto tiempo, a tenor de las calificaciones claras y expresivas de la europarlamentaria de Cartagena en alusión directa a los más claros saqueadores.
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