Enhorabuena, don Pedro Antonio Sánchez.
Hace años escribí que sería usted el candidato, y pasaron años sin que nadie me creyera, ni siquiera en el interior de su partido. En realidad no acerté, pues apunté qué sería el candidato de 2011, pero entonces Valcárcel no le dio el relevo porque observó que al PP todavía le quedaba cuerda, podía ganar él mismo y después tomar el tren a Europa. Se dio otra prórroga y a usted lo emplazó para 2015, cuando el triunfo del PP es más incierto. Supongo que es consciente de que a usted le ha dejado las sobras mientras él se acomoda en Bruselas con el salario de veinte obreros.
Pero el caso es que le ha llegado su hora, y es bien merecido, porque es usted el mejor activo con que cuenta su partido, cuyas siglas están sumidas en el descrédito. Todo el baqueteo que usted ha sufrido no debiera influir en la consideración de aprecio a sus cualidades, pues al día de hoy no hay nada que reprocharle.
Dije hace tiempo que es usted el hombre que más se parece a Valcárcel, y lo escribí como un elogio, pero hoy no puedo repetirlo, pues sería un elogio envenenado. Supongo que sabe que lo mejor que puede hacer es tratar de distinguirse todo lo que pueda de Valcárcel, a la vista de lo que hoy sabemos y de su manera de operar y de comportarse en las fases críticas. Difícil lo tiene, pues Valcárcel es su mentor. Y en esta hora lo es, más que por el interés de usted o de su partido, por el suyo propio. La pena es que ahora, por las circunstancias, sea usted deudor en parte de ese entorno pringoso en que anidan los Martínez Pujalte y otros de su calaña. O se zafa de ellos o acabarán enmierdándole.
Lo siento por Alberto Garre, quien en la última semana ha prestado más servicios a la sociedad a costa de su propio futuro político que su antecesor en los últimos diez años. El único acierto, bien que involuntario, de Valcárcel fue designarlo presidente para poder marcharse al Parlamento Europeo. Ahí, en Garre, tiene usted la primera prueba.
Cuente con mi enhorabuena. Se mantendrá si actúa usted libre de hipotecas.
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