Pues lo tienen mal, muy mal, los del bipartidismo. Porque
aunque la cifra oficial sobre la creación de empleo no sea mala, hay
que tener en cuenta que tenemos, oficialmente, cuatro millones y medio
de parados. Y seguro que esos cuatro millones y medio, y sus familiares
directos, no van a votar a esos concejales, parlamentarios, diputados,
que viven como ricos, gastando en viajes gratis total, cuando no están
cobrando, bajo cuerda, los sobornos de empresas concesionarias de obra y
servicios públicos.
Por
eso los del bipartidismo, pepé y pesoe, que durante treinta y siete
años se han repartido los cargos remunerados, están de los nervios.
Hasta en Cataluña están con la mosca y no saben como contrarrestar al
votante cabreado que ya ha manifestado, en las encuestas, claro, que
dejará de votar a los partidos de clase.
Esos partidos que han crecido y
crecido y sembrado de corrupción el panorama nacional. Hasta en el
País Vasco puede cambiar el mapa político conocido, por otro más joven,
menos conocido, pero ajeno a enjuagues, ajeno de prácticas corruptas,
ajeno al poder que todo lo corrompe. Y el poder absoluto corrompe
absolutamente todo lo que toca.
A
las vergüenzas de las actuaciones en Andalucía, con cientos de casos
que señalan la connivencia de la propia Junta de Andalucía, la confesión
de Pujol, los por cientos que todos practican en las obras públicas,
los escándalos que proceden del pepé, está apareciendo el clientelismo
corrupto en el propio País Vasco. Las encuestas ya desplazan a Bildu
como segunda fuerza política, y peligra la hegemonía del PNV.
Por
eso, los actuales políticos de la casta, han tocado zafarrancho de
combate y en todas las televisiones controladas por el poder tienen
órdenes de atacar y desprestigiar a los candidatos de Podemos y al
propio ideario del partido. Las instrucciones de Soraya, la vice, y de
los jefes de los partidos que gobiernan en autonomías, es que estamos en
guerra. Hay que repetir y repetir que si llegan al poder los seguidores
de Pablo Iglesias esto será Venezuela, será Cuba... Y como peligra
seriamente la permanencia en el poder, en el coche oficial con chófer,
viajes gratis total, y demás prebendas, pues todo vale.
Si,
lo tienen mal los de la casta política. Hay mucho parado, mucha familia
de parado que lleva años sufriendo, no llegando a fin de mes, mientras
sus políticos despilfarran y miran para otro lado. A ellos, a la casta
política, no le afecta el paro... No sufren la crisis, no la sufren. Que
no.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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