MADRID.- El exdirectivo de Caja Mediterráneo (CAM) y ex concejal del PP en el Ayuntamiento de Murcia, Juan Ramón Avilés, aseguró este lunes ante el Tribunal Supremo que no se hace "responsable" de la decisión que tomó el Consejo de Administración de la CAM de avalar las dietas que percibió como presidente de la Comisión de Control de una participada de la Caja.
El también exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Murcia declaró
este lunes en el juicio que se sigue contra él por irregularidades en el
cobro de esas dietas y en la concesión de varios préstamos, en el que
coincidió con el exdirector general Roberto López Abad en que las
retribuciones en la extinta caja alicantina estaban "por debajo del
mercado".
En un tenso interrogatorio, en el que la presidenta del tribunal,
Teresa Palacios, le reprendió en varias ocasiones por el tono de sus
respuestas, ha insistido en que fue el Consejo de Administración de CAM
el que dio el visto bueno a la creación de la Comisión de Control de la
participada Tenedora de Inversiones (TI) y, por tanto, a la concesión de
dietas.
"Soy responsable de mis actos, no de los actos de otros", precisó
Avilés al representante de la Fiscalía Anticorrupción y al de la
acusación particular ejercida por la Fundación CAM y el Fondo de
Garantía de Depósitos (FGD).
Así, explicó que la Comisión de Control de CAM, cuyos integrantes
fueron los mismos que los de la participada, podía llegar como "máximo" a
"proponer" la suspensión de un acuerdo tomado por el Consejo, pero
nunca lo hizo porque "no hubo motivo".
Preguntado por la importante diferencia entre sus dietas en TI, con
las que ingresó 308.000 euros entre 2007 y 2011 frente a los 24.000 que
recibió en la caja, emplazó a formular esa cuestión a los consejeros y a
la Comisión de Retribuciones.
En todo caso, "estaba por debajo de mercado", respondió Avilés para
añadir a continuación que "es como comparar churras con merinas" y
"preguntar por qué cobra más el presidente de una comunidad autónoma que
el de otra".
Además, agregó que en la participada "tenía muchísimo trabajo" y que
participó en reuniones "de más de dos horas e, incluso", en ocasiones,
tenían que parar "para comer".
El exdirectivo murciano subrayó a las acusaciones que las dietas se
duplicaron en todas las participadas de la caja, pero posteriormente, a
instancias de la presidenta del tribunal, se desdijo y reconoció que se
refería a los consejos de administración y no a la Comisión de Control
de estas sociedades, y que TI era la única para la que se creó este
órgano.
Además de las dietas, Avilés fue cuestionado por los créditos que
recibió para la inmobiliaria La Vereda de Sucina, de la que la Fiscalía
le acusa de ser propietario y gestor efectivo a través de varios
familiares y sociedades interpuestas, si bien por aplicación de la
normativa sobre cajas de ahorro debería haber abandonado sus puestos en
la caja.
Le inquirió por qué no se abstuvo de aprobar esos créditos, a lo que
contestó que era responsabilidad del Consejo de Administración, que
después informaba a la Comisión de Control de CAM. "¿Qué quiere, que me
tape los oídos?", espetó Avilés al abogado del FGD, lo que provocó que
la magistrada haya afeado su "forma de contestar absolutamente
incorrecta" y le haya emplazado a "guardar las formas".
Por último, afirmó que nunca se desvinculó de La Vereda y que llegó
incluso a demandar civilmente a la Caja por los intereses de unos
préstamos que siempre conoció el Instituto Valenciano de Finanzas.
"No he pagado, no tengo dinero, es como asfixiar a alguien con una
bolsa y luego acusarle de que no respira. ¿Usted cree que alguien en el
mundo se atreve a hacer negocio con el grupo Avilés?", concluyó.
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