Tenemos a un presidente tutelado por un comisionado para Asuntos
Económicos; pero eso, en el estado de descomposición institucional en
que se encuentra la región, casi carece de importancia. Tenemos a un
Garre maniatado por un Valcárcel todopoderoso; pero con eso ya se
contaba cuando lo designó. Tenemos a un jefe de gobierno interino,
provisional, sin poderes, sin ningún peso en su partido. Así va la
región.
Lo que pinta Valcárcel al frente del PP murciano ya se
sabe. Mucho. Pero ¿alguien sabe lo que pinta Vicente Martínez Pujalte
como comisionado para Asuntos Económicos? ¿Alguien sabe a qué se dedica,
aparte de ser la sombra del presidente? ¿A controlar el déficit, como
dice él? ¿A ser el informador de Rajoy? ¿Tan manirrota es la Hacienda
murciana? ¿Tan poco confía el gallego en sus correligionarios murcianos?
Sea como sea, lo cierto es que Pujalte empieza a sacar alguna ganancia
de pescador en este río revuelto. El "comisionado" va adquiriendo cada
día que pasa más protagonismo, tanto en los actos del partido como en
las decisiones de la Comunidad, y eso está levantando algunos rumores.
Si se produjera un escenario similar al que hubo cuando Valcárcel
presentó su dimisión – con un Pedro Antonio Sánchez todavía imputado y
un Juan Carlos Ruiz "vetado"- podría ser el campanazo electoral, con el
beneplácito de Génova.
El convulso panorama electoral que ha
dejado tras sí el 25M deparará sorpresas cuando se confeccionen las
listas para los próximos comicios. En todos los partidos, ya veréis. Y
ésta puede puede ser una de ellas. Si esto fuera así, el enigmático
papel desempeñado por este agazapado cobraría pleno sentido. Podría ser
que se esté produciendo un "golpe de estado" en el PP murciano, en estos
momentos, mientras que nos entretienen con las visitas de Garre y el
cuento de la recuperación.
Ahora bien, hay una cosa de la que no
me cabe ninguna duda. Si Martínez Pujalte va para presidente, aquí no va
a faltar diversión. Seguiremos teniendo crisis, pero con diversión.
Basta echar una mirada a su trayectoria política para saber lo que nos
esperaría.
Antes de ser nombrado "comisionado", Pujalte recaló en Murcia
como diputado en la legislatura anterior tras ser defenestrado en
Valencia. Adscrito al sector zaplanista, a Pujalte se lo quitó de en
medio el nuevo presidente valenciano. De un plumazo se libró de un
adversario político y de un personaje incómodo y polémico.
De su etapa
como portavoz adjunto del PP en el Congreso la hemerotecas guardan
algunas intervenciones memorables. "Vicentito", como lo llamaban en
Valencia, era, en palabras de un conocido periodista, "ese señor de voz
aflautada y bigotito de chulapo de zarzuela, con un aseado aspecto de
empleado de antigua camisería, que suele gesticular como un hooligan
desde las gradas de la bancada popular del Congreso de los diputados".
Era la época de Zapatero y el PP había encontrado en él al perfecto
"bronquista" para dinamitar cualquier debate.
Eso le costó ser el
primer diputado expulsado del Congreso. Se cuentan por decenas las veces
que el presidente de la Cámara Baja lo tuvo que llamar al orden por
faltarles al respeto a sus adversarios políticos. Incluso el comedido
Solbes llegó a decir que las intervenciones de Pujalte andaban "sobradas
de tonterías y deberían sonrojarle si tuviera un gramo de vergüenza y
algún respeto a lo que representa".
Al día siguiente de ser
desalojado del hemiciclo, el "comisionado" consideró su expulsión
desproporcionada: "Creo que pagué 'el pato' por la fama que arrastro",
declaró a la prensa. Sí, una mala fama que empañaría todavía más la
pobre imagen política que arrastra la región.
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