Reza la sabiduría del pueblo, la que
siempre tiene razón, que «se pilla antes a un mentiroso que a un cojo» o
que «la mentira tiene las patas muy cortas»... Es cierto, y tenemos un
ejemplo cercano: el comportamiento del PP en el caso del soterramiento
del AVE a su paso por la ciudad de Murcia.
La historia de esta
reivindicación ciudadana nunca tuvo mayor certeza que la que se alcanzó
con el convenio firmado entre las tres Administraciones afectadas en el
año 2006. Liderado por un Gobierno socialista en la nación, se proyectó
un soterramiento integral del trazado seguido por las vías del tren en
su discurrir por el Sur del municipio de Murcia. Tenía como doble
objetivo fundamental que dicha infraestructura llegara en las mejores
condiciones al principal núcleo de población de la Región; y que se
llevara a cabo la eliminación de la barrera física que ha limitado en
gran medida el mejor desarrollo de barrios y pedanías de la ciudad de
Murcia.
Durante cuatro años se continuaron las obras de la
plataforma hasta su llegada a las Puertas de Murcia; se tramitó, no sin
cierta lentitud por parte del ayuntamiento de Murcia, el plan
urbanístico para la adecuación de la zona del barrio del Carmen a una
nueva estación intermodal y la regulación de los nuevos espacios
públicos a urbanizar. Se siguió invirtiendo aun en épocas de crisis para
la culminación del proyecto, pero en noviembre de 2011 las cosas
empezaron a cambiar. El Gobierno de Rajoy comenzó a enviar señales de
falta de compromiso con la Región de Murcia y su sucursal en la Región
asumió con cierta naturalidad que eso del soterramiento para Murcia era
demasiado. Esta y no otra es la triste realidad que hoy vivimos: la
absoluta falta de voluntad política del Partido Popular para llevar
adelante lo pactado en 2006.
Lo demás, todo mentiras, fechas de
llegada del AVE a conveniencia, debates sobre estaciones provisionales
que hoy ya sólo son parte de este montaje inadmisible, participación en
manifestaciones para salvar el pasado proceso electoral, una tomadura de
pelo constante a los vecinos del Sur del municipio de Murcia, que dejan
mucho tiempo de sus vidas en una reivindicación justa y que sólo han
recibido amenazas y falsas promesas en los pasos a nivel del tren en los
que se han manifestado.
No sólo se han reído de la sociedad
murciana; además, en el colmo de la deslealtad institucional,
Rajoy-Valcárcel-Garre y el alcalde Cámara, señalado por los tribunales
con el punto rojo de la indecencia política, han hecho caso omiso de la
voluntad popular representada en el pleno del ayuntamiento de Murcia y
la Asamblea Regional, participando en acuerdos unánimes a sabiendas de
que los iban a incumplir. Si la conducta del que dicta una resolución
injusta a sabiendas se llama prevaricación, la mentira a los ciudadanos
por parte de los que les representan en el lugar donde reside su
decisión cada cuatro años se llama dimisión. La de los responsables de
esta farsa.
Dice bien Joaquín Contreras en alguna de las
intervenciones que le he escuchado en este tiempo, que el soterramiento
del tren a su paso por Murcia «no es sólo meter el tren por debajo», es
pensar en una solución de ciudad, una mejoría evidente en la vida de los
vecinos del municipio; es responder a una reivindicación ciudadana
justa e histórica.
Yo añado simplemente, que es lo que merece
nuestra Región, lo merecen Cartagena y Lorca que dependen de su paso
cuanto antes por la ciudad de Murcia para ver su llegada, lo merecen los
ciudadanos, necesitamos ese transporte ferroviario digno, no
necesitamos más mentiras y estaremos enfrente de aquello que no responda
a lo pactado con los ciudadanos.
«El tren por abajo, nosotros por arriba».
(*) Viceportavoz del PSRM en la Asamblea Regional
(*) Viceportavoz del PSRM en la Asamblea Regional
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