Que se despida para siempre el pobre muchacho del Puerto, que lo tenga claro el profesor de Formación Profesional venido a más, y que no se haga más ilusiones el portero de bar de copas. Ninguno sustituirá al presidente. A tiempo parece que lo vió ese orondo alcalde de bahía irredenta, que giró su estrategia al futuro beneficio del ladrillo. O aquel joven brillante pasado por California, que ni ha querido saltar al ruedo pese a su influyente y denostado padre de la derecha murciana más dura.
Ninguno pertenece, y la mayoría no sabe ni de su existencia, al clan del Festival. Porque la clave ahora, y como siempre en el PP de Valcárcel-Carrillo, está en el paso por el Festival Internacional de Folklóre Mediterráneo, un invento del franquismo local para dar de comer mejor a las entregadas familias falangistas Fernández-Delgado y Valcárcel Mavor en base a los grandes favores prestados al Régimen. Un repaso a las hemerotecas de la prensa murciana desde los años 60 acreditará de sobra los hechos y el penoso papel, desde la extinta Diputación Provincial, del todavía impune Clemente García, en aquel tiempo.
Es de pura lógica que el sustituto de Valcárcel, si Génova 13 no lo remedia antes vía familia Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín cerca de Rajoy, sea del clan del Festival y con el consenso de las familias Valcárcel Siso-Sánchez Carrillo. Y, hoy por hoy, todas las papeletas las tiene la holgazana parlamentaria de Belén, quien no creo que saltase inesperadamente para decir lo que dijo si no es dentro de una estrategia estudiada y calculada del clan para ir deshaciendo ilusiones de ilusos, básicamente el panoli político del Puerto, quien llegó a despedirse, políticamente se entiende, de todos sus paisanos para siempre. Hay que ser pavo.
En el caso del profesor de F.P. impuesto por la CROEM está claro que Valcárcel le ofreció el caramelo envenenado de la vicepresidencia y los recortes para achicharrarlo de cara a la sucesión, no ya entre todos los murcianos sino ante los funcionarios de la Comunidad Autónoma, que han terminado por odiarle. Se venga así Valcárcel de Clemente García, a quien no le perdona su apoyo al alcalde Cámara y sus pretensiones sucesorias mediante alianzas contranatura como la que mantiene con Sánchez Carrillo ante el acoso de jueces y fiscales.
Ni mención aparte merece el portero de bar de copas cuya figura se maneja a placer y para nada por Valcárcel. Como mamporrero ha cobrado más que de sobra sus favores y silencios sobre bajas pasiones de la carne, así que se prepare para un oficio en la calle con las expectativas políticas que se vislumbran para su partido.
En conclusión, doña Belén es el final previsto por el clan desde el principio. La porquería del Presidente tras casi veinte años sin dar mayores explicaciones no puede ocultarla cualquiera porque solamente los pactos de sangre desde el franquismo son de fiar. De las interferencias de espontáneos ya se encarga Sánchez Carrillo, verdadero cancerbero del aparato y manifacero para la conformación de mayorías a lo cacique gallego aclimatado al sureste huertano.
El pavo, el arrogante y el don nadie son demasiado ambiciosos como para no olvidar pronto los favores políticos y creerse haber llegado por méritos propios a San Esteban. Más pronto que tarde estos cuervos terminarían por sacar los ojos al padre. Y en tomar distancia para sacar ventaja personal.
Mientras la enfermera se sabe a la perfección el guión a seguir. Dame pan y dime tonta, que yo te cubriré la retirada. Los intereses son los mismos porque, muy por encima de los intereses del PP, el clan tiene muy claro que están los suyos, a los que disfrazan de murcianismo para que no se note. Por eso, la puerta de dos décadas de latrocinio la cerrará Belén, y nadie más, después de blanquear todos los sepulcros políticos del ya imposible valcarcelismo, cuyo germen está en unos grupos de coros y danzas donde se conocieron siendo muy jóvenes los dueños políticos de la Región de Murcia durante un cuarto de siglo.
En el caso del profesor de F.P. impuesto por la CROEM está claro que Valcárcel le ofreció el caramelo envenenado de la vicepresidencia y los recortes para achicharrarlo de cara a la sucesión, no ya entre todos los murcianos sino ante los funcionarios de la Comunidad Autónoma, que han terminado por odiarle. Se venga así Valcárcel de Clemente García, a quien no le perdona su apoyo al alcalde Cámara y sus pretensiones sucesorias mediante alianzas contranatura como la que mantiene con Sánchez Carrillo ante el acoso de jueces y fiscales.
Ni mención aparte merece el portero de bar de copas cuya figura se maneja a placer y para nada por Valcárcel. Como mamporrero ha cobrado más que de sobra sus favores y silencios sobre bajas pasiones de la carne, así que se prepare para un oficio en la calle con las expectativas políticas que se vislumbran para su partido.
En conclusión, doña Belén es el final previsto por el clan desde el principio. La porquería del Presidente tras casi veinte años sin dar mayores explicaciones no puede ocultarla cualquiera porque solamente los pactos de sangre desde el franquismo son de fiar. De las interferencias de espontáneos ya se encarga Sánchez Carrillo, verdadero cancerbero del aparato y manifacero para la conformación de mayorías a lo cacique gallego aclimatado al sureste huertano.
El pavo, el arrogante y el don nadie son demasiado ambiciosos como para no olvidar pronto los favores políticos y creerse haber llegado por méritos propios a San Esteban. Más pronto que tarde estos cuervos terminarían por sacar los ojos al padre. Y en tomar distancia para sacar ventaja personal.
Mientras la enfermera se sabe a la perfección el guión a seguir. Dame pan y dime tonta, que yo te cubriré la retirada. Los intereses son los mismos porque, muy por encima de los intereses del PP, el clan tiene muy claro que están los suyos, a los que disfrazan de murcianismo para que no se note. Por eso, la puerta de dos décadas de latrocinio la cerrará Belén, y nadie más, después de blanquear todos los sepulcros políticos del ya imposible valcarcelismo, cuyo germen está en unos grupos de coros y danzas donde se conocieron siendo muy jóvenes los dueños políticos de la Región de Murcia durante un cuarto de siglo.
3 comentarios:
Argárico, hace tiempo que no publicabas ningún "apunte". Pero, el de hoy, ¿va en serio?. No me lo puedo creeeeeer...
Argárico, a "aquél joven pasado por California", y además muy ambicioso, le pesa demasiado el apellido de su padre.
¿Belén Fdez. Delgado? Esta región no tiene solución
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