BRUSELAS.- La Política Agraria Común (PAC) perderá en el
próximo ejercicio un 13,12% de sus fondos con respecto al periodo
anterior, según la propuesta final de los presupuestos de la Unión
Europea para el periodo 2014-2020 que los jefes de Estado y de Gobierno
de la Unión Europea han pactado tras más de 18 horas de negociación en
Bruselas.
Los líderes europeos asignan una partida de 362.940 millones de
euros para el conjunto de la PAC, lo que supone 54.800 millones menos
que el gasto agrícola comunitario en el periodo 2007-2013.
Las ayudas directas a los productores y las medidas de mercado que
forman el primer pilar de la PAC recogen la mayor parte de estos
fondos, 277.850 millones de euros, es decir, que esta partida sufre una
rebaja del 13,71 % o 44.150 millones menos que en el periodo anterior.
Por su parte, los programas de desarrollo rural, el segundo pilar,
pierde un 11,12 % de los apoyos y dejará de recibir 10.650 millones de
euros y contará en total con un sobre de 85.090 millones de euros.
En el ejercicio presupuestario, 2007-2013, la PAC contó con un
presupuesto total de 417.740 millones de euros, de los que 322.000
millones fueron para el primer pilar y los 95.740 restantes, para
desarrollo rural.
Los gobiernos europeos, además, introducen un factor de
flexibilidad que permitirá a cada Estado miembro decidir si transfiere
un 15 % de las ayudas de un pilar al otro, con el añadido de que los
países con menores recursos podrán destinar un 10 % adicional de
desarrollo rural a ayudas directas.
Aunque la reforma de la política agraria europea deben negociarla
con el Parlamento Europeo y la Comisión, los Veintisiete fijan con este
texto los límites de la revisión, al proponer el presupuesto con que
contará la PAC en esos siete años y marcar algunas de sus disposiciones.
Por ejemplo, los mandatarios europeos han acordado que sea cada
país quién decida de manera voluntaria si limita las ayudas directas de
la PAC a los grandes terratenientes, en lugar de fijar un techo máximo
de 300.000 euros anuales por explotación, tal y como defendía Bruselas.
La idea de fijar un techo anual a las ayudas agrícolas es una
vieja reivindicación del Ejecutivo comunitario, que ya lo intentó en
negociaciones anteriores de la PAC, pero siempre chocó con la oposición
de la mayoría de las capitales, lideradas por Berlín y Londres.
Dentro del gasto agrícola, los jefes de Estado y de Gobierno
europeos quieren un fondo específico para apoyar al sector en caso de
crisis graves dotado con 2.800 millones de euros. No se trata de dinero
adicional, sino de una reserva de 400 millones anuales de las ayudas
directas que, en caso de no ser utilizado en medidas de crisis ese año,
"será reembolsado como pagos directos". Bruselas propuso en un primer
momento que este fondo llegara a los 3.500 millones de euros.
El llamado 'pago verde' o 'greening' que condiciona el 30 % de las
ayudas directas a que el agricultor o ganadero cumpla con determinados
esfuerzos medioambientales queda confirmado por los líderes en el
acuerdo de presupuesto, si bien deja abierta la puerta a cierta
"flexibilidad". El texto señala que ese 'pago verde' debería incluir
"una clara flexibilidad" para los Estados miembros sobre medidas
"equivalentes".
También recogen la idea del comisario de Agricultura, Dacian
Ciolos, para avanzar hacia una convergencia de los subsidios entre los
diferentes Estados miembros, con el objetivo de que la ayuda por
hectárea sea para todos los agricultores de 196 euros en el horizonte
2020.
Los líderes europeos también han cerrado una partida de 10.542
millones de euros que incluye el futuro fondo para la pesca y asuntos
marítimos, pero también algunas medidas medioambientales. Aunque no
precisan el reparto exacto de esta asignación, fuentes europeas indican
que será similar al de propuestas anteriores.
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