El cuatro de noviembre de 2009, el juzgado número uno de lo contencioso de Murcia, señaló para el treinta de septiembre de 2010, la práctica de la diligencia de vista para conclusiones, lo que en román paladino significa “visto para sentencia”.
Una mora de nada menos que ¡¡trece meses!!, para cerrar un procedimiento abierto hace cuatro años, merced a una denuncia que aporta todas las pruebas de vulneración, pública y notoria de varias leyes, comenzando por la más irrebatible de todas: el omnipresente impacto visual del parador del Castillo de Lorca, para todos los que sean capaces de levantar la vista, sin que el engorro de vestir la toga se lo impida.
Pero pese a todo, uno se empeña en creer que los treinta y cinco millones de euros, que se llevan gastados en la construcción del Parador, no será óbice para que, aunque se haya llegado a permitir la consumación de este atropello, la resolución final no sea otra que la que dicte al juez su recta conciencia, habida cuenta de que las leyes que él administra -y que nosotros conocemos-, no precisan ser interpretadas por Rapel, si no por todos los ciudadanos que leyeren y entendieren.
Por eso preocupa tanto aquel viejo aformismo que afirma: "justicia postergada, es justicia denegada"; pero hoy por hoy y pese a todo, uno sigue manteniendo su empecinada confianza en una pronta y justa actuación de la Justicia en el caso abierto al parador del Castillo de Lorca.
Comprendo el enorme celo, que Sus Señorías intervinientes han aplicado a su trabajo en el juzgado, y por ello, adivino la enorme frustración que debe afligir al juez que lleva el caso del Parador, al tener que postergar la vista de algo tan grave, como es resolver en justicia, sobre la agresión perpetrada contra un Monumento Nacional declarado BIC, con daños irreparables a su interpretación arqueológica, paisajística, monumental, arquitectónica e histórica, sabiendo lo próximo que está la prescripción de los presuntos desafueros.
1 comentario:
¿Lenta? Para ellos eso es velocidad exprés, incluso cuando el caso es tan evidente como este. Su principal ocupación está al parecer en impartir injusticia.
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