“Esta historia no tendría que haber ocurrido nunca, pero desgraciadamente no solo ocurrió sino que sigue ocurriendo”.
Érase una vez un pais bajito y con bigote que hondamente preocupado por lo caros que estaban los solares y los pisos, decidió que todo el monte fuera orégano y se pudiera urbanizar y construir a toda costa, menos en el itsmo ecologista, por eso de que luego no se les encadenaran y se fueran con el chivatazo al gran hermano europeo y este les tirara de las orejas pués aunque se tuviera un Oreja en Europa eso no les iba a servir de nada.
Para la consecución de tan entrañable fin, que no era otro que muchos solares y pisos más baratos, se promulgaron leyes ad-hoc en el choricero convencimiento de que el exceso de oferta abarataría la demanda.
Pero no fue así, alguien que será elevado a los altares de la estulticia, se equivocó como un pichón, que no como una paloma. Los solares se pusieron por las nubes gracias a la acaparación y el oligopolio de unos (botín seguro) y a la especulación de otros. A los pisos les sucedió otro tanto, pese a que se dijo que se alicataban mas pisos que los aliados y el eje juntos, eso sí, de lujo y a precios astronómicos que no de los sociales ¡para qué! si se los quitaban de las manos.
Y todo ello con la más que interesada contribución de los prestamistas que acumulaban más y más hipotecas basura que revendían en el mercado globalizado de la especulación financiera, el invento de los neocom y neoliberales, los del libre mercado, los que dicen que el mercado lo regula todo, todo menos los préstamos, que eso lo tiene que garantizar papa Gobierno.
Como no podía ser de otra forma, el globo, que no la burbuja, se infló e infló hasta que como todo el mundo sabe, menos los del bigote, explotó. Explotó y se llevó por delante a inversores especuladores, compradores, ahorradores y prestamistas del tres al cuarto, sí, los que daban euros a cien pesetas.
También hubo algunos que se forraron, entre ellos los vendedores de solares, pero por eso de que en el pecado está la penitencia o lo otro de San Martín, las ganancias en blanco y negro fueron a parar a la mano que mece la cuna, al mercedes y a la compra de pisos al mismo promotor. Se quedaron sin fe y sin honra, o sea sin solar y sin pisos, como el caso de los propietarios del zerrichar y afamados enrejados entre otros.
En este dislate colectivo no se quedaron atrás los alguacilillos locales, sobre todo los de panochilandia, una horda de expertos urbanísticos, que ahora desfilan por los tribunales de justicia, les invadió y les enseñó como forrarse en beneficio propio, colectivo o en ambos. El urbanismo había muerto y lo que se llevaba era el enjuage, digo, el convenio urbanístico, una cosa que se negocia en un buen restoran, entre el alguacilillo, el dueño (no siempre) o interesado y el listillo experto o intermediario que se las lleva pero que muy bien.
La cosa era tan fácil que hasta un alguacilillo de pueblo lo podía hacer, cuanto más ignorancia mejor, tan simple como eso de que yo te reclasifico para que levantes tropecientos pisos y tu pagas tanto a las arcas municipales en comodos plazos y si de paso queda algo suelto por ahí, pues me lo ingresas en las Islas Cayman (aunque no siempre fue así, claro está).
El milagro de los panes y los peces se hizo carne y los alguacilillos daban por resuelta la financiación de su ínsula barataria. Pues no, no ha sido así y las ínsulas baratarias están al borde de la ruina, pues a resultado que a más convenios más ruina, que se vendió la piel del oso antes de cazarlo.
¿Y la ley? ¿que ley amparaba todo este tejemeneje? Naturalmente la Ley de solares de panochilandia. Entre el panochari mayor y sus mariachis se encargaron de desperfollar (nunca mejor dicho) la panocha, para que todo valiera y de paso que le fueran dando por el cabocope a los ecologistas y a Bruselas. Y en eso estamos, aunque todo esto -claro- es ficción.
Érase una vez un pais bajito y con bigote que hondamente preocupado por lo caros que estaban los solares y los pisos, decidió que todo el monte fuera orégano y se pudiera urbanizar y construir a toda costa, menos en el itsmo ecologista, por eso de que luego no se les encadenaran y se fueran con el chivatazo al gran hermano europeo y este les tirara de las orejas pués aunque se tuviera un Oreja en Europa eso no les iba a servir de nada.
Para la consecución de tan entrañable fin, que no era otro que muchos solares y pisos más baratos, se promulgaron leyes ad-hoc en el choricero convencimiento de que el exceso de oferta abarataría la demanda.
Pero no fue así, alguien que será elevado a los altares de la estulticia, se equivocó como un pichón, que no como una paloma. Los solares se pusieron por las nubes gracias a la acaparación y el oligopolio de unos (botín seguro) y a la especulación de otros. A los pisos les sucedió otro tanto, pese a que se dijo que se alicataban mas pisos que los aliados y el eje juntos, eso sí, de lujo y a precios astronómicos que no de los sociales ¡para qué! si se los quitaban de las manos.
Y todo ello con la más que interesada contribución de los prestamistas que acumulaban más y más hipotecas basura que revendían en el mercado globalizado de la especulación financiera, el invento de los neocom y neoliberales, los del libre mercado, los que dicen que el mercado lo regula todo, todo menos los préstamos, que eso lo tiene que garantizar papa Gobierno.
Como no podía ser de otra forma, el globo, que no la burbuja, se infló e infló hasta que como todo el mundo sabe, menos los del bigote, explotó. Explotó y se llevó por delante a inversores
También hubo algunos que se forraron, entre ellos los vendedores de solares, pero por eso de que en el pecado está la penitencia o lo otro de San Martín, las ganancias en blanco y negro fueron a parar a la mano que mece la cuna, al mercedes y a la compra de pisos al mismo promotor. Se quedaron sin fe y sin honra, o sea sin solar y sin pisos, como el caso de los propietarios del zerrichar y afamados enrejados entre otros.
En este dislate colectivo no se quedaron atrás los alguacilillos locales, sobre todo los de panochilandia, una horda de expertos urbanísticos, que ahora desfilan por los tribunales de justicia, les invadió y les enseñó como forrarse en beneficio propio, colectivo o en ambos. El urbanismo había muerto y lo que se llevaba era el enjuage, digo, el convenio urbanístico, una cosa que se negocia en un buen restoran, entre el alguacilillo, el dueño (no siempre) o interesado y el listillo experto o intermediario que se las lleva pero que muy bien.
La cosa era tan fácil que hasta un alguacilillo de pueblo lo podía hacer, cuanto más ignorancia mejor, tan simple como eso de que yo te reclasifico para que levantes tropecientos pisos y tu pagas tanto a las arcas municipales en comodos plazos y si de paso queda algo suelto por ahí, pues me lo ingresas en las Islas Cayman (aunque no siempre fue así, claro está).
El milagro de los panes y los peces se hizo carne y los alguacilillos daban por resuelta la financiación de su ínsula barataria. Pues no, no ha sido así y las ínsulas baratarias están al borde de la ruina, pues a resultado que a más convenios más ruina, que se vendió la piel del oso antes de cazarlo.
¿Y la ley? ¿que ley amparaba todo este tejemeneje? Naturalmente la Ley de solares de panochilandia. Entre el panochari mayor y sus mariachis se encargaron de desperfollar (nunca mejor dicho) la panocha, para que todo valiera y de paso que le fueran dando por el cabocope a los ecologistas y a Bruselas. Y en eso estamos, aunque todo esto -claro- es ficción.
(*) Arquitecto y miembro del Foro Ciudadano
www.laverdad.es
15 comentarios:
¿ficción? no se yo....
Todo esto NO es ficción, es realidad. A partir de ahí deben volver a fijarse los límites para que núnca nada de esto pueda volver a pasar. Estaremos atentos a las próximas burbujas para señalarlas con el dedo, burbujas que hunden nuestra dignidad como personas que tienen que transmitir unos valores a sus hijos. Exigimos representantes honestos.
¿Lo de "afamados enrejados" va por los alcaldes y arquitectos municipales en chirona o por los vecinos de la avenida de La Fama y su amigo López Rejas? En octubre iban a empezar las obras del super proyecto y en cambio lo único ha sido inaugurar la remodelación del Casino. Me parece una imagen muy buena del engaño.
Amigo Felipe:
Cuesta descartar que el factor cultural explicaría el conformismo de la sociedad hacia la corrupción reinante. Un conformismo que se traduce en una precaria opinión pública, aderezada con grandes dosis de antiintelectualismo militante.
En esta "provincia" (jaja), con tan poco cerebro como estatuto, la "murcianía" que defiende la clase política se ha convertido en seña de identidad: la de la España profunda que nunca muere. No hay más ambición que la de convertirse en "víctima" sin aportar soluciones, y así tapar los desmanes del poder dentro del feudo del PP murciano. Tenemos una corta tradición democrática y un larguísimo y aplastante pasado caciquil, dirían algunos analistas.
Sin duda, podríamos afirmar que la estructura social dominante se refleja perfectamente en términos urbanísticos. La capital de Murcia cuenta con dos poderosos Palacios, los únicos: el episcopal, sede del Obispo de turno, y el de S. Esteban, espacio reservado a sus "nobles" posaderas, las del gobierno regional.
La derecha murciana, para más INRI, ha sabido utilizar la fiesta como factor desmovilizador. Han conseguido que las mayorías absolutas estén siempre celebrando el conformismo, es decir, aunque nos situemos a la cola de todo, contamos con las bendiciones de la religión mayoritaria y los "botellones laicos", legalizados a lo largo del año.
Tampoco se nos escapa que las administraciones más proclives a la corrupción son aquéllas con un mayor número de empleados públicos que deben su cargo a un nombramiento político. Clientelismo, puro y duro, con un nombramiento emblemático al más alto nivel, el del "sobrinísimo", Consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz.
A pesar de ello, hemos conseguido que la imagen de sol y playa o la que proyectan "Murcia qué hermosa eres", slogan del PP, se vea alterada: esta tierra ahora también es la del chanchullo, el mangoneo y la corrupción, con Valcárcel a la cabeza, y con una justicia más que cuestionada ante los escándalos de La Zerrichera, Torre Pacheco, Puerto Mayor, etc.
Elena
Urbanismo ficción y politicaficcion, corrupta realidad y corruptos ciudadanos todos, que seguimos apoyando este PPOE miserable que despilfarra nuestros impuestos y nuestro futuro, y el de nuestros hijos y a este paso nietos y bisnietos (quien los tenga).
Pero que mal escrito está el articulito..., con faltas de ortografía incluidas.
Elena, lo del clientelismo (o en su versión más simple de nepotismo), está a la orden del día en la región. Tan pequeña que todos conocen la cuestión. Si algún diputado trabajador en el ejercicio de sus fucniones(no queda casi ninguno trabajador y pocos que quieran ejercer estas funciones de control) pidiese el listado de matrimonios en la administración pública quedaría espantado. Seguro que pasan de la media normal un buen trecho...
Este señor que escribe el artículo dice verdades como puños.
Desde Águilas con amor.
Sí, es cierto, Felipe no tiene muy depuradas la ortografía y la sintaxis, pero a ver quien es el guapo que le responde.
¿ortografía? me parece que no haveis hentendido lo que dize el artíqulo.
¿a que no hay nadie que rebata lo que dice Iracheta con argumentos claros y objetivos, sin insultar?
Dificil, dificil, incluso con faltas ortográficas.
Buen articulo y brillante comentario, me refiero al de Elena (hasta se atreve a poner su nombre), en cuanto a los que anteponen al fondo... las formas, que se pasen por una buena confitería, de esas donde el pasteleo adopta las formas mas sublimes.
Pido disculpas sinceras a los ortodoxos de la gramática y la ortografía, pero no era mi intención optar a ningún premio literario ni pararme en las formas sino en el fondo, ni era mi intención dirigirme a intelectuales, sino al pueblo llano con un lenguaje vulgar y entendible. No soy periodista ni escritor de culto, solo arquitecto y en las escuelas de arquitectura de antes nos enseñaban a dibujar, diseñar, calcular y otras zarandajas, no se preocupaban de la gramática y la religión como ahora. Repito disculpas y tirón de orejas al corrector de word que es mi oráculo en cuestiones gramaticales.
Felipe Iracheta
No ves, así nos va a los murcianos, y nos va a ir, sin duda alguna. Si es que no se puede defender lo indefendible, irresponsables. Para los Kurtos de las faltas de ortografía.
Tranquilo Felipe, la ortografía es lo de menos ya sabemos que no te presentas al premio Pulizer. Lo importante es el fondo de la cuestión y en este sentido todos te hemos entendido de lo lindo.Los que censuran tus errores ortográficos no tienen otros argumentos para rebatir tu artículo, porque seguramente les ha jodido bastante tu brillante exposición.
Felipe, anímate con otro artículo, así les darás faena a los que tanto saben de reglas ortográficas
Desde Águilas con amor
Pues por más que lo re-leo, no encuentro error ortográfico alguno...sí alguna palabra de "jerga popular", que aún así creo que el autor emplea a conciencia..Por lo demás, absoluta y desgraciadamente cierto
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