MURCIA.- Demasiada tensión contenida durante meses, y demasiada amargura acumulada en un hombre que lo fue todo, que mandó más que nadie en Los Alcázares, y que hoy se ve inmerso en un proceso judicial de lo denominados «de corrupción» y, por lo tanto, de gran repercusión mediática, según 'La Verdad'.
Diego Sánchez, Don Diego, como era conocido quien durante largos años fue el arquitecto municipal de la localidad marmenorense, concluyó ayer una nueva declaración como imputado vertiendo amargas lágrimas y quejándose del injusto trato que, en su opinión, le venían dando los medios de comunicación.
«No merezco lo que están haciendo conmigo», se quejó. Y la juez le otorgó el privilegio de la frase se recogiera como tal en el acta.
Diego Sánchez, Don Diego, como era conocido quien durante largos años fue el arquitecto municipal de la localidad marmenorense, concluyó ayer una nueva declaración como imputado vertiendo amargas lágrimas y quejándose del injusto trato que, en su opinión, le venían dando los medios de comunicación.
«No merezco lo que están haciendo conmigo», se quejó. Y la juez le otorgó el privilegio de la frase se recogiera como tal en el acta.
Diego Sánchez compareció ayer en el Juzgado de Instrucción número 2 de San Javier para declarar sobre aspectos relacionados con el caso Ninette, en el que permanece imputado desde que la Policía Nacional lo detuvo en enero del 2008 junto al ex alcalde socialista Juan Escudero, el ex arquitecto municipal Mariano Ayuso y el empresario Valero Garcerán, entre otros.
El ex secretario municipal se convierte en el primero de seis imputados, entre ellos los ya mencionados y el presunto cerebro de la trama Malaya, Juan Antonio Roca, que en los próximos días volverán a ser interrogados.
El ex secretario municipal se convierte en el primero de seis imputados, entre ellos los ya mencionados y el presunto cerebro de la trama Malaya, Juan Antonio Roca, que en los próximos días volverán a ser interrogados.
El objetivo de estas comparecencias es tratar de que aporten luz sobre nuevos aspectos del caso que se han ido conociendo con el transcurso de la investigación.
La toma de declaración a Diego Sánchez se inició hacia las once y cuarto de la mañana y concluyó pasadas las tres de la tarde. Buena parte del interrogatorio se centró, según fuentes cercanas al proceso, en un listado de unas cuarenta preguntas que había redactado el abogado de la acusación particular, José Antonio Izquierdo, y que hizo las veces de guión.
Entre las cuestiones planteadas por Izquierdo se incluían algunas tan delicadas como si Diego Sánchez había percibido diversas cantidades de dinero, procedentes de promotores urbanísticos, con motivo de compraventas de terrenos en las que el ex secretario municipal habría intervenido de alguna forma, incluso como asesor. En todos los casos, el imputado aseguró: «Eso es rotundamente falso».
Otro bloque de preguntas estuvo destinado a la relación que el Ayuntamiento de Los Alcázares mantenía con el gabinete urbanístico Gyps Fulvus S.L., que dirigía desde la sombra el arquitecto municipal Mariano Ayuso. Este despacho recibió multitud de encargos del propio Consistorio, hasta el extremo de que sólo en el año 2003 le tuvo que abonar más de 1,5 millones de euros.
Frente a estos hechos, Diego Sánchez adujo que no sabía que Ayuso era el propietario en la práctica de Gyps Fulvus y que se enteró «por los medios de comunicación». También indicó que desconocía por qué se le habían adjudicado a ese gabinete la redacción de proyectos como el nuevo edificio consistorial o un aparcamiento subterráneo. Sí admitió, a preguntas del fiscal, que esos contratos se tendrían que haber adjudicado mediante un proceso de licitación, y no a dedo, como en apariencia sen hacía.
Fue al final del largo interrogatorio cuando Don Diego se derrumbó y, entre lágrimas, explicó que estaba sufriendo «más por mi familia que por mí». Después recordó que fue llamado hace 24 años para ser el secretario municipal de Los Alcázares y que aceptó por su vocación «de servicio público» y rechazando otras ofertas económicas mucho más importantes. Y acabó quejándose del mal trato que le han dado los periodistas.
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