MADRID.- Si los ciudadanos tuvieran la posibilidad de elegir a los ministros que deben constituir su Gobierno, echarían a Magdalena Álvarez (Fomento), Joan Clos (Industria, Comercio y Turismo), Mercedes Cabrera (Educación y Ciencia) y Mariano Fernández Bermejo (Justicia). Así lo manifiestan en la encuesta realizada por Sigma Dos para "El Mundo" después de las últimas elecciones generales.
Álvarez, que ha vivido buena parte de su mandato envuelta en la crisis de las infraestructuras, no tendría que repetir en opinión del 43,2% de los consultados. Al 35,5% de los entrevistados, sin embargo, le gustaría que permaneciera.
El 40,9% no querría ver en el futuro Gobierno socialista al ex alcalde de Barcelona Joan Clos, mientras que apenas el 31% ve con buenos ojos su continuidad.
Mercedes Cabrera, que ha sido la número dos en la candidatura del PSOE por Madrid, debiera ser destituida en opinión del 39,5% de los encuestados. El 34,5% la valora positivamente.
Por último, el 38,8% desearía que Mariano Fernández Bermejo dejara la cartera de Justicia, frente al 36,9% que preferiría su continuidad.
Otros cuatro, en la cuerda floja
En la encuesta también aparecen otros cuatro ministros con un alto porcentaje de rechazo. En la cuerda floja se encuentran Miguel Ángel Moratinos (Asuntos Exteriores y Cooperación), Jesús Caldera (Trabajo y Asuntos Sociales), Carme Chacón (Vivienda) y Bernat Soria (Sanidad y Consumo). Se deduce que los ciudadanos los pondrían en la reserva.
Al 40% no le gustaría que siguieran Chacón o Caldera, y lo mismo dictamina el 39,5% de los entrevistados respecto a Moratinos. El futuro de Soria está fuera del Ministerio para un 31,9% de los consultados.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, y el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, habitualmente reciben las mejores notas de la ciudadanía en las encuestas.
En este sondeo de Sigma Dos también son ellos dos los que contabilizan más apoyos. Los encuestados que quieren su continuidad en el Gobierno son más numerosos que los que tienen este mismo deseo para el resto de los ministros.
A dos de cada tres ciudadanos consultados —el 64,9%— les gustaría que Fernández de la Vega siguiese como está, mientras que el 59,7% es partidario de que Solbes se mantenga en el gabinete.
Críticas de los 'populares'
Entre las personas consultadas son mayoría las que prefieren que sigan formando parte del Gobierno los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba (Interior), José Antonio Alonso (Defensa), Elena Salgado (Administraciones Públicas), Cristina Narbona (Medio Ambiente), Elena Espinosa (Agricultura y Pesca) y César Antonio Molina (Cultura).
Los más críticos con los ministros son, en general, los votantes del PP. Pero entre ellos también hay muchos que prefieren la continuidad de algunos ministros. Así, el 44,3% apoya a De la Vega; el 42,4%, a Solbes, y el 41,5%, a Alonso.
Los votantes del PSOE rechazan mucho menos a los ministros, pero, en algunos casos, es significativo el porcentaje de los que prefieren que algunos no sigan: el 34,3% no quiere la continuidad de Clos; el 32,2% está en contra de que se mantenga a Álvarez; el 28,8% no quiere a Cabrera; el 25% rechaza a Moratinos; el 25,1% cree que Narbona no debe seguir; el 22,2% despediría a Soria; el 22% desaprueba a Bermejo, y el 21,1% no ve con buenos ojos a Molina.
Los próximos ministros los nombrará el Rey, a propuesta del presidente del Gobierno. Y es bien conocido que a José Luis Rodríguez Zapatero le gusta mantener la incógnita hasta el último momento, de tal manera que ha habido quien se enterara de que iba a entrar en el Ejecutivo apenas unas horas antes de que se lo dijeran.
Zapatero anunció el pasado viernes en Bruselas que tiene intención de cambiar "la estructura" de su Gobierno para hacerlo "lo más funcional posible", y no pasó de ahí. De momento, los ministros tendrán que esperar varias semanas hasta que el presidente les hable de su futuro.
Gran apoyo a Zapatero
Los votantes del PSOE consideran que la victoria obtenida en las elecciones generales ha sido posible gracias a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero. Así lo piensa el 45,8% de ellos, frente al 38,1% que, en cambio, se lo atribuye al programa electoral y a la ideología socialistas. Apenas el 8,6% achaca el triunfo a la dirección del partido.
Los votantes del Partido Popular y de Izquierda Unida se creen menos que el resto del electorado que el triunfo electoral de los socialistas se haya debido a su candidato.
Sólo el 22,9% de los votantes del PP y el 17% de los seguidores de IU hacen a Zapatero responsable de la victoria socialista. Unos y otros atribuyen el mérito al programa electoral y a la ideología socialista.
Asimismo, una de cada tres personas votantes de los diferentes partidos consultadas para esta encuesta está convencida de que el presidente del Gobierno ha sido el artífice del triunfo. Es casi el mismo porcentaje (el 35%) que adjudica ese éxito al programa y a la ideología socialista.
La dirección del PSOE, en cambio, ha tenido poco que ver, pues sólo el 9,7% de los entrevistados le concede la autoría de tan satisfactorios resultados electorales. Opinan de esta manera los hombres y las mujeres de todas las edades, aunque con distintos porcentajes.
Reparto de culpas en el PP
Estos datos contrastan con los referidos a la derrota del PP, donde la responsabilidad está más repartida. El 31% de las personas encuestadas la achaca a Mariano Rajoy; un 26,5%, al programa electoral y a la ideología de los populares, y un 25,7%, a la dirección del partido.
Las mujeres son más duras con Rajoy que los hombres, lo mismo que los votantes de entre 18 y 29 años. A medida que aumenta la edad de las personas consultadas, disminuye el porcentaje de quienes achacan la derrota al líder del PP y reparten más la responsabilidad entre él, la dirección del partido y su programa electoral y su ideología.
Los votantes del PP responsabilizan de la derrota en mayor medida al programa, a la ideología y a la dirección del partido que a su presidente, mientras que los seguidores del PSOE lo achacan sobre todo a Rajoy. Los seguidores de IU creen que la responsabilidad es, por encima de todo, de la dirección del PP y, en segundo lugar y a partes iguales, de su presidente y de su programa.
¿Cómo influyó el atentado?
El atentado que cometió ETA el último día de la campaña benefició sobre todo al PSOE y muy poco al PP. Seis de cada 10 personas consultadas opina que no influyó en el resultado de las elecciones. Sin embargo, el 29,3% considera que los socialistas fueron los más favorecidos en las urnas por ese atentado, frente al 3% que concede ese beneficio al PP. Aunque existen algunas diferencias en los porcentajes, ésa es la opinión mayoritaria tanto de las mujeres como de los hombres, y también entre los electores de todas las edades.
Los votantes del PSOE son los que menos influencia atribuyen a este atentado. Pero, aunque el 77,5% afirma que no ha afectado nada a los resultados y el 4,4% cree que ha favorecido al PP, un 11,5% opina que a los socialistas les ha beneficiado el asesinato del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco.
Los seguidores del PP, como era previsible, consideran que no ha beneficiado a este partido: sólo un 0,6% dice que sí, frente a un 53,8% que responde que no y un 40,2% que cree que no ha influido. De los votantes de IU, el 54,2% opina que el atentado no ha afectado al resultado electoral, mientras que el resto divide a partes casi iguales el supuesto beneficio entre los dos grandes partidos: el 18,9% responde que ha favorecido al PSOE y el 17,3%, al PP.
Una vez que el PSOE ha ganado las elecciones generales, la incógnita ahora es saber si Zapatero va a seguir gobernando como los últimos años o si lo hará de forma diferente. El 45,9% cree que lo hará "de otra manera", mientras que el 46,8% opina que seguirá como hasta ahora. Los votantes del PSOE son los más convencidos de que habrá un cambio (así lo piensan seis de cada 10), mientras que el mismo porcentaje de seguidores del PP y de IU no espera novedades.
Los hombres son más propensos a manifestar que Zapatero va a seguir actuando como hasta ahora, mientras que las mujeres apuestan por que las cosas cambiarán. Los más jóvenes consideran que mantendrá la misma política y, a medida que aumenta la edad, crece el número de los que dicen que tendrá otra forma de llevar las riendas del país.