En la finca "Garrofina", de Archivel, término municipal de Caravaca de la Cruz, tenía previsto levantar Llanera 9.500 viviendas y dos campos de golf en un "resort" de lujo, a pesar de no tener asegurado el suministro de agua. El proyecto ha quedado paralizado desde hace ya bastantes semanas, sin observarse la más mínima actividad desde finales de la pasada primavera.
La empresa había comenzado la venta de inmuebles antes de tener licencia de obras, iniciando las labores de desmonte y apertura de viales con un permiso de desbroce, por lo que fue paralizada por la Guardia Civil toda actividad a instancias de grupos ecologistas, que denunciaron ocupación y aprovechamiento de la Cañada Real de Archivel y de diversos cauces públicos; impactos sobre la riqueza etnográfica de la zona; medio socio-económico, tejido social existente, recursos naturales, red de comunicaciones y calidad de vida en general.
Hace seis meses la deuda de la compañía ya ascendía a 304 millones de euros, frente a 70 millones de recursos propios. La reducción de plantilla y la cancelación de algunas subcontratas fueron medidas inmediatas y progresivas para reducir costes, pero todo apunta a que el plan de viabilidad irá más allá tras casi un inevitable proceso concursal en los tribunales de lo mercantil.
De hecho, ya ha comenzado el impago de deudas por parte de esta promotora, por lo que no resulta precipitado pensar en ese hipotético concurso de acreedores que les asegure el cobro de deudas y permita un dimensionamiento a la baja de la empresa para que pueda continuar mejor su actividad.
La difícil situación financiera que atraviesa Llanera, básicamente con "Bancaja", le ha llevado no sólo a renunciar y a frenar proyectos inmobiliarios, sino también a revisar su estrategia de distribución, uno de los pilares de su plan de expansión.
La promotora y constructora valenciana ha cerrado sus oficinas y puntos de venta en Londres y Madrid, y ha traspasado su centro de atención al público de Játiva (Valencia), el primero que abrió. También han quedado aparcados los planes de apertura de oficinas comerciales en las grandes capitales europeas.
En cuanto a los acuerdos con grandes centros comerciales, que Llanera había empezado a explotar como vía alternativa de distribución, mantiene en vigor el de Carrefour, pero ha dejado de trabajar con la cadena norteamericana Wal-Mart, también en una notable crisis de ventas.
Llanera protagonizó un vertiginoso crecimiento, que le llevó de facturar 5,3 millones de euros en el ejercicio 2000 a 418,6 milones en 2006 –un 127% más que en 2005–. La ralentización del negocio inmobiliario, la paralización de algunos grandes proyectos y los altos niveles de endeudamiento han desembocado en la actual crisis.
Una portavoz de la empresa ha declarado que "en breve se presentará el Plan Estratégico del Llanera", que obtuvo en 2006 un beneficio neto de 40,3 millones de euros, un 158% más que el ejercicio anterior. Por áreas de negocio, el 32% de los ingresos de 2006 de esta promotora correspondió a construcción, que incluye obra civil, edificación y concesiones, mientras que el 68% restante procedió de la actividad inmobiliaria.
A la sede de la firma en Jàtiva, ya han acudido, no obstante, varios proveedores reclamando el pago de pagarés, que afirmaron que les han sido devueltos.
Llanera tiene un préstamo de unos 600 millones de euros concedido por "Bancaja" a la constructora de Játiva y que implica directamente a la caja valenciana en la solución de la crisis de Llanera si quiere recuperar el préstamo concedido así como otros préstamos menores a la empresa inmobiliaria setabense.
Además de esta operación, Bancaja y el Banco de Valencia, aceptaron la venta que como desinversión les realizó Llanera sobre una superficie de 4 millones y medio de metros cuadrados de suelo propiedad de Llanera, situados en la autovía a Valencia-Madrid, en lo que iba a ser su proyecto más emblemático, la superficie situada en la propiedad denominada Reva.
El montante de la operación es desconocida, y sobre todo, si esta venta es o no negocio para las entidades implicadas. La incierta situación del mercado del suelo y la parálisis que se prevé en el mercado inmobiliario, puede desvalorizar de una forma profunda el precio real de ese suelo, todavía no recalificado como urbanizable.
Por otra parte, y según "Expansión", el banco de inversión Lehman Brothers ha iniciado los trámites judiciales para ejecutar un préstamo concedido a la inmobiliaria Llanera por 150 millones de euros a través del embargo de los terrenos contemplados como garantía.
En concreto, se trataría del suelo de Regadíos y Energías de Levante (Reva), adquirido por la promotora y constructora valenciana en 2006 y que todavía está bajo su control. Llanera, que se hizo el año pasado con los nueve millones de metros cuadrados de terreno agrícola de la compañía, ya se desprendió en primavera de alrededor de la mitad, adquiridos por Bancaja y Banco de Valencia, entidades con las que también mantiene una posición acreedora.
Fuentes conocedoras de la operación, apuntan que Lehman, que financió la operación de Reva, ha adoptado esta decisión una vez que la promotora ha empezado a incumplir el pago de vencimientos del préstamo.
La ejecución de los terrenos de Reva, situados en Valencia, puede complicar aún más la ya difícil situación financiera de Llanera, que negociaba la venta de esos terrenos como una de las vías para obtener liquidez. La promotora pagó 175 millones de euros por ese suelo que la consultora CB Richard Ellis valoró en unos 300 millones.
Sin embargo, y al igual que lo que ocurre con gran parte de los alrededor de cuarenta millones de metros cuadrados de suelo que Llanera tiene en cartera, se trata de suelo que aún no tiene la calificación de urbanizable, por lo que su valor real actual podría no cubrir el importe desembolsado por el banco de negocios estadounidense.
La promotora se ha enfrentado en los últimos días a la reclamación por parte de proveedores de pagarés rechazados por las entidades financieras. En total, habría unos 400 afectados, por un montante que rondaría los tres millones de euros.
La dirección de la firma ha afrontado ya algunos de los pagos y confía en poder evitar el inicio de un proceso concursal, aunque los próximos vencimientos, a final de mes, pueden complicar su situación. El movimiento de Lehman Brothers le permitiría tener ya cubierta al menos parte de su inversión ante un eventual concurso de acreedores.
Además de la operación de Reva, Lehman era la entidad con la que contaba Llanera para financiar el desarrollo del suelo terciario que tenía junto al parque empresarial Torneo, en Sevilla, proyecto que ha quedado paralizado, al igual que todos los planes de la firma en Andalucía.
Mientras, la dirección de Llanera, encabezada por su consejero delegado, Fernando Gallego, sigue trabajando en varias líneas de obtención de liquidez: la renegociación de deuda con las entidades financieras acreedoras –entre las que destacan Bancaja y Caja Mediterráneo–, la obtención de financiación de otras entidades y la venta de suelo y proyectos a firmas competidoras.
En esta línea, ayer se hizo efectiva la venta de su 12,5% en el plan Cullera Playa y Golf a la firma Intersa Desarrollos Inmobiliarios, por 2,7 millones.
Fuentes de la promotora cifran en al menos 150 millones de euros su necesidad de financiación para afrontar los gastos y proyectos en 2007 y 2008.
En este contexto, la firma afronta el segundo abandono de un directivo en los últimos días. Si la semana pasada se produjo la dimisión de su director financiero –Nicolás Salvador, que ocupaba el cargo desde julio–, el lunes fue el director comercial del área industrial del departamento de construcción, Carlos Martínez Gimeno, el que anunció su salida.
Además, en las últimas semanas han dejado sus puestos los dos consejeros independientes de la entidad, los profesores del IESE Luis Huete y José Luis Suárez.- (NEM)