Francisco Poveda
La campaña empezó regular por culpa del CIS, luego la enderezó el mitin de Zapatero (10.000 personas sí que las había) y ahora va mucho mejor para las fuerzas de la concertación democrática murciana. El PSRM sube lentamente pero ya no se ve estancado, IURM no es que esté por fin en las encuestas, es que está que se sale, y Diego de Ramón, como “Cruzcampo”, donde va, triunfa. La democracia murciana no perderá esta vez a manos del dinero más sucio que hoy circula por el planeta tras pasar por Caymán.
Los sondeos ya arrojan triunfos electorales casi ciertos como el del socialista Ramón Román en Águilas, como no podía ser de otra forma después de competir con dos imputados como Ramírez y Pedro Gil. Faltaba la foto de la Pantoja en el balcón del Ayuntamiento cuando el PP de Valcárcel la trajo de pregonera. ¿Es cierta la conexión Marbella-Hermanísimo Carlos, a través de Roca? Visto lo visto, ya me lo creo todo. Y entiendo el interés del presidente murciano por la actuación total y urgente en la Marina de Cope. Mucho interés y mucha prisa desde Murcia.
El mitin de Zapatero resultó histórico y un agravio comparativo con el de Rajoy, justo un día después. Los murcianos saben ya por dónde y por quién pasa el futuro político de la Región. Las encuestas de fogueo confiaron al necio y pusieron en guardia a toda la izquierda. Eran para desmovilizar-movilizar. Siempre pican los ingenuos y los prepotentes. Los prudentes se quedan a verlas venir. El caso es que las que van saliendo ahora se aproximan más a la foto de lo que será el 27-M. La Concertación democrática se impondrá por puntos a la extrema derecha criminalizada de un presidente empastillado hasta las cejas. No aguanta ya el tirón de un candidato como Saura que, según reveló Zapatero, llama a Moncloa hasta en domingo a pedirle cosas para la Región de Murcia.
Desde la moral que infundió aquí Zapatero, los socialistas murcianos saben que lo conseguirán. Llamazares no da crédito a la labor de los jóvenes líderes de IU, Pujante, Juanjo y Javi, en la Región de Murcia. El Bajo Guadalentín será su feudo y desde allí podrán establecer cabezas de puente con otras comarcas. También son fuertes en Cieza y Águilas, hasta pueden dar la sorpresa en Mazarrón y convertirse en árbitros de un complejo ayuntamiento con alcalde socialista, Paco García, uno de los elementos más honestos del PSRM para estar en un municipio litoral. Está tocando el bastón de mando. El dúo Blaya-Valera es una clara opción en baja.
Mientras el PP trata de mantenerse a cualquier precio, Valcárcel patético, el centro-izquierda todo avanza conforme se desarrolla la campaña electoral. Lo de Diego de Ramón resulta una proeza histórica por los escasos medios, las trampas, zancadillas y obstáculos de todo tipo. No le importa porque sabe de otras asistencias y comprensiones. Tiene una fe ciega en que se terminará sentando en la Asamblea Regional y que participará en un gobierno autónomo de regeneración democrática de esta autonomía. Tiene de iluminado, la bombilla que se le enciende a todas horas. Verán como es la gran revelación del 27-M y por algo será que todos los buscan ya desde el PP para comenzar “a conocernos” mejor.
Pero ¿no decían las encuestas que no salía en los muestreos esta alternativa de centro? Pocos son ya los que no han reparado en la maniobra de la segunda marca del PP para confundir a los votantes. El CDL es un intento desesperado de San Esteban-Caja Murcia-La Verdad para tratar de neutralizar la fuerza de ascenso de Diego de Ramón a costa de la clientela más moderada y honrada del PP. Por algo será que le temen los tres. Uno por lo que esconde debajo de la alfombra, la otra por las prácticas impunes de un cuarto de siglo, y la gaceta porque ve peligrar sus fáciles pingües beneficios en detrimento de la política social omitida desde el gobierno autónomo.
Zapatero pegó el tirón. Saura va hecho una moto desde entonces. Al contrario que le pasa a Valcárcel, todo lo que promete es creíble y nada improvisado. El presidente regional, sabiendo lo que sabe, promete hasta cenas en su casa a cambio de votos. En Águilas, otro desesperado, y además imputado, me dicen que va por el pueblo comprando votos a buen precio. Alguno no se lo va a creer la mañana del 28-M. Ramírez haría bien poniéndose en contacto con un psicólogo porque, como Napoleón, cree que el sillón de alcalde es de su propiedad. Por algo lo noto un tanto “in albis” y sin ganas de una campaña de cuerpo a cuerpo. Muchos de estos terminarán en el mismo club que Domingo Valera, el ex alcalde de Mazarrón.
Y, ¿qué dijo Zapatero para esa inyección de moral y esperanza para los afligidos? Que la verdadera fuerza está en el voto y no en el dinero, que trabajando por la gente todo es posible, que legislando para todos este país es imbatible, que cargando el presupuesto público en formación-educación, el desempleo pronto será un mal sueño, que siendo justo con las mujeres (“si son la mitad por qué no son la mitad para todo”) de este país la democracia se afianzará, que pensando en los sectores sociales más débiles a la hora de gobernar la familia ganará en cohesión.
Justo el discurso contrario al catastrofismo de un PP en trance de extinción política por la percepción ciudadana de alejamiento de la moderación y nada consciente de que sus mayorías absolutas son ya residuales. “Se puede ganar a todas las encuestas porque el voto es más preciso y con él todo se puede conseguir porque tiene una gran fuerza cuando algunos se quieren servir de la gente. Yo trabajo para que los poderosos pierdan poder a favor de lo que carecen de él”.
A los jóvenes les recordó lo importante de ir a votar y que él ha demostrado cumplir sus promesas y su palabra dada, sin olvidar el valor del voto ni el compromiso asumido de defender principios y no intereses. Por eso declaró en Murcia la guerra a la especulación y a la corrupción que hipoteca a los ciudadanos. “Y que eso acabe, se decide ahora porque no es tolerable tanta corrupción. El voto puede cambiar el rumbo de la Región de Murcia, igual que hace tres años cambió el rumbo de España con un proyecto progresista. Los socialistas nos sentimos bien cuando se acercan las urnas y sabemos estar cuando se gana y mantener la dignidad cuando no se gana.”