MARISA GOÑI
Ramón Fernández Durán, autor del libro "El tsunami urbanizador español y mundial", participa este fin de semana en un seminario del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Islas Baleares, junto con otros expertos en la materia, como José Manuel Naredo, Enric Tello y Oscar Carpintero.
-The Economist concluyó en 2005 que vivimos el mayor período especulativo de la historia.
-Ilustraba con una portada que era un ladrillo de oro cayendo en el vacío la posibilidad de un estallido de la burbuja inmobiliaria mundial por lo que acontece en la esfera financiera y su efecto sobre el territorio. Cuando pincha la burbuja bursátil de la "new economy" los capitales se refugian en el sector inmobiliario. Se bajaron los tipos a mínimos históricos para animar el mercado. Se incita a echar más gasolina al fuego porque genera gran liquidez.
-¿Esa liquidez se concentra en la inversión inmobiliaria?
-Sí, pero no exclusivamente. Hay burbujas financieras de capital riesgo, bonos basura, la locura de las fusiones... La inversión inmobiliaria ha preponderado más en el mundo anglosajón por el desarrollo de los mercados financieros -están más desregulados- y porque su legislación urbanística es más laxa.
-¿Por qué España se ve arrastrada por un tsunami urbanístico?
-A la burbuja inmobiliaria española han acudido muchos capitales extranjeros por varias razones. España es la primera potencia mundial en turismo de sol y playa, y el segundo destino turístico mundial. En los últimos ocho años hemos pasado de 40 a 58 millones de turistas. En Mallorca se ve lo que supone de apartamentos, hoteles, áreas de ocio... Hay que sumar un millón de ciudadanos comunitarios que vienen aquí a jubilarse. En España hay unas 500 urbanizaciones con campos de golf y se prevé triplicarlas.
-Y la vigorosa demanda interna.
-Además de la demanda del sector residencial, está la de oficinas por el nuevo papel que juegan las empresas españolas en el capitalismo global. La bajada de los tipos, que han pasado del 16% al 4%, y la ampliación de plazos hipotecarios, que han facilitado el acceso a la vivienda a algunos sectores, mientras para otros se ha convertido en un bien imposible. Muchas edificaciones se localizan en torno a centros comerciales, siguiendo este modelo basado en consumo y construcción. Hay 500 centros comerciales en España y la tercera parte son de los últimos años.
-¿Qué papel juegan las infraestructuras en este boom?
-España y Finlandia son los únicos países de la zona euro que tiene superávit fiscal. Finlandia con el I+D+I de Nokia y España con la especulación y el cemento. La inversión estatal es muy considerable porque hay liquidez para reducir déficit y queda dinero para más. Los fondos europeos también han ido en buena medida a infraestructuras, así como los capitales privados, como se ve en el resurgir de las autopistas de peaje.
-¿No es casual que siete de las grandes constructoras del mundo sean españolas?
-Ni la mayor empresa del mundo de autopistas Abertis, que ahora quiere hacerse con la italina Austostrade.
-¿Hay demanda para tanto cemento?
-Parece que se empieza a producir un cambio de ciclo importante. La construcción de viviendas sigue siendo potente, pero se tarda más en vender. Hace poco salió un anuncio de una promotora que rebajaba el 20% del precio durante el mes de enero. Es un signo. El mercado de segunda mano también se empieza a frenar. El ritmo de crecimiento de los precios que estaba en el 15% ó 20% anual en los últimos años empieza a bajar un dígito. En algunos centros, como el de Valencia o Marbella, incluso se detectan bajadas de precio. La subida de los tipos, todavía suave, también enfría el mercado, como el alza del precio del petróleo. El capital internacional empieza a dejar de ver el estado español como un mercado inmobiliario interesante.
-¿Un antes y un después a la Operación Malaya?
-Por supuesto. Hace un año nadie hablaba de esto, aunque era una locura. Hoy afloran plataformas ciudadanas y vecinales de protesta y defensa del territorio, y las de defensa de una vivienda digna. El capital es asustadizo y deja de invertir. La crisis del proceso de paz y el atentado de la T4 ha venido bien a los dos partidos mayoritarios para silenciar esto, sobre todo al PP, que puede estar más implicado.
-Dice en su libro que las grandes constructoras de Madrid y el urbanismo de Murcia y Valencia financian al PP. ¿Es exclusivo?
-La frase es de Antonio Esteban y yo la recogí. Murcia, Valencia y el archipiélago balear -lo estamos viendo ahora en Andratx-es donde más desquiciado está el urbanismo, sin olvidar Madrid. Se vio en el tamayazo. Fruto de esta concepción es la Ley Álvarez Cascos. El PSOE intenta cabalgar al tigre, también con cargos del PSOE implicados, aunque la dimensión es distinta.
-¿Qué papel pueden jugar en este proceso en los límites ecológicos?
-El debate de la sostenibilidad se está expandiendo, pero es más visible en los archipiélagos, por conciencia de la limitación del territorio. Se vio en las manifestaciones contra las autopistas de Eivissa.
-¿Como ha incidido este proceso urbanizador en el patrimonio?
-Interviene José Manuel Naredo. La destrucción del patrimonio inmobiliario en estos años en España ha sido proporcionalmente superior a la que padeció Alemania con la II Guerra Mundial. Quedan menos de la mitad de las viviendas anteriores a los cuarenta.
-¿Se detendrá la lengua de lava urbanística?
-No por sí sola. Es muy positivo lo que está pasando en los último meses. La movilización ciudadana ha convertido la corrupción urbanística en un tema de primer orden y los políticos están a la defensiva. Pero ellos sólo son la fachada, hay más detrás.
Ramón Fernández Durán, Ingeniero de Caminos y Urbanista. Profesor colaborador de la Universidad Carlos III de Madrid, Facultad de Geografía de la Universidad Central de Barcelona, Universidad Internacional de Andalucía en La Rábida y Curso de Urbanismo del INAP, entre otros. Algunos libros publicados: "Transporte, Espacio y Capital". Editorial Nuestra Cultura. Madrid, 1980; "El Movimiento Alternativo en la RFA. El Caso de Berlín". Editorial La Idea. Madrid, 1985; "La Crisis Social de la Ciudad" (coautor). Alfoz. Madrid, 1987; "La Explosión del Desorden. La Metrópoli como Espacio de la Crisis Global". Editorial Fundamentos. Madrid, 1993; ¿Desarrollo, Pobreza y Medio Ambiente¿ (coautor). Editorial Talasa. Madrid, 1995; ¿Contra la Europa del Capital y la Globalización Económica¿. Editorial Talasa. Madrid, 1996; "¿Qué Crisis? Transformaciones de la Sociedad del Trabajo" (coautor). Editorial Gakoak. Donostia, 1997; "Capitalismo Global, Resistencias Sociales y Estrategias del Poder" (coautor). Editorial Virus, Barcelona, 2001; "Situación Diferencial de los Recursos Naturales en España" (coautor). Visor-Fundación Cesar Manrique (colección Economía vs Naturaleza), 2002; "Capitalismo (financiero) global y guerra permanente", editorial Virus, Barcelona, 2003; "La compleja construcción de la 'Europa' superpotencia", editorial Virus, Barcelona, 2005.
www.diariodemallorca.com
-The Economist concluyó en 2005 que vivimos el mayor período especulativo de la historia.
-Ilustraba con una portada que era un ladrillo de oro cayendo en el vacío la posibilidad de un estallido de la burbuja inmobiliaria mundial por lo que acontece en la esfera financiera y su efecto sobre el territorio. Cuando pincha la burbuja bursátil de la "new economy" los capitales se refugian en el sector inmobiliario. Se bajaron los tipos a mínimos históricos para animar el mercado. Se incita a echar más gasolina al fuego porque genera gran liquidez.
-¿Esa liquidez se concentra en la inversión inmobiliaria?
-Sí, pero no exclusivamente. Hay burbujas financieras de capital riesgo, bonos basura, la locura de las fusiones... La inversión inmobiliaria ha preponderado más en el mundo anglosajón por el desarrollo de los mercados financieros -están más desregulados- y porque su legislación urbanística es más laxa.
-¿Por qué España se ve arrastrada por un tsunami urbanístico?
-A la burbuja inmobiliaria española han acudido muchos capitales extranjeros por varias razones. España es la primera potencia mundial en turismo de sol y playa, y el segundo destino turístico mundial. En los últimos ocho años hemos pasado de 40 a 58 millones de turistas. En Mallorca se ve lo que supone de apartamentos, hoteles, áreas de ocio... Hay que sumar un millón de ciudadanos comunitarios que vienen aquí a jubilarse. En España hay unas 500 urbanizaciones con campos de golf y se prevé triplicarlas.
-Y la vigorosa demanda interna.
-Además de la demanda del sector residencial, está la de oficinas por el nuevo papel que juegan las empresas españolas en el capitalismo global. La bajada de los tipos, que han pasado del 16% al 4%, y la ampliación de plazos hipotecarios, que han facilitado el acceso a la vivienda a algunos sectores, mientras para otros se ha convertido en un bien imposible. Muchas edificaciones se localizan en torno a centros comerciales, siguiendo este modelo basado en consumo y construcción. Hay 500 centros comerciales en España y la tercera parte son de los últimos años.
-¿Qué papel juegan las infraestructuras en este boom?
-España y Finlandia son los únicos países de la zona euro que tiene superávit fiscal. Finlandia con el I+D+I de Nokia y España con la especulación y el cemento. La inversión estatal es muy considerable porque hay liquidez para reducir déficit y queda dinero para más. Los fondos europeos también han ido en buena medida a infraestructuras, así como los capitales privados, como se ve en el resurgir de las autopistas de peaje.
-¿No es casual que siete de las grandes constructoras del mundo sean españolas?
-Ni la mayor empresa del mundo de autopistas Abertis, que ahora quiere hacerse con la italina Austostrade.
-¿Hay demanda para tanto cemento?
-Parece que se empieza a producir un cambio de ciclo importante. La construcción de viviendas sigue siendo potente, pero se tarda más en vender. Hace poco salió un anuncio de una promotora que rebajaba el 20% del precio durante el mes de enero. Es un signo. El mercado de segunda mano también se empieza a frenar. El ritmo de crecimiento de los precios que estaba en el 15% ó 20% anual en los últimos años empieza a bajar un dígito. En algunos centros, como el de Valencia o Marbella, incluso se detectan bajadas de precio. La subida de los tipos, todavía suave, también enfría el mercado, como el alza del precio del petróleo. El capital internacional empieza a dejar de ver el estado español como un mercado inmobiliario interesante.
-¿Un antes y un después a la Operación Malaya?
-Por supuesto. Hace un año nadie hablaba de esto, aunque era una locura. Hoy afloran plataformas ciudadanas y vecinales de protesta y defensa del territorio, y las de defensa de una vivienda digna. El capital es asustadizo y deja de invertir. La crisis del proceso de paz y el atentado de la T4 ha venido bien a los dos partidos mayoritarios para silenciar esto, sobre todo al PP, que puede estar más implicado.
-Dice en su libro que las grandes constructoras de Madrid y el urbanismo de Murcia y Valencia financian al PP. ¿Es exclusivo?
-La frase es de Antonio Esteban y yo la recogí. Murcia, Valencia y el archipiélago balear -lo estamos viendo ahora en Andratx-es donde más desquiciado está el urbanismo, sin olvidar Madrid. Se vio en el tamayazo. Fruto de esta concepción es la Ley Álvarez Cascos. El PSOE intenta cabalgar al tigre, también con cargos del PSOE implicados, aunque la dimensión es distinta.
-¿Qué papel pueden jugar en este proceso en los límites ecológicos?
-El debate de la sostenibilidad se está expandiendo, pero es más visible en los archipiélagos, por conciencia de la limitación del territorio. Se vio en las manifestaciones contra las autopistas de Eivissa.
-¿Como ha incidido este proceso urbanizador en el patrimonio?
-Interviene José Manuel Naredo. La destrucción del patrimonio inmobiliario en estos años en España ha sido proporcionalmente superior a la que padeció Alemania con la II Guerra Mundial. Quedan menos de la mitad de las viviendas anteriores a los cuarenta.
-¿Se detendrá la lengua de lava urbanística?
-No por sí sola. Es muy positivo lo que está pasando en los último meses. La movilización ciudadana ha convertido la corrupción urbanística en un tema de primer orden y los políticos están a la defensiva. Pero ellos sólo son la fachada, hay más detrás.
Ramón Fernández Durán, Ingeniero de Caminos y Urbanista. Profesor colaborador de la Universidad Carlos III de Madrid, Facultad de Geografía de la Universidad Central de Barcelona, Universidad Internacional de Andalucía en La Rábida y Curso de Urbanismo del INAP, entre otros. Algunos libros publicados: "Transporte, Espacio y Capital". Editorial Nuestra Cultura. Madrid, 1980; "El Movimiento Alternativo en la RFA. El Caso de Berlín". Editorial La Idea. Madrid, 1985; "La Crisis Social de la Ciudad" (coautor). Alfoz. Madrid, 1987; "La Explosión del Desorden. La Metrópoli como Espacio de la Crisis Global". Editorial Fundamentos. Madrid, 1993; ¿Desarrollo, Pobreza y Medio Ambiente¿ (coautor). Editorial Talasa. Madrid, 1995; ¿Contra la Europa del Capital y la Globalización Económica¿. Editorial Talasa. Madrid, 1996; "¿Qué Crisis? Transformaciones de la Sociedad del Trabajo" (coautor). Editorial Gakoak. Donostia, 1997; "Capitalismo Global, Resistencias Sociales y Estrategias del Poder" (coautor). Editorial Virus, Barcelona, 2001; "Situación Diferencial de los Recursos Naturales en España" (coautor). Visor-Fundación Cesar Manrique (colección Economía vs Naturaleza), 2002; "Capitalismo (financiero) global y guerra permanente", editorial Virus, Barcelona, 2003; "La compleja construcción de la 'Europa' superpotencia", editorial Virus, Barcelona, 2005.
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