CARTAGENA.- El PSOE vive su enésima crisis interna desde 1995, cuando el entonces alcalde José Antonio Alonso fue desbancado del gobierno municipal por el PP, que con Pilar Barreiro a la cabeza tiene desde entonces mayoría absoluta. Éstas son algunas claves para comprender el conflicto, a juicio de "La Verdad". TRECE AÑOS DE DERROTAS. Un factor esenciales es, precisamente, el largo camino del desierto que acumulan a sus espaldas los socialistas. Trece años de oposición y cuatro derrotas en las urnas son demasiado lastre. En los últimos comicios, el PSOE obtuvo los mismos ediles que en su primer fracaso: nueve. El PP, dieciséis. No convenció ni a sus bases, ni aprovechó sus lazos con organizaciones de izquierdas (sindicatos, ONG, asociaciones) ni arañó escaños a los populares.
LA ESTRUCTURA ORGÁNICA. Las ejecutivas regional y nacional quieren acabar con el «reino de taifas» que supone el que este partido esté compuesto Cartagena por cinco agrupaciones: las dos más potentes, Centro y Sur; dos pequeñas, Norte y Oeste; y una simbólica, El Llano. Quieren una Agrupación única o una Ejecutiva municipal para evitar que cada una luche sólo por sus intereses y lograr que funcione mejor la correa de transmisión del poder de arriba a abajo. Las agrupaciones pequeñas creen que perderán mucho peso y se liquidará el pluralismo.
APOYAR O NO A SAURA. Fruto de esa estructura, Centro (liderado por el ex portavoz municipal y actual diputado regional, Antonio Martínez Bernal) y Sur (por el veterano concejal José Manuel Torres) tienen una gran representación en el congreso regional, con 30 delegados.
En el cónclave de julio en el que fue reelegido secretario general del PSRM Pedro Saura, ambas agrupaciones le apoyaron. El portavoz del Grupo Municipal en el Ayuntamiento, Juan Luis Martínez respaldó la candidatura renovadora de Javier Mármol.
Pero, cuando Mármol se retiró de la carrera electoral, Martínez puso «por coherencia» su cargo a disposición de la Ejecutiva regional. Ésta aceptó su marcha, pero Martínez dice que poner su cargo a disposición no es lo mismo que dimitir, y exige a Saura que le cese o explique «los motivos» por los que prescinde de él.
PODER INTERNO Y RENOVACIÓN. Martínez quiere que Saura aclare si se trata de que no acepta críticos (y, por tanto, no admite la democracia interna) o si se «hipotecó con la vieja guardia» (representada por Martínez Bernal y Torres) al apoyarse en ella para seguir en el cargo y ésta le ha exigido su cabeza. ¿Por qué? Porque querrían afianzar su poder orgánico de cara a la reforma de la estructura local y retomar el control del grupo municipal con una nueva portavoz, Caridad Rives. Ellos pilotarían la renovación.
ANTIGUAS DISPUTAS. Además, algunos recuerdan estos días que los múltiples choques de Juan Luis Martínez con Martínez Bernal (a quien le reprocha sus ocho años de «oposición complaciente» con el PP, sobre todo con la alcaldesa y en materia de Urbanismo) le costaron incluso un expediente interno, al final archivado.
UN PORTAVOZ IMPREVISTO. Martínez, de 39 años y edil desde el 2003, llegó hace un año al cargo tras la dimisión de Ignacio Segado, el candidato a alcalde elegido por Saura con la negativa del aparato local del PSOE. Segado dijo sentirse solo y defraudado.
La Ejecutiva regional vio una salida en Martínez, que unía juventud, cierta experiencia y ganas. Pero Martínez, que ha completado un intenso primer año de oposición crítica pero también constructiva al PP, ha hallado muchos obstáculos internos.
CON EL PP Y CONTRA EL PP. Entre ellos, su forma de abordar el pago de la deuda de 162.000 euros que dejaron en el grupo municipal sus antecesores y la campaña electoral de Segado; y el negarse a pactar con los populares en ciertos asuntos a cambio de tener cuatro concejales con dedicación exclusiva (y sueldo acorde a ello).
Torres, que aspira a e estar liberado y le acusa de dar cancha sólo a los ediles que le son afines, es uno de los que le reprocha crear mal ambiente interno y no pactar con el PP. En todo caso, Martínez no lo quería a él de liberado, sino a otros «que sí planteen batalla» al PP y «vuelvan a ilusionar» a los votantes cartageneros.
UN ASUNTO TRUCULENTO. Pero hay un asunto truculento que envenena las relaciones: la investigación que la Ejecutiva Federal realiza desde Madrid para saber si la agrupación de Torres (éste y 110 militantes de esta agrupación están desde ayer de visita en Eurodisney), tiene un peso orgánico excesivo porque el censo de militantes ha sido engordado con carnés falsos asignados a fallecidos.
Por otra parte y aunque no ha sido por vía oficial, al concejal socialista de Los Alcázares, Manuel Sevilla, ya le han comunicado también la intención de relevarlo como portavoz del PSOE y de destituirlo como teniente de alcalde, dos de las funciones que ejerce desde las pasadas elecciones municipales. Sevilla cree también que la alcaldesa, Encarna Gil, lo apartará de su responsabilidad como concejal de Comercio e Industria, áreas que hasta ahora ha dirigido junto a las áreas de Nuevas Tecnologías, Transporte y Medio Ambiente.
«La alcaldesa me quitará porque dice que no está contenta, así que, aunque no lo entiendo y me gustaría continuar los proyectos, lo respetaré porque es la alcaldesa», indica el edil, que mostró abiertamente su apoyo a Javier Mármol en la tentativa de éste a relevar a Pedro Saura en la dirección del PSRM-PSOE. Sevilla no fue el único, ya que en la Asamblea de militantes reunida el pasado mayo, ningún voto se manifestó en apoyo de Saura.
Sevilla cree que la destitución de los cargos mencionados podría hacerse efectiva en el Pleno municipal previsto para mañana jueves, aunque responde que no encuentra argumento para ser relevado en dichas funciones. Asegura que, desde el Congreso socialista, «las relaciones con la alcaldesa han estado basadas en el respeto institucional».
Sevilla lanza un órdago a la alcaldesa y pide que «si fue el partido quien decidió que yo fuera portavoz, pongo mi cargo a su disposición y que sean los militantes en Asamblea los que decidan si sigo». Propone que «se convoque una asamblea y se vote».
Por las conversaciones que él mismo asegura haber mantenido con responsables regionales del PSOE, afirma que «el partido se desmarca de ese intento de arrinconarme y me alegro, porque no quisiera pensar que el PSOE murciano se dedica a hacer persecuciones por haber apoyado una opción, ya que se supone que nuestro objetivo es hacer lo mejor para el partido».
Recuerda además que «Saura anunció que iba a trabajar para unir el partido». Pase lo que pase está decidido a «seguir en el partido y en mi cargo de concejal porque la integridad de un político se mide por el trabajo y, además, por respeto al pueblo».
Por su parte, la alcaldesa, Encarna Gil, no respondió ayer a las llamadas de
"La Verdad" para recoger su versión.
Sevilla ha reivindicado desde hace meses además la convocatoria de elecciones internas en el partido local, que está dirigido por una gestora desde la destitución de Juan Escudero tras las investigaciones judiciales del caso Ninette. Miembros de la anterior Ejecutiva presentaron a la alcaldesa cientos de firmas de los militantes pidiendo la elección interna de un nuevo secretario general, aunque aún no hay noticias de que se ponga en marcha el proceso de renovación.
«El partido lo consideramos secuestrado, no hay asambleas y continúa la gestora», explica Sevilla. «Estamos deseando que se nos permita elegir a un secretario general, votado por los militantes de Los Alcázares», reclama el edil. Sevilla apuntó sin embargo, cuando surgió el sector crítico en el partido, que «no queremos sustituir a Encarna Gil ni hacer frente contra la alcaldesa, pues ya la respaldamos en la campaña electoral, pero queremos que las decisiones no se tomen a nuestras espaldas».
Parecido caso sufre el portavoz municipal del PSOE en Cartagena, Juan Luis Martínez, quien recientemente decía para La Verdad que, aunque puso su cargo a disposición del partido, se niega a dimitir. Martínez también apoyó a Mármol.