Ha llegado el momento en que los partidos ya no pueden esperar. Atrás quedaron los tiempos de preparar sus estrategias, tácticas y armas más eficaces para neutralizar a sus oponentes, Por supuesto se entiende por neutralizar oponerse a su adversario político para conseguir el poder de manera democrática, aunque algunos sentirán nostalgia de aquellos ya anticuados métodos. Y, cuando digo, ha llegado la hora de la verdad, me estoy refiriendo al primer mitin celebrado por el PSOE el día 18 de febrero en el pabellón de los deportes de la ciudad de Cartagena.
Ante tanta expectación y revuelo armado en torno a este mitin, por la venida del Señor X, como así lo llama Jiménez los Santos, y la presentación del cabeza de lista, el actual y discutido Ministro de Justicia, y la novel candidata elegida por el Sr. Saura, tuve que hacer cola, delante de la puerta del pabellón de los deportes aproximadamente una hora.
Allí me encontré con un viejo roquero socialista, de esos que nunca mueren; mi querido y amable señor, su edad rondaría los ochenta años, por cierto llevaba puesta chaqueta azul marino, camisa, pantalón y corbata a juego con su chaqueta. La verdad, me extrañó su indumentaria, no encajaba su forma de vestir con la de los políticos en época de elecciones, pues estos políticos de nuevo cuño no usan corbatas ni camisas de alto standing.
También me fijé en su rostro, dentadura y en sus manos encallecidas por el rudo trabajo que, a través del tiempo, tuvo que realizar. Y, así, de forma espontánea empezamos un dialogo, y en el devenir de este diálogo me expresó el descontento que se sentía con el partido de sus amores; se lamentaba de que en el transcurso de los años ha visto como su partido de toda la vida ha tenido una metamorfosis degenerativa por culpa de sus dirigentes, relatándome cómo muchos de sus compañeros quedaron en la cuneta (muertos por las balas de los fascistas).
De pronto le pregunté por qué decía esto. Él me miró a los ojos, y yo a los suyos, observando su cansancio y tristeza, no la por edad, sino por desilusión, desengaño, decepción y amargura, afirmando que no tenia estudios, ya que tuvo que empezar a trabajar desde los siete años, y todo lo que sabia lo había aprendido en la escuela de la vida.
Y me continuaba diciendo que los actuales dirigentes socialistas no se pelean por llevar el partido de sus amores a cotas más alta en beneficio de los más desvalidos, sino que se pelean por acaparar poder personal, y servir así, a sus propios intereses. También me impresionó cuando me dijo que venia a darle la bienvenida al cambio, de la mano del candidato número uno por el partido socialista y pronto resurja la ilusión, anhelo y esperanza entre las cenizas dejadas por los actuales dirigentes socialistas. Y, de pronto, las puertas del pabellón, se abrieron de par en par, marchándonos entre las gentes por distintas direcciones.
Allí dentro los ánimos se iban caldeando minuto a minuto, esperando ver aparecer los distiguidos actores. De pronto los deseados aparecieron saludando al embebecido público. Acto seguido apareció Saura, encargado de abrir el acto electoral, y aseguró que la candidatura del PP "es una candidatura del Opus y de Fuerza Nueva".
Saura también hizo balance de los logros de la Administración Central para Cartagena y la Región de Murcia. El resto del discurso discurrió con las mismas tonterías de siempre, no una más, que ellos han dejado a Navantia con la mayor carga de trabajo de su historia, después de que el PP la dejara en bancarrota. Reconozco que Saura se quiera atribuir meritos que no le corresponden, pero Saura es así. Este hombre ha perdido el norte, está políticamente como un cencerro.
La candidata por Cartagena tomó la palabra, criticando la política medioambiental del PP, con la plantación de 500 millones de árboles, defendió la Ley de Dependencia, se refirió a la pérdida de la revolución industrial, no haciendo referencia sí era la primera o la segunda, para acabar con la revolución del conocimiento. Esta candidata, a medida que discurría su discurso, se iba derritiendo como un hielo expuesto al calor del riguroso verano. Pienso que con estos mimbres no se puede hacer un buen cesto.
He de reconocer que "el Mirlo blanco venido de Gredos", aunque su discurso no fuera sobresaliente, sus palabras desde el atril fueron sensacionales, hizo vibrar al publico allí presente, interrumpiendo su discurso cinco veces. ¡Ay señor y muy querido Mirlo blanco de Gredos, otro cantar sería si usted tuviera una lista de candidatos digna de usted! Yo le aseguro que el Mirlo negro de Teruel no piaría mas desde su jaula de oro.
El discurso de este gran político se basó en las libertades conseguidas y la sustracción de éstas por el PP, se metió con la derecha pura y dura, con la Sede Episcopal y por último comparó a Zapatero con Aníbal; éste último llevó la guerra a suelo romano, y Zapatero venció al conseguir que España haya superado a Italia en renta per cápita. Y, como es natural el Mirlo negro de Teruel, mal interpretó sus palabras al comparar al perdedor de Aníbal con el ganador de Zapatero.
Por fin llegó el deseado por la muchedumbre, que viene de vuelta de todo lo habido y por haber, su discurso se basó en anécdotas de cuando era joven, también dijo que TVE es más abierta, plural, el sistema financiero español es el más saneado del mundo y poco más, eso sí, se dio un baño de multitudes que no sirve para ganar unas elecciones.
También estaba lo más granado del sesudosocialismo, queriéndose dar, al igual que Felipe, un baño de multitudes, éstos que son responsables de la situación tan calamitosa del partido. Allí estaba Alonso, sólo y sin la candidata del partido PP. Todavía está en mí mente aquella fotografía, juntos los dos, agarraditos de la mano y con una sonrisa de oreja a oreja, cuando la candidata ganó las pasadas elecciones, y así podíamos nombrar a lo más granado de este partido en ruinas.
Lo más preocupante que veo, y siempre será mi parecer, es que para esas cuatro mil personas (sólo de Cartagena podrían haber mil doscientas y no más), esto significa que, ni el reclamo de Felipe González, haya atraído al electorado de Cartagena, eso si es preocupante o debiera ser preocupante para el Partido Socialista, pero pronto veremos los resultados.
Sebastián (Cartagena)