“
Lo peor del eco es que dice las mismas barbaridades”
Mario Benedetti
Muchas personas conocemos a través de la prensa las graves imputaciones contra altos cargos y alcaldes del PP en el tiempo (tráfico de influencias, prevaricación, malversación de fondos públicos, falsificación de documentos públicos, cohecho, etc.), asuntos que bien hubiera querido ocultar el gobierno de Valcárcel a la opinión pública. Aunque este fenómeno no es nuevo en la Región: ni la corrupción, ni las denuncias, ni la impunidad de la que gozan algunas personas, ¿cómo podemos interpretar la respuesta desmesurada de los populares cuando se les cuestiona judicialmente? ¿Por qué intentan defenderse como “gato” o minino panza arriba para no sentar a nadie en el banquillo? ¿Por qué hablan de irregularidades en vez de delitos? ¿Les beneficia insistir en la politización de la justicia o ampararse en los excelentes resultados conseguidos en las urnas?
La forma en que la que los populares enfrentan esta situación es paradigmática: con un alcalde encarcelado que sabe demasiado y quiere seguir dirigiendo los destinos de un pueblo desde la prisión; un diputado que se esconde tras su condición de aforado para no ser detenido y la aparición de un “grupo de análisis” creado expresamente para frenar o burlar a la justicia. Todas estas circunstancias han generado en el partido que gobierna en Murcia una espiral sin salida al no asumir responsabilidades políticas. Guy Sorman en su obra “Esperando a los bárbaros” afirma que éstos han traído ya los elementos destructores de lo que aún resta de sociedad: corrupción, narcotráfico, xenofobia económica, pobreza, desempleo y la mentira como forma de gobierno. Al hablar de barbarie, percibimos diferentes niveles en la escalada del PP regional en cuanto a temas de corrupción se refiere.
De “compricas” en limusina por New York
No es una anécdota resaltar que los bárbaros se prestan al despilfarro, viajan en limusina, sin justificar gastos, a costa del erario público, y no anuncian públicamente qué tiene de “oficial” hacer tantos kilómetros. Sabemos que tras el escándalo de la Zerrichera, el círculo de imputados cercano a Bascuñana y Marqués, ha sido recolocado, continúan en la vida pública. Encarna Muñoz, asesora de Medina Precioso, es la Secretaria de una reciente Fundación denominada “Parque Científico de Murcia”. Antonio Alvarado también está al frente de otra Fundación, qué casualidad, la “Fundación Cluster-Mar Menor”. ¿Qué hay detrás de las Fundaciones que proliferan como setas? Como jefe del área de urbanismo de Lorca ha sido nombrado Manuel Alfonso Guerrero, otro imputado de la lista. Es decir, Valcárcel pasea en limusina y premia a sus más que sospechosos servidores. Mientras tanto, el paro y los bajos salarios de los murcianos que anuncian estos días los medios es para el resto de los mortales una lacra que ha hecho aumentar en un 20% en los últimos meses de gobierno del PP el número de desempleados.
Responsabilidades penales particulares costeadas por los vecinos
En otro escalón más arriba de la barbarie voy a señalar al alcalde de Torre Pacheco, Daniel García Madrid. Chema Gil en su blog anuncia: “El equipo de gobierno municipal pagó cinco millones en concepto de adelanto de honorarios a su abogado, Pardo Geijo, por decreto”. Alguien se preguntará qué le ocurre a los vecinos de Pacheco que no salen a la calle para gritar: “No con mis impuestos”.
Si hay que gobernar desde Sangonera, pues se gobierna: ¡aquí no pasa náaa!
El siguiente escalón, desde mi punto de vista, lo personifica el alcalde encarcelado de Totana, Martínez Andreo. Un preso, en plena campaña por su liberación, diseña los presupuestos del municipio para el 2008, pensando en repartirlos por el pueblo... El esperpento se completa con las sucesivas manifestaciones que ha organizado la “Plataforma por el buen nombre de Totana”, otros hablan del “buen nombre de PP”, y que también es liderada, junto a otros interesados, por un cura capuchino del Convento de las Tres Aves Marías, orden en la que realizó estudios Valcárcel y en dónde disertó hace unos días Aznar. La concentración a las puertas de la cárcel de Sangonera la nochebuena, se lleva la “palma de oro”, con padre nuestro incluido. Nochebuena que fue rebautizada por voces laicas como “la nochetrena”.
Nace un “grupo de análisis” cuya finalidad es ningunear a la justicia
En otra vuelta de tuerca, la barbarie se acrecienta cuando se las ven venir. La lista de imputados es larga, y enterados de que otro alcalde y también diputado, Pedro Antonio Sánchez, tendrá que comparecer próximamente ante los juzgados de Lorca por las mismas acusaciones que Martínez Andreo. Ahora toca crear un tribunal paralelo, abanderado por Valcárcel, Cámara, Pedro Antonio Sánchez, el ex Delegado de gobierno, Peñarrubia, etc. Si es que se delatan solos, por eso nosotros nos preguntamos si el entramado que salpica a políticos y empresarios en la Región ha sido posible gracias a un electorado que le respalda en las urnas o es debido a la existencia de una maquinaria menos visible y más compleja, que va desde la defensa en el púlpito de presuntos corruptos hasta un blindaje jurídico creado para beneficio político del PP y empresarios afines.
La perversión a la que conduce una cultura política de la corrupción y la impunidad hay que desentrañarla en profundidad. El problema no está en que afloren infinidad de casos, sino en todo lo contrario, que se favorezca la permisividad de una moral fronteriza para justificar la corrupción: “todos lo hacen” o el “y tú más”. Desde el punto de vista sociológico, es una “técnica de neutralización” muy al uso, cuya intención es no desvelar que ambas cuestiones, corrupción e impunidad, van de la mano en un sistema de corrupción institucionalizado. Por tanto, el ataque individual hacia ciertos personajes no basta. Al denunciar la corrupción hay que tener en cuenta otros factores, son los actores sociales que facilitan, mediante su interrelación, la perpetuación de la misma. En primer lugar, están los que proveen protección e impunidad, generalmente vinculados al sistema judicial, político y policial. En segundo lugar, situamos a los operadores de la corrupción (negociadores y recaudadores) que son los inductores de las conductas transgresoras a favor de líderes empresariales, políticos o particulares con afán caudillista en su pueblo. En tercer lugar, aparecen los amedrantadores que utilizan la violencia de tipo mafioso en aras de conseguir sus fines. En cuarto lugar, hablaremos de aquellos que neutralizan culturalmente con difamaciones de tipo personal o poniendo en juego la estabilidad laboral de aquellos que se atreven a denunciar la corrupción. Y, en quinto lugar, no podemos olvidar a los encargados de “lavar dinero” y convertir en legítimo un dinero cuya procedencia no es legal. En este sentido, sólo falta añadir que los corruptos tienden a crear “zonas de oportunidad”, aprovechando vacíos legales o creando leyes para favorecer a particulares. ¿Hasta cuándo? No quiero terminar este escrito sin reproducir un poema de Kavafis de lo más ilustrativo:
“¿Qué esperamos aquí todos reunidos en esta plaza?
¡Dicen que hoy llegarán los bárbaros!, contestan (...)
-¿Por qué esa pasividad del Senado, por qué no salen los senadores a oponerse a los bárbaros, por qué no dictan una ley que se oponga a ellos?
La gente contesta: No lo hacen porque hoy llegan los bárbaros y serán ellos quienes impongan las leyes (…).
-¿Por qué hay tanto miedo y desasosiego? ¿Por qué la gente honesta se esconde con rostro preocupado?
Porque hoy van a llegar los bárbaros y entonces ellos no podrán sobrevivir por ser honestos…
El poema continúa, pasa la noche y llega el día siguiente, y el poeta observa que el pueblo sigue reunido.
-¿Por qué la gente está con ese rostro de preocupación, de angustia?
Alguien contesta: Porque no han llegado los bárbaros.
El poeta pregunta: -¿Qué ha sucedido?
Respuesta: Hemos descubierto que los bárbaros ya habitan entre nosotros, gobiernan el Senado, están impresos en la ley, duermen en la cama donde duerme el presidente, viajan en automóviles, están en la empresa, y lo más grave, es que están ya entre nosotros mismos, en nuestras apetencias y en nuestros sueños!(…)
Quién tendrá la valentía de expulsarlos (?)”