Ha sido llegar Bermejo y empezar el baile de Santa Lucía. Los corruptos tiemblan, incluidos los ex alcaldes socialistas Navarro, Escudero y Hurtado, desde Águilas a San Javier y desde Cartagena a Cieza. Ya está aquí el ángel exterminador de la corrupción, piensan algunos. Otros más escépticos esperan a ver si todo no son más que fuegos artificiales.
Los del PP tienen el pañal más que pegadito desde que supieron la que se avecinaba con el de Arenas de San Pedro suelto, hasta el punto de que Valcárcel ya no puede controlar su acreditada mala educación llamando hoy por los micrófonos hijos de puta a no se quienes. Seguro que estaba entrenando con ese vocablo en las últimas horas, pensando en alguien, y no ha podido evitar soltarlo en la primera ocasión. Nervios de más porque esta dinámica Dios sabe dónde puede llevar a los de PP. (Por mucho menos, Jaume Matas huyó a Miami y ahora está “missing” hasta para los del PP balear).
Un alcalde dudoso preso en Sangonera por once presuntos delitos, a cual peor, es un magnífico precedente para la regeneración de la democracia murciana aunque no tanto para un Valcárcel pendiente de la Balsa Jenny y de que el agua de esta ciénaga en que ha convertido la Región de Murcia no anegue pronto predios familiares. Le faltaba un amigo en apuros, de los que sabe demasiado, caso del diputado regional Juan Morales Cánovas, pendiente de un suplicatorio para comparecer y, seguramente, acabar también en prisión sin fianza, como su testaferro Martínez Andreo.
Si el PSOE del señor Bermejo aspira a recobrar fortuna electoral en esta circunscripción, debe darse prisa, sin más dilación, en poner frente a los jueces a todos los corruptos en ejercicio de cargo público, sean del partido que sean, y sus corruptores, más que nada por esa izquierda volátil que no perdona la falta de huevos y de eficacia.
Menuda putada le hicieron Navarro y Hurtado cara a esa izquierda seria y exigente, apareciendo visiblemente por el mitin de Lorca. Si ahora no los trinca, podría parecer que existen corruptos de primera y de segunda en la Región de Murcia. Ánimo don Mariano, no se corte y exija justicia para todos, comenzando por los de su propia casa.
¿Qué pasa con los alcaldes de Águilas, Mazarrón, Torre Pacheco, Fuente Álamo, Cieza, Cartagena, Alcantarilla y Puerto Lumbreras, y los ex de Lorca, Ceutí, Los Alcázares, San Javier, La Unión y San Pedro? ¿Van a pasar otras Navidades en casa?
El PSRM se ha puesto el listón demasiado alto con Bermejo como para que aquí luego no pase casi nada entre Santa Lucía y San Valentín. Todos los presuntos delincuentes deben acabar ante el juez, más pronto que tarde, para responder de todo lo que han hecho contra los intereses generales de la ciudadanía o fuera de la Ley.
Don Mariano debe saber que el PSRM debe volver a creer en los murcianos para que los murcianos vuelvan a creer en el PSRM. Debe saber también, antes de que se confeccionen las listas de candidatos para sustentar la política de Rodríguez Zapatero en las Cortes siguientes, que la derecha murciana en el poder regional, radicalizada y cerril, se mantiene crecientemente hegemónica por el demérito e incoherencia del propio PSRM.
Si no se incorporan a esas listas del PSRM experimentados independientes con poder social, progresistas identificados con la política de Zapatero, de poco servirá su esfuerzo de venir tan lejos para clamar en solitario en este desierto de ideas y convicciones democráticas, en esta ciénaga murciana de corrupción muy generalizada, como vemos.
Es vital insacular elementos impolutos de la sociedad civil, gente de Murcia, mujeres, jóvenes, profesionales, docentes y pequeños empresarios. Más en la cuarentena que en los treinta sin olvidar alguna aportación cincuentona para que Bermejo no se sienta generacionalmente solo. Enfrente, el PP, carece de elementos para la necesaria renovación de candidaturas. Será más de lo mismo o peor porque no existe partido. No resultaría tan difícil darle la vuelta a la tendencia electoral dominante hasta ahora. Hay candidato.
Con todo, Zapatero es más víctima en la Región de Murcia de una falta de renovación profunda del propio PSRM, hasta la inevitable refundación dentro del año 2008, que del discurso político de un histrión como Valcárcel. Y mire lo que le digo, don Mariano, si la sociedad murciana, no ya la izquierda volátil, no ve en las listas una renovación total de caras y de nivel, el Presidente puede perder aquí y en la Comunidad Valenciana, las elecciones en España. Y la reacción, acecha, dentro y fuera. Usted me entiende.
Yo sé, por eso, que Murcia preocupa electoralmente en Ferraz y en Moncloa. El PSRM se encuentra embarrancado desde hace demasiado tiempo porque su electorado natural no se moviliza en espera de algún signo creíble y de que el aparato sea capaz de salir de Princesa y conectar con los problemas, aspiraciones y anhelos de la gente. Toda la sociedad murciana no está envilecida detrás de Valcárcel, ni mucho menos. Pero la mayoría, ahora abstencionista, exige seriedad, compromiso y gente fiable en política.
Esa es una auto justificación para incapaces políticos. Lo que sucede en el PSRM, pese al empeño de Saura sabido de sobra en Madrid, es que tampoco resulta fácil vertebrar una alternativa interna, realmente renovadora, y por eso el pasado trata de condicionar demasiado el futuro, fundamentalmente desde las agrupaciones de Cartagena, Cieza, Lorca y Ceutí. Los rescoldos de la antigua corrupción propia hay que apagarlos cuanto antes también por eso y precisamente por eso. Con más de lo mismo no se despega. Es necesario evitar otro desastre, como el de las últimas elecciones autonómicas y municipales.
El PSRM no puede volver a engañar a Zapatero. Ahora o nunca. Bermejo es un mirlo blanco de Gredos llegado a Murcia casi por casualidad. Se pensó en Solbes, en Molina, en Narbona… Algún amigo del fiscal, que es el ministro de Justicia, pudo sugerir la idea. Luego el partido la recogió, como otras más. Y más tarde alguien de fuera la consideró excelente. Pero de las ideas hay que pasar a los hechos y con Bermejo puede no bastar si desde Princesa no se diseña una estrategia coordinada para que la más elevada izquierda sociológica murciana deje de pasar del PSRM por considerarlo, sin solución de continuidad, una burocracia paralizada e inoperante.
Murcia también puede hacer granero para Z si sus candidatos gozan de credibilidad como para movilizar a la izquierda volátil y que la Región cuente en Madrid por el valor añadido que aporten sus representantes. ¿Quién conoce o se acuerda de los actuales diputados y senadores del PSRM, excepto de Saura? La estrategia parlamentaria desconocida es, desde luego, incapaz de movilizar a la izquierda sociológica moderada. Por eso Z se la juega si se repiten caras y caretos de ilustres desconocidos casi inactivos. ¿Qué ha hecho en el Senado, por ejemplo, Francisco Abellán, alcalde de Jumilla?
El PSRM debe presentar ahora como candidatos a personas de su tiempo que sepan en qué comisiones es preferible trabajar por la Región de Murcia, que cuenten por su esfuerzo en el seno del Grupo Parlamentario Socialista y que se ganen por méritos alcanzar el entorno de Zapatero. Y el único que en este partido ha funcionado hasta la fecha con ese pensamiento estratégico ha sido Saura.