El candidato nominado estaba entre emocionado y desbordado. En su presentación en la familia socialista murciana se encontró con una expectación que superaba las previsiones. Hasta Lorca se habían desplazado cerca de tres mil socialistas a dar la bienvenida a su futuro cabeza de cartel para las generales. Se les notaba contentos como si les hubiera tocado un premio gordo. Unanimidad total en torno a la figura del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo y dispuestos a hospedarle y arroparle a tope y ya dicen que conseguir el cuarto diputado por la Región es casi seguro. Lo del quinto, una utopía.
El candidato oficioso, ya que hasta que no sea ratificado por el Comité Regional y el Comité Federal no será oficial, vino acompañado de su esposa y de José Blanco. No tiene vínculos familiares en Murcia, tampoco amigos en el sentido más intimo de la palabra, si acaso un paisano en la Delegación del Gobierno y un compañero de promoción, magistrado del Tribunal Superior de Justicia. “Es uno de los nuestros, un gran ministro y una buena persona”, dijo en su presentación José Blanco.
Con fama de duro y de izquierdista, Bermejo puede movilizar a un sector de izquierdas murciano para recuperar votos sobre las elecciones autonómicas de mayo, aumentando la participación e incluso restando votos a IU. En definitiva rascar el cuarto, que es de lo que trata para los socialistas a nivel nacional.
“Muchas gracias por darme la oportunidad de estar aquí”, dijo un emocionado Bermejo. “En mi tarjeta de visita dicen que soy un hombre de izquierdas y me siento orgulloso de ser de izquierdas”, como se siente orgulloso de todo su familia, desde sus abuelos republicanos, pasando por su padre un franquista honrado y unas tías monárquicas. “Todas personas de bien y de diálogo”. Lo de duro también lo dejó bien claro, “soy muy duro porque no soporto la injusticia, ni la insolidaridad”.
El candidato debutante no es un mitinero, y en su su presentación en familia hizo un discurso-conferencia más centrado en los valores de la izquierda. Para mitineros ya estuvieron Leoncio Collado, Pedro Saura y sobre todo José Blanco.
Es buen comunicador y se explica bien. La técnica mitinera la tiene que adquirir, al igual que sus conocimientos sobre la realidad murciana. “Es una enorme responsabilidad la que asumo y no os defraudaré y espero que dentro de un año sigáis teniendo la misma opinión sobre mi que esta mañana”, comentaba después a los dirigentes y militantes que se acercaban a darle su apoyo personal. “Entre todos vamos a ayudar a volver a su casa a Rajoy”, concluía su intervención.
No fue aspero ni entró en grandes descalificaciones. “Somos incorformistas, queremos un gobierno que piense en las personas y al que los ladrillos mal utilizados nos dan miedo. Apostamos por la modernidad y la innovación, por ser un gobierno de la solidaridad frente a la manipulación y el engaño”. Sin primos ni amigos intimos en la Región, Mariano Fernández Bermejo, inició su precampaña abrumado por el apoyo de unos socialistas murcianos que le han recibido como “agua para marzo”.
Los retos incongruentes de José Blanco
José Blanco decidió ayer en Lorca cambiar la z de Zapatero por la r de Rajoy. Y tiró de diccionario para destapar su personal caja de los truenos, en un intento de imitar al inimitable Alfonso Guerra. Lo tiene claro “los socialistas tenemos que ganar con contundencia para no volver a la España del PP”. Partiendo de la que calificó la r de Rajoy afirmó aquí que en Murcia es la r del “retroceso, del rencor y de un retrogrado como Rajoy”. Y ya con r también retó a Valcárcel, al que acusó de tener “cara de cemento”, a un debate público sobre el gobierno de Zapatero con el nominado candidato Fernández Bermejo.
Frente a la modestia y positivismo de Bermejo, Blanco mezcló generales con autonómicas en un intento de calentar el ambiente. Lo del debate entre Valcárcel y Bermejo es tan congruente como sí los populares murcianos pidieran un debate público entre Zapatero y la consejera de Hacienda, para hablar de las inversiones del Estado en la Región. Si Bermejo tiene que debatir en la Región lo más lógico es que lo haga las veces que quiera en campaña con el cabeza de cartel del PP.
Esperando que llegue la primavera
En un lugar discreto, como un militante de base, estaba Miguel Navarro. “¿Cómo estás?”, le preguntaba un amigo. “Esperando que llegue la primavera”, respondió en lorquino. Con esa esperanza de la primavera y de las elecciones generales de marzo se congregaron en la apertura de precampaña en Lorca la vieja y la nueva guardia de los socialistas murcianos en torno a Fernández Bermejo. Diputados nacionales, alcaldes y concejales, diputados regionales, aspirantes a ocupar un lugar de salida en las listas y sobre todo muchos militantes de a pié llegados en mas de 15 autobuses de la Región y hasta de Almería.
Ex presidentes regionales, como el también lorquino Carlos Collado o María Antonia Martínez o el ex alcalde de Ceutí Manuel Hurtado se acercaban a saludar al candidato. Parece que en esta ocasión hay bastante piña socialista regional y consenso en torno al cabeza de cartel, para orgullo de un secretario general Saura, muy agradecido a Blanco por haber hecho un esfuerzo electoral por la Región. El congreso regional del PSRM será después de las elecciones y según los resultados se producirán los movimientos.
El candidato oficioso, ya que hasta que no sea ratificado por el Comité Regional y el Comité Federal no será oficial, vino acompañado de su esposa y de José Blanco. No tiene vínculos familiares en Murcia, tampoco amigos en el sentido más intimo de la palabra, si acaso un paisano en la Delegación del Gobierno y un compañero de promoción, magistrado del Tribunal Superior de Justicia. “Es uno de los nuestros, un gran ministro y una buena persona”, dijo en su presentación José Blanco.
Con fama de duro y de izquierdista, Bermejo puede movilizar a un sector de izquierdas murciano para recuperar votos sobre las elecciones autonómicas de mayo, aumentando la participación e incluso restando votos a IU. En definitiva rascar el cuarto, que es de lo que trata para los socialistas a nivel nacional.
“Muchas gracias por darme la oportunidad de estar aquí”, dijo un emocionado Bermejo. “En mi tarjeta de visita dicen que soy un hombre de izquierdas y me siento orgulloso de ser de izquierdas”, como se siente orgulloso de todo su familia, desde sus abuelos republicanos, pasando por su padre un franquista honrado y unas tías monárquicas. “Todas personas de bien y de diálogo”. Lo de duro también lo dejó bien claro, “soy muy duro porque no soporto la injusticia, ni la insolidaridad”.
El candidato debutante no es un mitinero, y en su su presentación en familia hizo un discurso-conferencia más centrado en los valores de la izquierda. Para mitineros ya estuvieron Leoncio Collado, Pedro Saura y sobre todo José Blanco.
Es buen comunicador y se explica bien. La técnica mitinera la tiene que adquirir, al igual que sus conocimientos sobre la realidad murciana. “Es una enorme responsabilidad la que asumo y no os defraudaré y espero que dentro de un año sigáis teniendo la misma opinión sobre mi que esta mañana”, comentaba después a los dirigentes y militantes que se acercaban a darle su apoyo personal. “Entre todos vamos a ayudar a volver a su casa a Rajoy”, concluía su intervención.
No fue aspero ni entró en grandes descalificaciones. “Somos incorformistas, queremos un gobierno que piense en las personas y al que los ladrillos mal utilizados nos dan miedo. Apostamos por la modernidad y la innovación, por ser un gobierno de la solidaridad frente a la manipulación y el engaño”. Sin primos ni amigos intimos en la Región, Mariano Fernández Bermejo, inició su precampaña abrumado por el apoyo de unos socialistas murcianos que le han recibido como “agua para marzo”.
Los retos incongruentes de José Blanco
José Blanco decidió ayer en Lorca cambiar la z de Zapatero por la r de Rajoy. Y tiró de diccionario para destapar su personal caja de los truenos, en un intento de imitar al inimitable Alfonso Guerra. Lo tiene claro “los socialistas tenemos que ganar con contundencia para no volver a la España del PP”. Partiendo de la que calificó la r de Rajoy afirmó aquí que en Murcia es la r del “retroceso, del rencor y de un retrogrado como Rajoy”. Y ya con r también retó a Valcárcel, al que acusó de tener “cara de cemento”, a un debate público sobre el gobierno de Zapatero con el nominado candidato Fernández Bermejo.
Frente a la modestia y positivismo de Bermejo, Blanco mezcló generales con autonómicas en un intento de calentar el ambiente. Lo del debate entre Valcárcel y Bermejo es tan congruente como sí los populares murcianos pidieran un debate público entre Zapatero y la consejera de Hacienda, para hablar de las inversiones del Estado en la Región. Si Bermejo tiene que debatir en la Región lo más lógico es que lo haga las veces que quiera en campaña con el cabeza de cartel del PP.
Esperando que llegue la primavera
En un lugar discreto, como un militante de base, estaba Miguel Navarro. “¿Cómo estás?”, le preguntaba un amigo. “Esperando que llegue la primavera”, respondió en lorquino. Con esa esperanza de la primavera y de las elecciones generales de marzo se congregaron en la apertura de precampaña en Lorca la vieja y la nueva guardia de los socialistas murcianos en torno a Fernández Bermejo. Diputados nacionales, alcaldes y concejales, diputados regionales, aspirantes a ocupar un lugar de salida en las listas y sobre todo muchos militantes de a pié llegados en mas de 15 autobuses de la Región y hasta de Almería.
Ex presidentes regionales, como el también lorquino Carlos Collado o María Antonia Martínez o el ex alcalde de Ceutí Manuel Hurtado se acercaban a saludar al candidato. Parece que en esta ocasión hay bastante piña socialista regional y consenso en torno al cabeza de cartel, para orgullo de un secretario general Saura, muy agradecido a Blanco por haber hecho un esfuerzo electoral por la Región. El congreso regional del PSRM será después de las elecciones y según los resultados se producirán los movimientos.