ALMERÍA.- Cajamar aprobó el proyecto de fusión con Caja Rural del Duero que servirá a la entidad financiera almeriense de trampolín para completar la presencia en Castilla y León e iniciar la implantación en Cantabria, Asturias y Galicia, en una proyección de crecimiento con horizonte 2009, según anunció en su comparecencia el presidente, Antonio Pérez Lao.
En cifras, en el "corto plazo" de tres años, el "ambicioso" plan de expansión contempla la apertura de 40 oficinas y la creación de un centenar de puestos de trabajo en el ámbito de actuación de esta nueva Dirección Territorial Norte que asumirá, además, la plantilla de 271 empleados de Caja Rural del Duero en Valladolid, Palencia, León y Ávila.
La redefinición del plan estratégico de la primera cooperativa de crédito de España será el segundo paso de un proceso que, además, encarama de manera provisional a Cajamar al decimoquinto puesto del ránking nacional de entidades financieras, con un volumen de negocio de 36.700 millones de euros que le relegará un escalafón con la entrada en el mercado de Cajasol.
Con un total de 488.787 socios y 1.385.000 clientes, la caja resultante de la fusión iniciada consolida, asimismo, a la almeriense como la primera rural de España que, gracias a una red de oficinas en 25 provincias, arroja a 30 de junio de 2006 activos que superan los 21.900 millones de euros, un margen de explotación que se sitúa en los 130,2 millones de euros y una gestión de recursos e inversión crediticia de 20.980 y 21.360 euros, respectivamente.
Pérez Lao (en la imagen), quien resumió las causas que han permitido fructificar una fusión gestada en 2005 en el objetivo común de conseguir que "uno más uno sumen dos y medio", resaltó que Cajamar seguirá su línea de acción orientada "hacia el mantenimiento de los principios cooperativos y la conexión con el mundo rural y la atención al sector agroalimentario".
Cajamar y Caja Rural del Duero, con una proporción de 18 a 1 que según destacó el presidente de la primera "no desmerece la solera de una entidad que está "muy saneada", protagonizan la primera fusión "intercomunitaria" en el sector, avalada --ahondó-- "por el respaldo de la plantilla de la entidad castellana que presionó a nivel interno a la dirección para que se acordará iniciar el proyecto de fusión".
Por su parte, el consejero delegado de Cajamar Juan de la Cruz aseguró que a la entidad "no le preocupa" el anuncio de litigio contra su fusión por absorción con la Caja Rural del Duero hecho por la Federación Nacional de Cajas Rurales de España, que ha tildado la integración de ambas entidades de "despropósito".
En declaraciones a los periodistas tras aprobar el consejo rector de la caja almeriense la operación, De la Cruz reconoció que la reacción de la Federación nacional era "algo esperado", por lo que advirtió de que, si finalmente se frustrase la fusión, Cajamar tiene la intención "de seguir adelante con la expansión en Castilla y León con la apertura de oficinas allí donde pretendíamos asumir la red de oficinas de la Caja Rural del Duero".
El consejero delegado de la primera cooperativa de crédito de España reconoció, no obstante, que el efecto perjudicial que "este movimiento" podría suponer para la entidad vallisoletana que --ahondó-- no tiene "nuestra capacidad para contraatacar con iniciativa".
Igual de explícito se mostró el presidente de Cajamar, Antonio Pérez Lao, que recordó a la Federación Nacional de Cajas Rurales --con la que mantiene otro litigio en el Tribunal Supremo por su expulsión del órgano-- que el derecho de tanteo y retracto "que pretenden invocar ahora no puede aplicarse en este caso ya que no se trata de una operación de compraventa económica".
"Es simplemente --continuó-- una integración de miles de socios de dos entidades cooperativas de crédito" porque insinuó que podría tratarse de un mero intento por "interrumpir" un proceso que ya se rompió en julio de 2005 por presión de cierto parte del sector financiero castellano.
Según la Federación Nacional de Cajas Rurales, siempre que una Caja se dé de baja voluntaria de la asociación debe hacerlo con seis meses de antelación, tiene que liquidar todos los negocios y asuntos pendientes con la asociación y las sociedades participadas de los mismos.
Por último, tendría que poner a disposición de la asociación toda sus participaciones y acciones en las tres sociedades participadas: en Rural Servicios Informáticos, en Rural Grupo Asegurador y en el Banco Cooperativo Español, algo que la Caja Rural del Duero no habría hecho ya que anunció su baja la semana pasada.
Por este motivo, el colectivo empresarial anunció que está dispuesto a comprar las participaciones de los socios de la caja vallisoletana por un precio 20 veces por encima de su valor nominal.- (Agencias)