Las fuertes tensiones confirmadas en el seno de la CROEM pueden terminar en la dimisión a medio plazo de su presidente, Miguel de Toro, y afectar a las previsiones sucesorias en su secretaría general. La vampirización de la patronal murciana de la mano del sector de la Construcción desde la salida de Tomás Zamora de la presidencia, ha hecho reaccionar a otros sectores de fuerte implantación, caso del Metal liderado "de facto" por Ginés Huertas, y provocar la peor crisis conocida en sus veintitantos años de historia. Tal es la situación, que la CROEM ha tenido que dar marcha atrás en su ciego apoyo público en la Región de Murcia a la especulación y promoción inmobiliaria sin condiciones, y en su participación institucional en diseñar en comandita las sucesivas campañas de agitación contra el legítimo Gobierno de la Nación con la coartada del agua del Tajo para la agricultura murciana. Todo obra de Clemente García, Pedro Lencina, Francisco del Amor y Miguel del Toro, con el necesario apoyo ideológico, económico y estrategia compartida de Valcárcel, Fuentes Zorita y Carlos Egea. Y el mediático, a cargo de la decana y centenaria gaceta local.
Su seguidismo durante meses de la política dislocada del gabinete Valcárcel y su implicación voluntaria en el diseño de la estrategia de San Esteban en múltiples ocasiones, y mucho más desde mayo de 2004 tras el ascenso de Zapatero a La Moncloa, parece están aconsejando prescindir por jubilación de la figura del franquista Clemente García, su secretario general perpetuo, por su presunto perjuicio a la organización en tiempos de cambio e innovación. Ya ni siquera parece aconsejable que le sustituya, como no sea de forma interina, su "delfín" y abogado cincuentón José Rosique, hoy vicesecretario general, sino más bien una figura con otro perfil, como puede ser el caso de José Miguel Borrachero, actual secretario en la patronal murciana del Mueble y la Madera. El pasado de Rosique como secretario de Formación puede suponer, tal vez, un riesgo añadido si se investigasen a fondo por Bruselas las declaradas actividades financiadas con fondos europeos, que luego administraba el tesorero de la patronal, y a la sazón, director territorial de "El Corte Inglés", José Dasí, amén de discreto miembro supernumerario del "Opus Dei".
Un estudio reciente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios sobre el horizonte "Murcia 2010", que basa todo el futuro de la Región en el desarrollo del ladrillo y la hostelería, realizado por una filial de la ACS de Florentino Pérez, y apoyado por la Comunidad Autónoma a través de un alto funcionario como Juan José Bertrán, ha provocado ya la condena conjunta y unánime de la CROEM, UGT y CC.OO., al mostrarse mejor por una estrategia que intente pivotar el futuro inmediato sobre la productividad y la competitividad, una vez constatado que nuestra balanza exterior es deficitaria mes tras mes. La postura renovada de la CROEM es oponerse frontalmente a más convenios urbanísticos en los municipios murcianos por más que hace unos meses, en un debate en la UMU sobre bases económicas de futuro para la Región de Murcia, el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Emilio Ontiveros, se mostrase públicamente en radical desacuerdo con las tesis expuestas por el director general de "Caja Murcia" y profesor de escuela universitaria, Egea Krauel, en el sentido de que la única salida para la Región era profundizar en la vivienda turística.
Precisamente por profundizar en ese axioma, el cuestionado promotor de Torre Pacheco y expresidente de "Polaris World" (¿con tres amagos ya de infarto de miocardio a sus espaldas pese a sus sólo 38 años?), Pedro García Meroño, ha recibido una medalla de la Cámara de Comercio de Murcia (controlada por Clemente García a través de su presidente, Pedro García-Balibrea) como premio de consolación y desagravio a su condena social tras echarle un pulso a la democracia murciana en el caso de su nonata promoción de 30.000 viviendas turísticas, más conocida como "Condado de Alhama". El citado promotor, que acaba de ser públicamente humilde y reconocer que se equivocó al mantener esa postura frente a los representantes legítimos de alhameños y murcianos, ya ha sido abandonado por quienes hasta hace pocas semanas le pedían colocase a parientes y amigos en una "Polaris" parece que herida de muerte en los mercados exteriores.
Pues bien, a esa cena con entrega de premio a García Meroño, no asistieron ni Tomás Fuertes, ni Carlos Egea, ni Clemente García, ni Sánchez Carrillo, ni el influyente abogado Carlos Valcárcel, aunque sí su hermano y presidente de la Comunidad Autónoma, quien se fotografió fugazmente con el galadonado. Pocos son los que se mantienen fieles a un hombre hecho de la nada y, cada vez, más quienes lo niegan en momentos más que bajos para su incipiente emporio. García Meroño ha dejado de ser un héroe para los hoy muy asustados por unas fiscalías inflexibles y no se quieren residentes en Sangonera. Ahí está el parón "sine die" a La Cerrichera y la cara de póker que se le ha puesto a Trinitario Casanova Abadía. Ahora todos dicen, con cinismo extremo, que siempre estuvieron en contra de pelotazos urbanísticos a costa del desarrollo sostenible. Vamos, que todos eran ecologistas en la intimidad por miedo a enfurecer a Cerdá, Marqués y Ruíz Vivo.