A lo largo de casi setenta años España sufrió diversos avatares guerreros en su Protectorado de Marruecos, con la participación de tropas procedentes de la región de Murcia, implicándose en el siglo XX el aeródromo de Los Alcázares.
Muchos Regimientos españoles participaron en la contienda y los murcianos fueron distribuidos en muchos de ellos, pero en especial en el Regimiento Vizcaya n° 51, con sede en Alcoy, y en el de Sevilla n° 33. Regimiento España n° 46 con sede en Cartagena y posteriormente en Lorca. Se le añadió posteriormente el Regimiento Cartagena n° 70.
Los diversos episodios de guerra en Marruecos, desde 1859 a 1926, fueron informados por diversos corresponsales, periodistas y fotógrafos, trabajando para la prensa murciana, en un intento de mantener cierta información relativa a los combates, bajas, triunfos y derrotas.
Por otra parte, desde 1921, los soldados murcianos tuvieron "madrinas de guerra" con las que poder escribirse. En julio de 1921 el periódico El Diario Universal, propiedad del conde de Romanones y dirigido por Daniel López López, lanza la idea de que los soldados que luchan en Marruecos tuvieran una "madrina de guerra" a la que escribir…, y de la que recibir algún paquete de regalo.
Los envíos para los soldados, desde Cartagena, fueron realizados en diversos vapores. En Cartagena se creó, en noviembre de 1921, la Junta de Señoras, de cara a fomentar la propuesta de madrinas de guerra para el batallón expedicionario de Sevilla. En Murcia participaron activamente los colegios femeninos de Carmelitas, en la calle Cartagena, y el de Pura Covacho.
A la vuelta, muchos soldados, recibieron homenajes en sus localidades de origen, siendo recibidos como héroes. La mayor parte de fallecidos y heridos son soldados, siendo escasos los oficiales en este apartado. Por otra parte, la mayoría son soldados procedentes de pequeñas localidades y son escasos los de las grandes ciudades de la región.
Desde 1859 y 1860, primera guerra, tenemos constancia de algún murciano en la Guerra de África. En 1893 tenía lugar la Guerra de Margallo. Los peores años fueron 1909 y 1910, con la Guerra de Melilla, el Desastre del Barranco del Lobo, durante la Campaña del río Kert en 1911 y 1912, y por supuesto en la Guerra del Rif desde 1921 a 1927, con el terrible Desastre de Annual. Por fin con el desembarco de Alhucemas, en septiembre de 1925, se iniciaba el principio del fin.
La falta parcial de documentación no nos permite dar un número exacto de murcianos en estas guerras, pero podemos afirmar que no fueron menos de 6.000 los soldados que fueron enviados, entre 1859 y 1926. Las tropas murcianas combatieron en varios frentes destacando los combates de Wad-Ras, Casabona, Esponja Alta, Tifarium, Koba Darsa, Chentafa, Solano, Izarrora, Arruit…
Los muertos murcianos se contaron y los heridos los superaron. El siguiente poema era publicado por Daniel Ayala Guillen en 1921, desde Villanueva del Río Segura, a la vista del retorno de los heridos: Por las calles silentes de la aldea dormido, los que tornan, heridos, de la guerra han pasado aquellos que partieran rebosantes de vida, en piltrafas humanas la lucha ha transformado. Caminan silenciosos, cabizbajos, rendida el alma a la amargura que en la lid ha gustado; han mostrado el trofeo de gangrenosa herida; la falta de una pierna o de un brazo han mostrado. Estos héroes sin nombre, ¡Patria! te defendieron; contentos y orgullosos por ti su sangre dieron mil vidas que tuvieran darían en tu honor. En míseros albergues, sin pan y sin alientos, viven los que su sangre por ti dieron contentos; ... ¿Morirán olvidados ¡Oh Patria! en su dolor?
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