María Marín considera que "la sanción a Randri García hace justicia a unas jugadoras que han pasado un auténtico calvario", pero también considera que "deja en muy mal lugar a la Federación Murciana de Fútbol, que en todo momento ha intentado tapar este asunto".
Marín ha recordado que "el pasado mes de junio una supuesta comisión independiente de la federación regional dio la razón al entrenador", por lo que "ha tenido que ser la inspección de trabajo la que ponga las cosas en su sitio".
Ante esta situación la diputada morada ha insistido en reclamar la dimisión del presidente de la Federación Murciana de Fútbol, José Miguel Monje Carrillo (cuñado del ex presidente del ex presidente de la CARM y del PPRM, Ramón Luis Valcárcel Siso), algo que ya hizo hace unos meses ante el silencio del dirigente tras la agresión sexual a Jenni Hermoso.
"Un dirigente que se puso del lado de Rubiales y que ha dado la espalda a las jugadoras del Alhama es indigno del cargo que ocupa y debe ser cesado sin perder un minuto", ha concluido.
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