MADRID.- Una nueva denuncia por abusos sexuales a una menor tutelada se suma a la presentada por otra menor de la Residencia Infantil Chamberí, dependiente de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, como ya publicó Diario16.
El pasado 28 de febrero de 2022, la menor de 13 años registró dicha denuncia en el Juzgado de Instrucción nº 26 de Madrid contra la dirección del centro y varias educadoras por los hechos acaecidos.
Según relata la madre, el 24 de Febrero de 2022, recibió una llamada telefónica de un psicólogo del centro «que me dice que mi hija me tiene que contar algo muy importante, sin explicar el motivo. Cuando llegué al centro, salió una educadora a decirme que me pensara bien lo que iba a hacer, que no había sido para tanto y que ya habían tomado medidas. A lo que respondo que hablaría con mi abogado y que tomaríamos las medidas que hubiera que tomar». Al ponerse en contacto con su letrado, éste le recomendó que denunciara inmediatamente en Comisaría.
Ese mismo día, a las 21:05, la madre acude con su hija a las dependencias de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Brigada Provincial de la Policía de Madrid para «oír en exploración» a la menor. En su declaración, ésta pone en conocimiento los hechos ocurridos «con un compañero del centro, de origen español, con el que se encuentra en el Grupo Mixto», y que no es otro que el presunto autor de los abusos sexuales de la primera denuncia sobre la que informó Diario16.
«Te voy a pegar»
La menor afirma en la denuncia que su compañero comenzó a acosarla un año antes, «siguiéndola por el centro, aprovechando siempre que tenía ocasión y no había vigilancia de los educadores para acorralarla y tocarle la zona de los pechos, la vagina y los glúteos por encima de la ropa», mientras le insultaba «gorda puta». El presunto agresor, según la joven, en ocasiones le decía: «Te voy a pegar y voy a poner a todos en tu contra».
Estos comportamientos se habrían repetido de forma constante. De hecho, fue sorprendido por las educadoras, siendo castigado sin salir de su habitación y sin paga. Según explica la menor, el presunto agresor le habría llegado a decir que no le contara nada a su hermano -también residente- «porque esto podría acarrear problemas».
Asimismo, como recoge el escrito, «tras los castigos, el centro estableció unas reglas especiales hacia el menor, tales como que no podía compartir espacios donde estuviesen chicas». Pero después de un tiempo sin provocar incidentes volvió a adoptar el mismo comportamiento. No sólo la joven habría sido víctima de los presuntos abusos sexuales, sino al menos otras dos menores, además de la primera que denunció los hechos.
La situación que fue el detonante para que la menor presentara la denuncia es que el citado menor «se metía en la habitación de la joven mientras ella dormía y le realizaba tocamientos por encima de la ropa. En algunas ocasiones se despertaba y le echaba, pero en otras no, siendo informada por su compañera de habitación, y hasta en dos ocasiones por las educadoras que le ordenaban salir e informaban a la menor de lo que había pasado, ya que ella no se había percatado».
El 22 de febrero de 2022, en torno a las 19:00 horas, cuando la menor se encontraba sola en su habitación, el menor entró, motivo por el que ésta le dijo que se fuese, negándose a ello. El joven se sentó en la cama, agarró por la cintura a la denunciante y le empujo encima de éste, realizando tocamientos en pechos, vagina y glúteos. En ese momento apareció un amigo en el pasillo y al percatarse, el menor denunciado cesó en su actitud y la menor consiguió salir de su habitación.
La menor manifiesta que son tres amigos quienes le animan a contarles, a sus dos educadoras de referencia, lo sucedido, «a pesar de que estas ya tenían conocimiento de alguna de las cosas que habían estado ocurriendo».
Tras este capítulo, las educadoras condujeron al menor a la sala de visitas e informaron a la menor que el castigo «lo iba a poner dirección, como ya han hecho en otras ocasiones». Una de las dos educadoras «dijo que quien contase algo de lo ocurrido a mi familia iba a estar castigado mucho tiempo».
La denunciante afirma, asimismo, que «las educadoras nos dicen a las niñas que si nos hacen algo de ese tipo que podíamos meterles un guantazo, una patada o un empujón. Pero cuando lo hacemos nos lo devuelven, por lo menos el denunciado, y tengo varios compañeros que saben que es verdad».
Como consecuencia de estos hechos relata que «he estado durmiendo mal durante mucho tiempo, con pesadillas de que alguien se metía en mi cama y no podía moverme, sólo mirar, pero el chico no hacía nada. Cuando les expliqué esto a las educadoras no me hicieron caso. Sólo me dijeron que se me pasaría, pero no, se repitieron muchas veces más».
En su declaración también expresa que «tengo mucho miedo de que vuelva a suceder esto. Y estamos coaccionadas y amenazadas por parte de las educadoras el equipo directivo para no contar nada a nuestras familias y que no tomen medidas».
Por todas estas razones, la joven, que sigue residiendo en el centro, ha solicitado medidas cautelares urgentes, la revocación de la medida de desamparo, ser escuchada por la Fiscalía de Menores, reconocida por un médico forense y un equipo psicológico fuera del centro Chamberí, así como la guarda temporal con su madre hasta que se resuelva la medida de desamparo.
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