Sólo en Reino Unido se han producido 426 casos de coágulos de sangre que han causado la muerte de 73 personas. Los efectos adversos hicieron que en primavera se restringieran las vacunas en menores de 40 años en Reino Unido y que las vacunas de Pfizer y Moderna fueran preferidas para adultos jóvenes. En muchos países europeos se prohibió rotundamente y en Estados Unidos se decidió no comprar ni una sola dosis.
El gobierno británico concedió una subvención de emergencia a un equipo de científicos dirigido por la Universidad de Cardiff para que investigara el fenómeno de la coagulación. Descubrieron que la envoltura de la vacuna vectorial -el virus del resfriado debilitado que se utiliza para enseñar a las células a neutralizar el coronavirus- actúa como un imán y atrae las plaquetas, una proteína que se encuentra en la sangre.
El cuerpo confunde estas plaquetas con una amenaza y produce anticuerpos para combatirlas. La combinación de las plaquetas y los anticuerpos da lugar a la formación de peligrosos coágulos de sangre.
La vacuna de AstraZeneca, patrocinada por la Universidad de Oxford, es una vacuna de adenovirus, lo que significa que contiene un virus alterado genéticamente, en este caso el virus del resfriado de los chimpancés, modificado para que sea incapaz de infectar el cuerpo humano.
La vacuna funciona utilizando el virus del resfriado de los chimpancés para transmitir una parte del código genético del virus Covid, que el cuerpo aprende a reconocer y a prepararse para una infección real del virus.
La técnica del adenovirus también se utiliza en la vacuna Covid de Johnson y Johnson de una sola dosis, que también se ha relacionado con casos de coágulos sanguíneos potencialmente mortales.
Reino Unido ha donado los 20 millones de dosis de Johnson and Johnson que encargó al plan Covax, el programa de reparto de vacunas de la ONU para inyectar a los países del Tercer Mundo.
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