MADRID.- Si se pasa usted de vez en cuando por las redes sociales seguramente habrá leído a Jano García (Valencia, 1989) repartiendo estopa al estatalismo, el socialismo y en general a la izquierda ante su millón de seguidores. Economista y especialista en comercio internacional, y uno de los divulgadores liberales emergentes con más tirón en la actualidad, triunfó con La gran manipulación, sobre el Covid, e intenta repetir jugada con El rebaño (La Esfera), que ya pueden imaginar de qué va. Lo tiene tan claro que nos atiende por teléfono desde la calle mientras hace recados. Lo entrevista El Mundo.
- ¿Cómo sabe tanto de todo?
- Al revés, sé de muy poco, lo que pasa es que sólo hablo de las cosas que sé: política, historia, economía. Hoy todo el mundo opina de todo.
- ¿Los medios generalistas somos el opio del pueblo?
- No, pero sí el mensaje que mandáis: repetís los mensajes oficiales sin cuestionamiento.
- ¿No nos los cuestionamos?
- No veo debates en los que participen personas que nieguen con datos el apocalipsis climático, el feminismo, la vacunación masiva... No conozco ningún medio con repercusión que rechace el apocalipsis climático....
- Hombre, apocalipsis, apocalipsis...
- ...ni que rechace la vacunación en niños, por ejemplo. Otra cosa es que haya artículos de opinión a título individual. Se informa en las líneas editoriales con arreglo a esos dogmas.
- A los niños se les vacunará por ser vectores de contagio, ¿no?
- Se habla todo el rato de contagios para llevar a la gente a la histeria, es desinformación: lo que debemos temer es el colapso de los hospitales y las muertes. Cuando no hay un solo niño sano fallecido, que alguien me explique qué sentido tiene.
- ¿Qué es el rebaño?
- Es esta masa social que quita y pone gobiernos, y que vota en función de los sentimientos demagógicos que se expulsan en un momento determinado.
- ¿Hablamos de ideología?
- No necesariamente. Muchas cosas son puro sentido común. Los griegos dejaron escrito que la experiencia democrática se resume en que el mayor demagogo logra el poder. Además, ahora el que no sabe es porque no quiere, con el acceso a la información que tenemos, pero estamos más cómodos pastando por TikTok e Instagrams.
- ¿Cómo se corrige eso?
- Desde la educación. Una sociedad forjada en el espíritu crítico y en el librepensamiento, y en no creer los dogmas. Pero tenemos una sociedad educada en la mediocridad, sólo hay que ver las leyes educativas que aprueban, para que el mediocre no se sienta ofendido. Es muy curioso: como la mayoría de la población es mediocre y el mundo está lleno de mediocres, a los que sobresalen hay que aplastarlos para que los mediocres no se enfaden.
- Es una mediocridad, cómo, ¿ontológica? ¿El mediocre nace o se hace?
- Ambas. Hay gente que nace más inteligente que otra, más guapa, más alta. Luego a la gente puedes hacerla más mediocre o menos. La educación en España es vergonzosa, pero como nos lo venden por el lado sentimental de que aquí todo el mundo puede estudiar... Ya, pero que no haya ni una universidad española entre los 100 mejores...
- ¿Qué haría si alguien le nombrara ministro de Educación?
- Espero que a nadie nunca se le ocurra semejante cosa... Yo eliminaría la educación pública. Y que colegios y universidades compitieran para que los valores de los títulos dependieran de la calidad del centro. Ahora la gente cree que por tener un título universitario tiene derecho a un gran sueldo, y no es así.
- ¿Del 1 al 10, arco ideológico, dónde se ubica?
- Eso no tiene significado hoy en día. Si me defino sería como liberal cristiano.
- Cristiano.
- Sí, los valores del cristianismo desgraciadamente se están abandonando en Occidente, por eso estamos con estas religiones dogmáticas del pensamiento único. Que no respetan al distinto, ni tampoco buscan el bien común, sino imponer. Ese respeto al prójimo, esa libertad, ese preocuparse de los desfavorecidos... Desaparecen.
- Dice que la mayor parte de la gente es mediocre, pero que hay que preocuparse de los desfavorecidos...
- No tiene que ver una cosa con otra. Se intenta hundir al brillante. ¿Las empresas se aprovechan de la gente? Claro, pero traen un gran bien indirecto a la sociedad.
- ¿Hay algo bueno en el concepto de Estado?
- No. Sólo para alguna cosa. El Ejército, por ejemplo. Si tuviéramos que votar cada ciudadano quién recoge la basura de las calles sería mucho más improductivo todo. El concepto de Estado de Bienestar nos ha dejado unos déficits crónicos, una deuda salvaje, tasas de desempleo increíbles y encima te dicen que la culpa es de que no pagamos suficientes impuestos...
- Sí, pero desde 1945 Occidente ha evolucionado a mejor, ¿o no?
- Eso sirvió cuando vivíamos en un mundo aislado. Ahora compites con China, no con Francia.
- ¿Y para competir contra ellos tiene que desaparecer el Estado?
- No digo que no tenga que existir, sino que esté en unos límites claros. En Defensa. En Sanidad, que sea pública pero con gestión privada. En España, en 40 años, con este rollo del Estado de Bienestar, no hemos tenido pleno empleo nunca. Llevamos 14 con déficit. Tenemos una tasa de desempleo crónica del 17%, una deuda pública del 125%. Problemas enquistados como las pensiones, que es una estafa piramidal: nueve millones de pensionistas, nueve millones de votos, y ningún político se atreve con ello. Ya lo pagarán los que vienen detrás.
- Desde su condición de tuitero: ¿es posible comunicar cosas con profundidad en 280 caracteres?
- No, por eso escribo libros, porque no soy tuitero. Twitter es la red social más putrefacta y nauseabunda con diferencia. Es la agitación, quién gana el relato estas 24 horas, y mañana ya montaremos otra discusión sin sentido en la que gana quien gana el relato. Twitter es un cáncer, informativamente.
- ¿Dónde se ve en 10 años?
- En Singapur. En Asia seguramente. Europa es un anciano jubilado que ya no quiere luchar, y Asia el adolescente que quiere comerse el mundo. Queremos obviarlo, pero la realidad llamará a la puerta.
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