MURCIA.- La organización profesional agraria ASAJA Murcia valora este fin de año 2021 como “difícil, complicado y poco rentable”, para los productores agroalimentarios de la Región de Murcia.
El secretario general de la organización, Alfonso Gálvez Caravaca, ha destacado “el incremento de los costes productivos en las estructuras productivas, unido también a los efectos de la pandemia y a campañas tan desastrosas como la de cítricos, han traído consigo un año muy negro para el campo murciano”.
Asaja-Murcia trabaja en un calendario de movilizaciones para 2022 tras un año "complicado y poco rentable".
Caravaca ha anunciado que “a partir del 1 de enero de 2023, se pondrá en marcha la nueva PAC, un modelo injusto y discriminatorio para nuestra Región”.
Según ha apuntado, se verán perjudicados el sector de los frutos secos,
la flor cortada y la ganadería, quienes sufrirán una pérdida del 10 por
ciento de las ayudas de la nueva PAC.
“Desde ASAJA insistimos que las nuevas exigencias medioambientales no se podrán alcanzar si no se garantiza la renta de agricultores y ganaderos”.
Asimismo, ha recordado que los agricultores “no podemos cumplir más exigencias normativas en la producción de alimentos si no hay rentabilidad y además se permite la entrada incontrolada de productos agrícolas extracomunitarios, sin los preceptivos controles de sanitarios, fitosanitarios y medioambientales de la UE”.
Además, también ha comentado que, la ineficaz aplicación de la Ley de Cadena Agroalimentaria para evitar las ventas a pérdidas y los abusos en los precios de compra en origen, así como resolver la competencia desleal de terceros países, que está amenazando gravemente la hegemonía comercial de nuestras producciones en los mercados internacionales, fundamentalmente en la Unión Europea”, son situaciones que deben superarse por la vía de un mayor control administrativo y de la estricta aplicación del principio de preferencia comunitaria con el espíritu de creación de la PAC.
Por otra parte, también ha puesto de manifiesto que el año 2021 ha traído a la Región de Murcia “el mayor ataque al Trasvase Tajo-Segura desde su puesta en funcionamiento”.
La modificación de las reglas de explotación por parte del Gobierno y la propuesta de elevación del caudal ecológico del río Tajo en su plan de cuenca, suponen una “drástica reducción de los envíos de agua a la Cuenca del Segura” (la única cuenca española con un déficit estructural de 400 Hm3) y con ello la “condena a la pérdida de riego de miles de hectáreas productivas que generan empleo y riqueza en el Sureste Español y que contribuyen a frenar el avance del desierto y un gran sumidero de CO2″.
Para Gálvez Caravaca, la contraprestación a este cese de envío de agua es la compra de agua desalada a precios desorbitados y con un coste medioambiental contradictorio con las políticas de sostenibilidad de la Agenda globalista.
Dentro del mismo contexto, el portavoz de ASAJA Murcia también ha comentado que “desde hace más de 40 años, España cuenta con un sistema de ‘Seguros Agrarios’ envidiado en todo el mundo. Estamos asistiendo a decisiones unilaterales por parte de Agroseguro, con la connivencia de ENESA, que están poniendo en serio peligro la viabilidad del sistema y por ende la posibilidad de contar con una herramienta que garantice la renta de agricultores y ganaderos en situaciones de pérdidas por inclemencias meteorológicas”.
Según incidió, el sistema español de seguros agrarios está dejando de dar cobertura a los agricultores para dar beneficio al capital inversor y al sector financiero.
Con respecto a la producción de cítricos en la campaña 2020- 2021, Gálvez Caravaca apunta también que “ha sido un año horrible, con escasa demanda comercial y precios ínfimos, que no han cubierto en muchos casos los costes de producción. Todo ello unido al incremento de los costes, ha traído una campaña muy difícil y con grandes pérdidas para los productores murcianos”.
Para ASAJA se encadenan dos campañas consecutivas de bajos precios en origen, sin que se puedan cubrir los costes de producción y sin embargo crece la exportación y “se mantienen los precios de venta al público con importantes márgenes de beneficio para la distribución y supermercados con lo que se está instaurando un régimen en la relaciones contractuales en perjuicio del agricultor, situación que hay que cambiar de inmediato con mayores controles y limitación de las importaciones de cítricos a la Unión Europea”.
Tampoco, han sido mejores las campañas de hortalizas, fruta de hueso y uva de mesa, pues en palabras de Gálvez Caravaca, “la demanda internacional no ha sido muy fluida, y no ha sido una campaña tan positiva como se esperaba, y con unos costes de producción muy elevados, que ha provocado una reducción de la rentabilidad en estas producciones”.
Igualmente, en el caso del sector ganadero Gálvez Caravaca apunta que “el incremento de costes productivos ha mermado la rentabilidad tanto en ovino, caprino, cunícola o vacuno, con un alto endeudamiento cada vez mayor de los ganaderos”.
En otro sector como el de los frutos secos, “es una producción que va creciendo en nuestra Región, y que como otras producciones, necesita contar con un sello de calidad autóctono, que ponga en valor su gran calidad”.
En el caso del sector vitivinícola, Gálvez Caravaca señala que “a pesar de los efectos de la pandemia del Covid-19, la gran calidad de nuestros caldos ha hecho posible que sigan desarrollando su internacionalización, y la exportación se ha mantenido fluida y dinámica durante este año, que estamos a punto de terminar”.
El apoyo del Gobierno Regional al viñedo tradicional, gracias a la colaboración con las organizaciones agrarias y asociación de bodegueros, es un claro ejemplo para otras producciones agrarias regionales, dónde se protege la variedad tradicional de uva monastrell y se regulan las superficies de plantación para evitar su desaparición.
Asaja y el resto de organizaciones agrarias regionales van a iniciar un calendario de movilizaciones en 2022, como en el resto del territorio nacional, para exigir medidas de apoyo al sector agrario ante la imparable escalada de los costes de producción, los precios ruinosos que perciben los agricultores y ganaderos, la competencia desleal de terceros países con la permisividad hipócrita de la Unión Europea, la desastrosa política hidráulica del actual gobierno y las campañas de desprestigio contra el sector, por parte de miembros del Gobierno Central.
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