El pase de movilidad o certificado de vacunación
es uno de los temas más hablados y polémicos de los últimos tiempos. No
cuestiono la utilidad que tienen las vacunas para los segmentos más
vulnerables de la población y la cantidad de muertes que ha podido
evitar. Sin embargo, sabiendo de la utilidad que estas traen a la
población, ¿por qué el Gobierno insiste en la necesidad de implementar un pase de movilidad?
Vengo a cuestionar la ética de este pase y la poca claridad por parte del Gobierno. ¿Por qué la vacuna no se hace obligatoria?
Instalo esta cuestión, ya que cuando se le pregunta a los dirigentes
del Gobierno nunca tienen una respuesta clara sobre esto, y la respuesta
siempre es diferente. Su respuesta va en el camino de que “la
obligación de la vacuna no es el camino”. Sin embargo, esta no puede ser
la única razón.
Estamos en medio de una pandemia, donde se supone
que si las vacunas son realmente efectivas y no generan ningún daño a
largo plazo, debería ser obligatoria, ya que se está hablando del bien
común de toda la población. El hecho de que esta sea voluntaria da
espacio para pensar que algo más se esconde detrás de esto.
Que quizás las vacunas no son tan buenas y que, en el largo plazo, la
'voluntariedad' de esta los permite eximirse de toda responsabilidad a
las autoridades en caso de que existan efectos adversos graves en el
tiempo. A medida que pasa el tiempo, van integrando las nuevas dosis al
pase de movilidad.
Por lo tanto, hoy quiero dejar en claro que, lo más importante de todo,
es el bien de cada una de las personas de este país. Para conseguir
esto, es de suma importancia la transparencia por parte de las autoridades.
Que sean claros y ofrezcan ayuda a aquellos que presentan efectos
adversos. Que públicamente presenten un plan a seguir para aquellas
personas que, después de la vacunación, sienten miedo y pánico por
efectos que supuestamente “no están relacionados a la vacunación” o que
desconocen rotundamente.
Quiero dejar la siguiente reflexión para el lector y autoridades. Si las
vacunas no tienen efectos adversos graves a largo plazo, y proveen un
beneficio tan grande como el que plantean las autoridades por los
distintos medios, ¿por qué no hacer la vacunación obligatoria y asumir el compromiso y las responsabilidades que esto trae para ellos
y, en cambio, deciden por hacer que la vacuna sea opcional, dejando un
espacio para la duda sobre la real eficacia y seguridad de estas,
generando división en la población entre los que realmente sienten miedo
de vacunarse, y aquellos que apoyan ciegamente y con tanto entusiasmo
el pase de movilidad?
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