ELCHE.- Juan Mariano Pérez Abad nació 1962, en el mismo centro de la ciudad de Murcia. Allí se hizo médico cirujano y padre de familia numerosa. Tenía grandes aspiraciones, pero como no logró salir de su terruño, nunca llegó a ser profeta. Sufrió tropiezos en el trabajo y su vida familiar se ha visto violentamente sacudida por las consecuencias de dos divorcios consecutivos. Se considera víctima de las perversiones propias de la decadencia de nuestro actual Sistema de Convivencia Social, en especial de las que provocan el irregular funcionamiento de las Instituciones Públicas encargadas de regular nuestros Asuntos Sociales y Familiares, pervertidas por la influencia de la Ideología de Género. Lo entrevista Rambla Libre.
- P.- ¿Cómo valora la gestión de la pandemia a nivel sanitario?
R.- Muy negativamente.
Se han tomado decisiones restringiendo derechos, libertades y actividad económica que no tenían ninguna justificación. De hecho, a menudo resultaban contradictorias y discriminatorias, según la persona u organismo en quien se tuvieran que aplicar.
Estas incongruencias se justificaron con tomaduras de pelo tales como el “Comité de Expertos” que deberían haber provocado la rebelión de la masa social. Sin embargo, a través del control y censura de los medios de comunicación y redes sociales, el entumecimiento de la capacidad racional colectiva y de, la extensión de estas mismas medidas en otros muchos países de la órbita Occidental, la masa las aceptó sin rechistar hasta convertirlas en auténticos “dogmas” incuestionables que tenían que ser acatados por fuerza.
- ¿Han tenido los medios materiales y humanos necesarios para afrontar la Pandemia?
Para responder a esta pregunta sería necesario distinguir entre la “necesidad real” y la “necesidad propuesta” por las autoridades sanitarias a través de los medios de comunicación.
Aún no tenemos una idea precisa de cuáles son las necesidades reales para afrontar esta pandemia. Aunque parezca increíble, aún no disponemos de cultivos viables de este virus en células humanas ni sabemos cómo se transmite entre personas. Por lo que sabemos de él, carece de recursos moleculares para poder contagiarse por vía respiratoria. Cosas como los respiradores, que al principio nos parecían imprescindibles, luego se han mostrado contraproducentes. Cosas como las mascarillas, los confinamientos o los toques de queda, de las que se ha demostrado sobradamente la ineficacia, siguen imponiéndose obligatoriamente.
Pero lo que no ha faltado han sido los negocios turbios de los cargos públicos y sus allegados, aprovechando la supuesta escasez de esas cosas que se nos han ido presentando como “imprescindibles” para afrontar la Pandemia.
- ¿Dejar cirugías, y el estudio de otras enfermedades traerá mortalidad por los retrasos en las citas?
Por supuesto.
Otra cosa será cómo se contabilizarán esos fallecimientos. Todos hemos sido testigos de cómo muchos fallecimientos que no tenían nada que ver con el COVID, han sido atribuidos a éste a través de falsos positivos de los test PCR o de la simple presunción de ese diagnóstico “por defecto”. Véase que, aunque la mortalidad global aún no se ha visto incrementada significativamente, el diagnóstico “COVID” ha desplazado a otros hasta hacerlos desaparecer, como en el caso de la Gripe. No sería de extrañar que ese marcado interés de las autoridades por “engordar” el victimario COVID haga que, en el futuro, ese previsible incremento de la mortalidad debido al “cierre” de la Sanidad Primaria también sea atribuido al virus.
- El covid tiene menos mortalidad que otras enfermedades, cáncer, infartos, alcoholismo están por encima en mortalidad, ¿Por qué la preferencia con el covid?
El COVID no es solo un virus, no ha recibido el tratamiento de una enfermedad normal por parte de las altas instituciones sanitarias. Muchos criterios han sido modificados y tergiversados para poder conferirle artificiosamente una importancia capital, con la que poder justificar una serie de medidas restrictivas que han alterado la vida de todos los habitantes del Planeta.
- Se culpa en esta ola a los jóvenes, pero los vacunados pueden contagiar, ¿existe un estudio que certifique que los jóvenes son los contagiadores?
Existen estudios que acreditan que no lo son. De hecho, ya se intentó estigmatizarlos en las primeras fases de la Pandemia y se les privó de una educación normal, pero nunca se consiguió demostrar su papel de vectores de la enfermedad.
- ¿Considera las vacunas tan necesarias como se dice?
En absoluto.
La letalidad del COVID es inferior a la de la Gripe común. La inmensa mayoría de los contagiados sobreviven y quedan inmunizados de forma natural. Ni siquiera disponiendo de una vacuna normal, experimentada, comprobada y autorizada, estaría justificado administrarla de forma masiva a toda la población.
- Las vacunas de ARN solo se habían probado en animales sin buenos resultados, ¿Cómo es posible que se estudie en los seres humanos?
Esa es la pregunta que no dejamos de hacernos muchos y la que justifica las tesis de los que sostienen que todo lo que tiene que ver con el COVID no es más que una gigantesca pantomima, para lograr un exterminio masivo de seres humanos, con el que reducir la superpoblación mundial.
- Las vacunas necesitan sobre ocho años para estudiarlas bien y conocer sus efectos secundarios, ¿se conocen realmente los efectos contrarios de la vacuna del covid
- ¿Por qué se ataca a médicos que opinan que no ven este virus tan mortal y que no están de acuerdo con la vacunación?
Puedo dar fe de esa afirmación, porque fui amenazado por escrito por el Colegio de Médicos con ser expedientado y apartado de mi profesión, por unas manifestaciones públicas sobre complicaciones graves de las vacunas.
La censura totalitaria que se ha puesto en marcha alrededor de este tema solo puede esconder algo grave. Este es otro de los puntos que justifican y consolidan las posturas mal llamadas “negacionistas” y “conspiranoicas”
- ¿Cree que responsabilizar al paciente al ponerse la vacuna es correcto?
No solo creo que no es correcto, sino que afirmo que se está vulnerando la normativa vigente al administrar una vacuna en fase experimental sin la prescriptiva receta médica y sin la firma previa de las autorizaciones y consentimientos informados que exige la Ley
- ¿Se debería seguir con mascarilla y con las medidas en espacios abiertos?
Está demostrada su ineficacia en espacios cerrados. Su obligatoriedad en los abiertos es ridícula y contraproducente.
- Si un vacunado puede contagiar y también están ingresando en hospitales, hay estudios donde hablan de gran cantidad de fallecidos tras vacunarse, ¿tiene sentido vacunarse?
En absoluto.
La aceptación masiva de la vacuna por parte de nuestra sociedad solo tiene un comentario: “La inmunidad no sé si la lograremos, pero lo de rebaño lo hemos bordado.
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