BERLÍN.- Las autoridades en la región de Frisia, Alemania, han pedido a miles de personas que ya fueron vacunadas que vuelvan a ponerse una nueva dosis tras informar que una enfermera cambió las vacunas contra la COVID-19 por agua salina, según publica www.eldiario.es
"Tenemos que evitar el daño para estas personas, aunque no sepamos realmente cuántas están afectadas", declaró este martes Sven Ambrosy, administrador del distrito de Frisia, gobernado por el Partido Socialdemócrata, según recoge el diario alemán Express.
Hay 8.557 personas que podrían estar afectadas y que recibieron la vacuna entre el 5 de marzo y el 20 de abril. Según Ambrosy, el 8,7% de la población del distrito debería ponerse una dosis adicional, entre las que están personas del grupo más vulnerable. "Esto me preocupa especialmente porque se trata de las personas que más queremos proteger", dijo.
La motivación de la enfermera, cuyo nombre no ha sido revelado, no está clara, pero la policía sostiene que había publicado en redes sociales una visión escéptica respecto a las vacunas contra la COVID-19.
El presidente de la Oficina Estatal de Salud de Baja Sajonia –estado al que pertenece Frisia–, Matthias Pulz, ha afirmado que las dosis adicionales, aunque sea la tercera o incluso la cuarta, son inocuas desde el punto de vista médico tal y como ha señalado el Instituto Robert Koch y la Comisión Permanente de Vacunación.
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