sábado, 7 de agosto de 2021

Aún es incierto el papel de la vacunación infantil en la gestión de la pandemia


MADRID.- Los niños y niñas menores de 12 años serán los últimos en ser inmunizados si en algún momento los fármacos que están probándose logran el visto bueno de las agencias reguladoras. Y si así se decide. A día de hoy la prioridad es alcanzar altas cuotas de inmunización de adultos y adolescentes, que está casi sin empezar, pero el grupo de los más pequeños anticipa un complejo debate científico y ético, a juicio de www.eldiario.es

A ello se refirió la ministra de Sanidad, Carolina Darias, hace poco en una entrevista en la que afirmó que el tema no estará exento de "controversia" y pidió cautela para "generar consenso desde la evidencia científica". Lo que dejó claro es que el asunto está sobre la mesa y el Ministerio ya ha empezado a trabajarlo con asociaciones pediátricas. La decisión, aseguró Darias, se tomará de forma paulatina, pero avanzó que de alguna manera es la próxima parada de la vacunación porque "si queremos tener inmunidad completa tenemos que ser capaces de poder hacerlo". 

El primer paso será, sin embargo, contar con una vacuna autorizada, algo que no está lejos, pero por lo que todavía toca esperar. Actualmente el límite de edad está en los 12 años, por debajo no hay sueros disponibles, pero ya hay ensayos en marcha tanto de Pfizer/BioNtech como de Moderna. La previsión es que la de Pfizer, que está en fase tres, sea la primera en obtener los resultados y en "septiembre-octubre" solicite la autorización a la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) para menores de entre 5 y 11 años, y "poco después" para la franja de 6 meses a 4 años. La petición a la Agencia Europea del Medicamente (EMA) será probablemente casi al mismo tiempo, como ha ocurrido con las anteriores.

El programa para evaluar la seguridad y eficacia de la vacuna cuenta en todo el mundo con 4.500 participantes repartidos en tres grupos de edad a los que les ponen dos pinchazos con un intervalo de 21 días, como a los adultos, aunque en dosis menores. Varios centros españoles colaboran, entre ellos el Hospital 12 de Octubre de Madrid, en el que participan unos 60 niños y niñas. 

Pero, con la vacuna cada vez más cerca, la pregunta que emerge es qué papel jugará su inmunización en la pandemia. La cuestión es que, a medida que la edad decrece, también son menores las posibilidades de enfermar gravemente, por lo que el balance riesgo-beneficio es más bajo. Precisamente Reino Unido ha descartado de momento vacunar a los menores de entre 12 y 15 años por este motivo. Los efectos adversos de las vacunas son extremadamente infrecuentes, pero no son cero. Y la posibilidad de que los menores sufran una COVID grave son muy raras, pero tampoco inexistentes.

La Asociación Española de Pediatría aún no tiene una posición tomada y está a la espera de los resultados de los ensayos, de la respuesta en adolescentes y el ritmo de la pandemia. Ángel Hernández Merino, del Comité Asesor de Vacunas, analiza qué factores habrá que tener en cuenta: "Se trata de un grupo que va a tener un beneficio directo probablemente escaso y la exigencia de seguridad de la vacuna tendrá que ser mayor. Los niños no sufren las consecuencias de la enfermedad de la misma forma que los adultos".

¿Serán ellos y ellas los únicos sin vacunar a partir de septiembre, los que generarán una nueva ola? "Serán los grandes susceptibles pero es muy difícil que sean los originadores y aguanten una sexta ola o, al menos, de las características de las anteriores porque no son buenos transmisores. Quizás con la variante delta haya cambiado porque es mucho más contagiosa, pero hasta ahora ha habido muy poca evidencia de brotes originados por niños", señala Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra del Instituto de Salud Global de Barcelona. El experto recuerda además que los centros educativos, aún sin vacuna, no llegaron a convertirse el pasado año en los focos que en un principio se temía.  

"Si hacemos el cálculo en números crudos sí necesitamos al menos unos cuantos niños vacunados para llegar al 90% porque hay que tener en cuenta que en cada grupo de edad hay una bolsa de gente que no se vacuna, pero si llegamos a una inmunización relativamente alta de adultos y la mitad de adolescentes, probablemente no sea necesario vacunar a los niños para tener el control funcional de la pandemia", explica el también pediatra Bassat que ve "más razonable" pensar "en la vacunación universal como concepto" que marcar objetivos concretos de porcentajes que pueden ir variando.

A esto se añade que los expertos apuestan también en este punto por reabrir el debate sobre si conviene inmunizar a grupos de edad que apenas tienen riesgo de enfermar o donar las dosis disponibles a países con escaso acceso a las vacunas y a los que aún les falta mucho para proteger a sus ciudadanos vulnerables.

 "En términos de equidad y salud pública global, hay que pensar que quizás tiene más sentido vacunar en otras regiones a quienes más capacidad de contagio tienen y más riesgo de COVID grave que a los menores de 12 en nuestro territorio", opina el especialista en medicina preventiva Mario Fontán.  

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