miércoles, 11 de agosto de 2021

Vacunas

 No soy negacionista (me parece absurdo negar lo evidente), tampoco soy antivacunas pero... ¡estoy hasta la coronilla del pensamiento único! 

Las vacunas tienen como fin proteger al que se las pone del virus contra el que se vacuna, y ese es el motivo que tienen las personas que se vacunan, miedo a padecer la enfermedad y quieren protegerse, y eso es respetable; pero tan respetable me parece esa decisión como la contraria, el que no se vacuna porque tiene miedo de los efectos secundarios. Tan legítimo y respetable es un miedo como el otro.  

Los argumentos que se utilizan para “obligar a vacunar” son como mínimo estúpidos.

¿Cómo va a contagiar un no vacunado al que está vacunado? Según eso la vacuna no es efectiva, no sirve para nada; más bien corre el riesgo el que no está vacunado, porque está más expuesto y los vacunados pueden ser transmisores y no padecer la enfermedad. 

Después invocan la solidaridad: según eso la solidaridad consiste en hacer lo que opina la mayoría, y ¿dónde queda el respeto a las opiniones diferentes?, la democracia consiste en aceptar la opinión mayoritaria, pero también en respetar las opiniones minoritarias

Por cierto, si alguien me dice que se vacunó por solidaridad... no esperará que me lo crea. 

Las personas que no se vacunan por miedo no tienen conductas de riesgo, por la cuenta que les trae, más bien lo contrario, respetan todas las normas e incluso se autoconfinan si es necesario. Cada uno es dueño de su salud, y la gestiona como quiere, tanto si se equivoca como si no, y asume las consecuencias de su decisión.

Y el colmo es que haya intentado el presidente de la Xunta de Galicia poner unas multas desorbitadas a los que no se vacunen. Pero bueno... ¿es que volvemos a la dictadura?, ya puestos que les pongan grilletes y cadenas como si fueran delincuentes peligrosos. 

A mí me da la sensación que, como siempre, se aprovecha la ocasión para recortar libertades justificándolo aprovechando el miedo de la gente, y poco a poco vamos perdiendo el espíritu de libertad de opinión y pensamiento que soñábamos en la transición de la dictadura a la democracia, y que nunca llegó a ser real.

Ahora o eres “políticamente correcto” o te conviertes en un apestado, y eso es lo que están haciendo con la gente que no se vacuna. Ponen en práctica lo de ¿a dónde vas Vicente? A donde va la gente. Qué triste ver cómo se degrada la sociedad en todos los aspectos y no tomamos conciencia de ello. 

 Mercedes Feijóo Segovia

Vigo

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