Al ser preguntada por este caso, la Fiscalía Superior de la Región de Murcia ha dicho que no puede facilitar ninguna información al respecto "mientras estén abiertas las diligencias de investigación".
No obstante, la Fiscalía sí que ha confirmado que hay una investigación al respecto.
Una trabajadora anónima del Hogar para Ancianos Betania denunció, en una carta anónima dirigida por correo ordinario al PSOE de la Región de Murcia, que el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, recibió la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
En la misiva, la autora evita dar su nombre y apellidos, así como el puesto de trabajo que desempeña y la fecha exacta en que tuvo lugar la vacunación, si bien indica que se administró "cinco o seis días" antes del 2 de febrero, jornada en la que escribió la carta.
"Por miedo a perder mi trabajo no puedo denunciarlos (los hechos) yo misma, pues estoy segura de que perdería mi puesto de trabajo, y tampoco puedo firmar esta carta", comienza el texto escrito a ordenador, sin firma a mano, y remitido por correo al PSOE de la Región de Murcia.
La trabajadora prosigue explicando que el día de la vacunación del obispo tocaba vacunar a los residentes y personal. "Cuando íbamos por la mitad de la vacunación aparecieron varios coches, y de ellos comenzaron a bajarse sacerdotes; es fácil saber esto porque llevaban el típico alzacuellos".
Continúa la carta: "Primero llegaron unos más jóvenes y después unos un poco más mayores, serían unos ocho o diez, y después llegó un coche más grande de color crema" donde viajaba "el obispo con otro cura". Posteriormente, ambos se bajaron y "hablaron incumpliendo las normas de separación" entre personas.
La empleada apunta que, no obstante, esto no fue "lo más relevante".
"Mi sorpresa e indignación llegó cuando vi que eran vacunados con las vacunas contra el Covid-19. Fueron vacunados todos los sacerdotes y el obispo".
Esta actuación "no pasó desapercibida a nadie", según la autora de la carta: "Todos los que trabajamos en esta residencia comentamos la frescura y la poca vergüenza del obispo y de los otros curas", quienes "sin estar llamados, sin ser incluidos en ninguna lista, aprovechando que esta residencia es de la Iglesia, se hicieron vacunar sin que les correspondiera".
La trabajadora explica que en las últimas semanas "mucho" se ha hablado de políticos y cargos públicos que han recibido la vacuna sin corresponderle, lo que "ha tenido para ellos consecuencias como perder su puesto de trabajo o tener que dimitir".
En el caso del obispo, "me parece del todo inmoral y es posible que sea un delito que el obispo y sus amigotes se vacunaran por delante de enfermos, personas mayores, cuidadores y demás".
"Yo misma --continúa la carta-- que soy sanitaria convivo con mi madre mayor que corre un verdadero riesgo al estar conmigo y no ha recibido la vacuna".
La misiva concluye con un mensaje dirigido al PSOE: "Le pediría que después de comprobar los hechos los publicara para que la sociedad murciana conozca cómo es este señor obispo que piensa que por ser quien es tiene más derecho, él y sus amigotes, a vacunarse saltándose todas las normas".
El obispo de Cartagena ya admitió el pasado lunes que se vacunó contra la Covid-19 en un centro de la Diócesis aunque "en ningún momento creyó estar actuando mal" y anunció que renuncia a ponerse la segunda dosis a partir de la cual se genera la inmunidad.
En un comunicado, el Obispado de Cartagena explicó que Lorca Planes, de 72 años, recibió la primera dosis en el centro en el que se vacuna cada año, perteneciente a la Diócesis de Cartagena.
Se trata de un centro de asistencia a personas vulnerables al que el obispo acude "con asiduidad" al ser el presidente de su patronato. En concreto, realizó su última visita al mismo el pasado 30 de enero para celebrar la Eucaristía junto a los residentes.
Según explicaba la nota, el obispo rellenó el consentimiento necesario para que la Consejería de Salud autorizase su vacunación "días previos" a llevarla a cabo.
En cualquier caso, aclaró que el obispo "en ningún momento creyó estar actuando mal y que jamás contempló la posibilidad de que pudieran faltar vacunas".
Como novedad frente otros políticos, altos cargos o sindicalistas liberados, en esta ocasión el obispo ha anunciado su decisión de no ponerse la segunda dosis, que tendría que haber recibido estos días.
La Consejería de Salud sí confirmó que abrirá una investigación sobre la vacunación del obispo. Así lo hizo saber el portavoz técnico del Comité Covid, Jaime Pérez, en una rueda de prensa en la que explicó que el centro residencial --perteneciente a la Diócesis según aseguró el obispo en un comunicado-- introdujo a Lorca Planes "como personal" del mismo en el listado enviado para la administración de la vacuna.
"Por lo que se nos ha informado y hemos averiguado, la vacunación se produjo en una residencia. A nosotros nos mandan los listados de personas a vacunar, pero es el sitio donde se va a vacunar el que dice su personal o personas ingresadas" que tienen que recibir la dosis, aseguró el portavoz técnico, quien entiende que la Comunidad "no es responsable de eso".
Tras recordar que quienes pueden vacunarse son los trabajadores del centro y los residentes, así como los profesionales sanitarios, Pérez ha vuelto a insistir en que "ha sido la residencia la que, a través de un programa informático, ha introducido a esa persona como personal de ese centro".
Ahora queda en el punto de mira la institución Jesús Abandonado, que igualmente debería ser investigada si por un casual se hubieran cometido presuntas irregularidades en la administración de la vacuna a personas no indigentes en absoluto y que también podrían haber burlado el protocolo establecido por las autoridades sanitarias.
La Consejería de Salud y/o el Ayuntamiento de Murcia deberían hacer públicos los nombres y apellidos de los beneficiados por este centro en la administración de la vacuna sin ser indigentes para despejar cualquier sombra de duda sobre la citada entidad supuestamente benéfica.
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