MURCIA.- En la primera oleada del coronavirus, el hospital Morales Meseguer de Murcia fue el que sufrió una mayor presión asistencial y los datos de esta segunda etapa han superado con creces los de la primera: cansancio y falta de personal hacen mella en un centro en el que, sin embargo, la situación actual se está viviendo mejor que en marzo.
Con una población de referencia de 265.000 personas, el Área VI de salud de la Región de Murcia, de la que depende ese hospital, es la segunda más grande de la comunidad autónoma y por las camas del centro han pasado 650 pacientes covid, unos 500 de ellos en los últimos tres meses.
Su UCI, con 18 camas, fue la primera de la región en superar el límite de su capacidad, con 22 personas ingresadas al mismo tiempo a mediados de abril, pero en esta segunda etapa ya se han rebasado esas cifras y ha habido 24 enfermos simultáneamente en cuidados intensivos.
El Servicio Murciano de Salud (SMS), que se encarga de la gestión de todos los centros sanitarios de la comunidad, ha puesto en marcha el plan de contingencia para ampliar las UCI en todos los hospitales y pasar de las 120 que hay habitualmente en la región, a 350.
En el Morales Meseguer a día de hoy hay 38 camas de intensivos, de las que 28 están reservadas para enfermos de coronavirus. Las atienden un total de 13 médicos, 65 enfermeras y 45 auxiliares.
En cuanto a las plantas de hospitalización, que cuentan con 400 camas en total, se han reservado 120 de ellas para los afectados por la pandemia (hay ocupadas actualmente 73) en áreas aisladas asistidas por 18 médicos, 105 enfermeras y 66 auxiliares. Y, en ambos casos, esas cifras son escasas, una valoración en la que coinciden todos los estamentos del hospital, desde su gerencia hasta los empleados.
La gran población a la que atiende y su ubicación en pleno casco urbano de Murcia hacen que cada invierno, especialmente con la llegada de la gripe, se vivan situaciones de cierto colapso.
De ahí también surge otro de los principales miedos de los profesionales del centro: el de no tener capacidad para atender otras patologías.
Por el momento, el hospital mantiene su actividad de consultas externas, que se han repartido en horario de mañana y tarde para evitar aglomeraciones, aunque se han comenzado ya a suspender algunas intervenciones quirúrgicas no urgentes y de patologías menos graves.
Lo que sí parece claro es que la pandemia generará unos costes económicos que difícilmente podrá asumir el SMS, ya de por sí infradotado históricamente.
El presupuesto de la comunidad autónoma para 2020 destina una partida de 1.879,3 millones de euros a este organismo, una cifra muy similar a la del año anterior. Sin embargo, cada ejercicio se produce un desfase de entre 400 y 500 millones de euros entre lo presupuestado y lo gastado por el SMS, algo de lo que el Tribunal de Cuentas ha advertido reiteradamente en sus informes.
En el último de ellos, publicado en enero de 2020 y que hace referencia a las cuentas del año 2017, el alto tribunal califica de "insostenible" el sistema sanitario murciano y calcula que su déficit acumulado en ese ejercicio superaba los 1.130 millones de euros.
El gasto del SMS entre 2002 y 2017, según ese informe, creció un 225 por ciento, a años luz del crecimiento del PIB regional, lo que agrava esa insostenibilidad.
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