MADRID.- Cerca de 30.000 personas murieron en España por polución en 2019
y 44 millones de personas, el 94% de la población, y la mitad del
territorio español estuvieron expuestos a niveles de contaminación
superiores a los recomendados por la OMS, según el informe sobre calidad
del aire de Ecologistas en Acción.
El
estudio, presentado este martes de forma telemática, analiza los datos
relativos a la calidad del aire recogidos en más de 800 estaciones
desplegadas en toda España y, por primera vez, en los aeropuertos de
Málaga, Gran Canaria, Barcelona, Alicante y Madrid, que se añaden a los
puertos del Estado incorporados al informe en 2017.
El informe que EA realiza anualmente incide en que el pasado año se produjeron hasta 30.000 muertes en España por afecciones derivadas de la polución, cuya principal fuente de contaminación en las áreas urbanas fue el tráfico rodado.
Y algo más de 44 millones de personas respiraron aire en malas condiciones en España -un descenso de un millón de afectados respecto a 2018-, si se tienen en cuenta los valores recomendados por la OMS, "más estrictos que los límites legales en España para los contaminantes principales" (partículas, NO2 y SO2), ha explicado el coordinador del informe, Miguel Angel Ceballos.
Durante el pasado año "se redujeron los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), pero aumentaron partículas en suspensión y el dióxido de azufre (SO2), ambos causados por el tráfico de vehículos, mientras que el ozono troposférico se ha mantenido estacionario".
El estudio recoge que la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación, los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales, alcanzó 253.500 kilómetros cuadrados en 2019, es decir, un 50,2 por ciento del territorio.
Un problema específico que analiza el informe es el impacto de los principales puertos y aeródromos de España en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican.
La coordinadora de transportes de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, ha recordado que "la navegación aérea representa el 7% de la contaminación por NO2 en España y es el medio de transporte más contaminante por pasajero", por lo que ha pedido "un decrecimiento de la aviación" mediante "un impuesto al queroseno y a los billetes".
Los aeropuertos de Barcelona y Madrid registraron numerosas superaciones de los estándares legales de ozono, y en los puertos de Almería, Motril (Granada), Santander, Barcelona, Tarragona y Escombreras (Murcia) se superaron los límites legales de partículas y NO2.
El contaminante que presentó una mayor extensión y afección en 2019 fue, un año más, el ozono troposférico, cuyos niveles se han mantenido en general estables debido al incremento de las temperaturas y de las olas de calor durante el verano.
Los principales episodios de contaminación tuvieron lugar en la segunda quincena de febrero (por partículas y NO2) debido a las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica, y a finales de junio y a mediados de julio (por ozono).
Ceballos ha señalado que la información sobre calidad del aire que recibe la población "no es adecuada ni se ajusta a la realidad", ya que según una encuesta de Eurostat el 60 por ciento de los españoles se considera mal informado y un 74 por ciento cree que la contaminación ha empeorado en la última década.
"La crisis sanitaria de la Covid-19 ha corroborado que la reducción del tráfico en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación", ya que "los niveles de NO2 se desplomaron un 58 por ciento de media en las 26 principales ciudades españolas, entre el 14 de marzo y el 30 de abril de 2020", señala el informe.
Aunque ha sido un descenso "coyuntural" debido a las restricciones a la movilidad, la experiencia ha bastado para que "el 74 por ciento de los encuestados en Madrid y Barcelona estén dispuestos a restringir el uso del coche en las ciudades", según Blázquez.
En este sentido, Ecologistas en Acción ha lanzado la campaña "Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio", para reclamar a las administraciones "una reducción del vehículo motorizado que permita fomentar la movilidad peatonal y ciclista", al tiempo que se potencia "el transporte público urbano e interurbano".
El informe que EA realiza anualmente incide en que el pasado año se produjeron hasta 30.000 muertes en España por afecciones derivadas de la polución, cuya principal fuente de contaminación en las áreas urbanas fue el tráfico rodado.
Y algo más de 44 millones de personas respiraron aire en malas condiciones en España -un descenso de un millón de afectados respecto a 2018-, si se tienen en cuenta los valores recomendados por la OMS, "más estrictos que los límites legales en España para los contaminantes principales" (partículas, NO2 y SO2), ha explicado el coordinador del informe, Miguel Angel Ceballos.
Durante el pasado año "se redujeron los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), pero aumentaron partículas en suspensión y el dióxido de azufre (SO2), ambos causados por el tráfico de vehículos, mientras que el ozono troposférico se ha mantenido estacionario".
El estudio recoge que la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación, los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales, alcanzó 253.500 kilómetros cuadrados en 2019, es decir, un 50,2 por ciento del territorio.
Un problema específico que analiza el informe es el impacto de los principales puertos y aeródromos de España en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican.
La coordinadora de transportes de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, ha recordado que "la navegación aérea representa el 7% de la contaminación por NO2 en España y es el medio de transporte más contaminante por pasajero", por lo que ha pedido "un decrecimiento de la aviación" mediante "un impuesto al queroseno y a los billetes".
Los aeropuertos de Barcelona y Madrid registraron numerosas superaciones de los estándares legales de ozono, y en los puertos de Almería, Motril (Granada), Santander, Barcelona, Tarragona y Escombreras (Murcia) se superaron los límites legales de partículas y NO2.
El contaminante que presentó una mayor extensión y afección en 2019 fue, un año más, el ozono troposférico, cuyos niveles se han mantenido en general estables debido al incremento de las temperaturas y de las olas de calor durante el verano.
Los principales episodios de contaminación tuvieron lugar en la segunda quincena de febrero (por partículas y NO2) debido a las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica, y a finales de junio y a mediados de julio (por ozono).
Ceballos ha señalado que la información sobre calidad del aire que recibe la población "no es adecuada ni se ajusta a la realidad", ya que según una encuesta de Eurostat el 60 por ciento de los españoles se considera mal informado y un 74 por ciento cree que la contaminación ha empeorado en la última década.
"La crisis sanitaria de la Covid-19 ha corroborado que la reducción del tráfico en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación", ya que "los niveles de NO2 se desplomaron un 58 por ciento de media en las 26 principales ciudades españolas, entre el 14 de marzo y el 30 de abril de 2020", señala el informe.
Aunque ha sido un descenso "coyuntural" debido a las restricciones a la movilidad, la experiencia ha bastado para que "el 74 por ciento de los encuestados en Madrid y Barcelona estén dispuestos a restringir el uso del coche en las ciudades", según Blázquez.
En este sentido, Ecologistas en Acción ha lanzado la campaña "Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio", para reclamar a las administraciones "una reducción del vehículo motorizado que permita fomentar la movilidad peatonal y ciclista", al tiempo que se potencia "el transporte público urbano e interurbano".
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