DUBÁI.- Los
ministros de agricultura y alimentos del G-20 acordaron en una reunión
virtual el martes que las medidas de emergencia para detener la
propagación del nuevo coronavirus no deben anular las cadenas mundiales
de suministro de alimentos.
La reunión extraordinaria se produjo en momentos en que las
restricciones para frenar la propagación del coronavirus en todo el
mundo desaceleraron las cadenas mundiales de suministro de alimentos, lo
que dejó a algunos agricultores sin poder llevar sus productos a los
consumidores.
Los principales países productores restringieron sus exportaciones.
"Acordamos que las medidas de emergencia en el contexto de la pandemia
de COVID-19 deben ser específicas, proporcionadas, transparentes y
temporales, y no deben crear barreras innecesarias para el comercio o la
interrupción de las cadenas mundiales de suministro de alimentos", dijo
una declaración final enviada por el grupo por correo electrónico.
Mari Pangestu, un funcionario de alto rango del Banco Mundial, advirtió
también en la reunión del martes sobre las barreras a las importaciones
y las restricciones a las exportaciones, instando a la cooperación
mundial para evitar la crisis alimentaria.
Los ministros del G-20 dijeron que se protegerían contra cualquier
medida que conduzca a una volatilidad excesiva de los precios de los
alimentos en los mercados mundiales o que amenace el suministro de
alimentos.
Los suministros de granos básicos son abundantes a nivel mundial, pero
algunos países productores han indicado que limitarían sus ventas en el
extranjero para priorizar el abastecimiento interno.
Estas limitaciones se producen en momentos en que los principales
importadores de alimentos se esfuerzan por aumentar sus propias
reservas, incrementando sus compras en el extranjero.
Los ministros del G-20 advirtieron también el martes que el desperdicio
de alimentos podría "exacerbar la inseguridad alimentaria y los riesgos
nutricionales y pérdida económica".
Las restricciones han afectado duramente a algunos agricultores a
medida que la demanda de los restaurantes y otros compradores se
desvanece. En algunos casos, destruir los cultivos se ha vuelto más
viable económicamente que pagar la mano de obra y el transporte para
venderlo.
"La crisis del coronavirus es una llamada de atención para todo el
mundo: la acción conjunta y la solidaridad son lo que se necesita en
este momento", dijo en la reunión la ministra de Estado para la
Seguridad Alimentaria de Emiratos Árabes Unidos, Mariam bint Mohammed
Almheiri.
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