VALENCIA.- La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA)
ha denunciado “la incoherencia y la hipocresía” de la Comisión Europea
al proclamar una Política Agrícola Común (PAC) más verde y el Green New
Deal (o Acuerdo Verde)
mientras, al mismo tiempo, incentiva el incremento de las importaciones
de cítricos procedentes de países terceros que sustituyen y desplazan
del mercado comunitario a la propia producción citrícola europea, según relata https://agroinformacion.com.
El
presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, denuncia que “para Bruselas
una cosa son las palabras en defensa del medio ambiente y otra
radicalmente distinta son los hechos en forma de acuerdos comerciales
donde, de repente, parece que ya no le importa la huella de carbono que
entrañan las importaciones venidas desde miles de kilómetros, el uso de
productos fitosanitarios que prohíbe a los productores europeos pero
consiente a los envíos foráneos, o el despoblamiento de la Europa rural.
Su política en materia alimentaria no solo es suicida, sino también un
absoluto contrasentido que no se sostiene en lo más mínimo”.
De este modo responde la organización agraria a la afirmación
formulada por el ejecutivo comunitario de que la crisis citrícola
estaría motivada por las carencias estructurales del propio sector
productor de España y en ningún caso por el impacto comercial y el
riesgo fitosanitario que provocan las importaciones de cítricos
originarios de países terceros, principalmente las mandarinas de
Sudáfrica en la primera mitad de la campaña europea (de septiembre a
diciembre) y las naranjas de Egipto en la segunda mitad (de diciembre a
junio).
En lugar de tomar medidas y defender la producción citrícola
europea, Bruselas se limita a recomendar mejoras en las organizaciones
de productores (OPs) y en las estrategias de coordinación dentro del
propio sector.
Sudáfrica ha plantado en los últimos años más de 23
millones de plantas y las previsiones más objetivas apuntan a que en
cinco temporadas podrá introducir en la Unión Europea unas 600.000
toneladas de mandarinas tardías durante el inicio de la campaña
citrícola comunitaria.
Este volumen al alza tendrá un efecto demoledor
sobre las 300.000 toneladas de variedades extratempranas y tempranas que
se cultivan actualmente en España. “Sudáfrica todavía no es el gran
problema de nuestra citricultura, pero con estos datos es evidente que,
si Bruselas no lo impide, la sobreoferta y el desplazamiento de la
producción local no solo se producirá de una forma drástica sino también
irreversible”, agrega Aguado.
Por su parte, Egipto está llevando a
cabo un ambicioso plan para ampliar la superficie dedicada al cultivo
de naranjas y convertirse en la principal potencia productora en la
cuenca mediterránea.
Dicha ampliación, sin embargo, carece de registros
oficiales y, por tanto, se desconoce hasta qué punto crecerá su
producción en los próximos años y ocasionará un daño comercial a los
cítricos europeos comercializados simultáneamente.
Además del
impacto sobre los precios en origen de la producción citrícola europea,
AVA-ASAJA alerta del grave riesgo fitosanitario que entraña la entrada a
Europa de los cítricos procedentes de terceros países.
Precisamente
Sudáfrica encabeza el ranking de interceptaciones de cargamentos
citrícolas en los puertos de la UE contaminados con plagas y
enfermedades, con un total de 34 casos en 2019: 21 de Thaumatotibia leucotreta o falsa polilla (provoca graves daños comerciales a los frutos) y 9 de Phyllosticta citricarpa
(el hongo que causa la mancha negra de los cítricos, una plaga no
presente en Europa), entre otros patógenos.
“Da la impresión que Europa
no se entera de que está jugando con fuego”, asegura Aguado.
Por su parte, La Unió de Llauradors ha denunciado que los puertos de la
Unión Europea interceptaron durante 2019 un total de 164 envíos -por 100
en 2018- procedentes de terceros países con cítricos infestados de
plagas y enfermedades, lo que representa un 64% más que en todo el
pasado año y un daño consierable para la producción citrícola europea.
Sudáfrica y China son los países donde mayor número de
interceptaciones se produjo en 2019, con 34 (+164%) y 25 (+108%),
respectivamente.
Seguidos muy de cerca por dos países de Mercosur como
Uruguay y Argentina con 23 (+360%) y 21 (-5%). Sólo estos cuatro países
alcanzaron casi el 63% de los envíos rechazados en la UE por presencia
de plagas.
La mayor parte de las importaciones retenidas con
plagas y enfermedades corresponden a la Phyllosticta citricarpa (45), el
hongo que causa la temida mancha negra, y a la Thaumatotibia leucotreta
(28), la falsa polilla que provoca graves daños comerciales a los
cítricos. Ambas son plagas y enfermedades de cuarentena con un grave
riesgo que siguen sin estar presentes en la citricultura europea y cuya
amenaza es cada vez más grande.
La Unió considera que el balance
de interceptaciones vuelve a poner de manifiesto la necesidad de que las
autoridades comunitarias se tomen muy en serio todo lo relacionado con
la vigilancia fitosanitaria y se planteen de una vez por todas implantar
el tratamiento en frío y el control en origen para las importaciones de
cítricos porque el riesgo está cada vez más latente.
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